Votaciones y ‘relatos’ | Carmen Heras
Votaciones y 'relatos'
CARMEN HERAS
El ‘relato’, el valor activo dentro del mundo político, adquiere mucha importancia en esta época en la que la información se produce en tiempo real a través de las redes sociales.
‘No perder el relato’, es decir, construirlo cercano a los propios intereses, no es, sin embargo, una táctica nueva. La historia nos descubre muchas personalidades públicas con verdadero poder que dispusieron de sus propios ‘amanuenses’ para relatar los hechos en los que estuvieron inmersos, buscando siempre ennoblecer las causas y los resultados. Es necesario transmitir bien para hacerse comprender en los asuntos públicos; también para tapar errores o vender una imagen o ideología.
El problema llega cuando ‘el relato’ sustituye a la acción o la contamina, bien porque esta no existe o porque no interesa que se conozca tal y como es.
Para ser creíble se necesita un 'enemigo' identificable por el gran público y la 'exaltación' de una bandera"
Todo el mundo sabe que últimamente las votaciones ciudadanas desprenden un fuerte ‘tufo’ de desconfianza hacia los partidos. La distribución del voto entre las opciones políticas, al hacer imposible una mayoría absoluta para una sola de ellas, tiene como primera consecuencia que todas se vean obligadas a pactar.
La creencia de que la estructura democrática en nuestro país está consolidada, permite un aumento de la oferta de programas y siglas, pero el criterio de ‘igualación por abajo’ -‘cualquiera está capacitado para todo’- a la hora de elegir a los representantes, conduce a un menor interés por estos.
Es público y notorio que la preparación personal ya no es considerada necesaria. Ha sido sustituida por unas prácticas que tienen más que ver con la lisonja al jefe de turno que con los méritos propios de quienes quieren hacer una carrera política.
Y aquí es donde alcanza fuerza la elaboración de un ‘relato’. Para ser creible se necesita un ‘enemigo’ identificable por el gran público y la exaltación de una ‘bandera’. Ambas son herramientas contrastadas y útiles cuando se carece de un modelo de país o de región sobre los que trabajar.
Si a eso se le unen los ‘actos de fe hacia un líder’ que, para bien o para mal, se ha aceptado como propio, lo anterior podría explicar muchas trayectorias públicas de nuestros días.
Para que dicha estrategia tenga éxito se necesitan ‘oyentes’ desconocedores de todas las variables que interactúan, ocupados en sus cosas, desatentos de lo comunitario y un tanto atrofiados por la mucha información contradictoria que reciben.
Sorprende las simplicidad con que, a veces, algunas personas enjuician lo que acontece, confundiendo anécdotas con categorías"
Si se parte de la base de que ‘cualquier hecho importante de la vida responde a unas causas’, sorprende la simplicidad con que, a veces, algunas personas enjuician lo que acontece, confundiendo anécdotas con categorías.
En el análisis político que desgranan, subyace su planteamiento apriorístico de que el líder nunca se equivoca y de que, siempre, la organización debe ser defendida frente a sus enemigos, porque lo fundamental, lo verdaderamente importante, es que siga existiendo con las menos roturas posibles. De ahí el razonamiento de quienes califican, sin dudar, como ‘traidor’ a un sujeto cualquiera, aunque sea de su misma tribu, solo porque se atreve a denunciar el ‘mantra’ creado, sin pararse a pensar si lo que dice es cierto.
Lo sorprendente es que, a veces, los propios intereses particulares de quienes así actúan pueden verse en entredicho con semejantes planteamientos. Sobre todo por lubar de residencia en una determinada región autónoma.
Carmen Heras