USA elections 2020: ¿Democratic-socialism or freedom? | Martín Barragan
¿Democratic-socialism or freedom? USA Elections 2020
MARTÍN BARRAGÁN ÁLVAREZ
Todos sabemos que en política nada es coincidencia, desde el color de la corbata que usan los candidatos, hasta las personas que ubican a su alrededor.
No es ninguna sorpresa, por tanto, que la nueva dupla del demócrata Joe Biden, Kamala Harris, de quien su carta de presentación no fueron sus méritos ni sus talentos, sino cuestiones tan poco importantes para el desempeño del cargo, como su sexo, su color de piel, su condición migratoria y pasado generacional, planteado más lejos de elegir nueva vicepresidenta que de escoger a una voluntaria de una ONG, llegase a ser una de las noticias con mayor relevancia a nivel mundial en estos días. Tal cual fue minuciosamente planeado.
Las revueltas por la muerte de George Floyd, que desbordaron las calles en 'protestas sociales', denotaron el crecimiento del socialismo en Estados Unidos"
Esta nominación demuestra una desesperada, pero calculada, maniobra por parte del Partido Demócrata para mejorar y elevar la imagen de un Joe Biden frágil y cristalizado que no genera conexión con el electorado como lo hacía en su tiempo Barack Obama, su anterior compañero de fórmula.
Un candidato que siempre que comunica o expresa una opinión sin ensayo previo con su equipo, genera controversia, confusión o malentendidos entre sus votantes. Es una aspirante a presidente que necesita una propuesta real, más allá de ser una opción para los votantes que lo prefieran por puro odio o rechazo al actual presidente Donald Trump que, sin duda alguna, es un rival mucho más preparado dentro de esta contienda electoral.
Joe Biden es un político con más de 35 años de experiencia en el servicio público; sin embargo, a sus nada más y nada menos que 77 años de edad, podemos visualizar que el tiempo sí pasa factura y, como es normal, no es el mismo abogado lúcido que cuando comenzó en el Senado de Delaware.
Es ahí precisamente, que entra Kamala Harris, senadora por California y es Fiscal General del Estado, que ostentó este último cargo durante seis años, quien actualmente, lejos de destacar otros logros, podemos ver la evidente intención de acomodar su imagen a una pura conveniencia político-electoral para atraer votantes negros, latinos y de cualquier grupo minoritario, que bien sabemos, sea por cliché, moda o ignorancia, odial al presidente Donald Trump.
No olvidemos que los recientes actos vandálicos por la muerte de George Floyd, donde decenas de familias de color desbordaron las calles y asaltaron sin sentido alguno cientos de negocios como Apple, Gucci y Louis Vuitton, bajo la justificación de supuestas ‘protestas sociales’, denotaron el estrepitoso crecimiento del socialismo en Estados Unidos. Una moda ‘cool’ para las nuevas generaciones que no leen, no estudian ni investigan.
Un escenario utópico, una historia alentadora, un héroe, un villano, un discurso muy atractivo para el oído, problemas inventados por resolver y, lo mejor de todo, una solución perfecta absolutamente gratis"
La misma generación que se ve identificada en ideologías arcaicas y destructivas, que con simplemente ver una pancarta, infografía, tweet o post de Instagram, donde les venden ser parte de un cambio sustancial cuando en realidad son los ‘tontos útiles’ en calidad de ‘ovejas siguiendo en rebaño’ a los políticos americanos quienes, lejos de velar por ellos, los utilizan para defender a los distintos grupos de poder que en realidad representan.
Como de costumbre, un escenario utópico, una historia alentadora, un héroe, un villano, un discurso muy atractivo para el oído, problemas inventados por resolver y, lo mejor de todo, una solución perfecta absolutamente gratis. Hablamos del ya conocido escenario socialista que ha destruido familias, vidas y, sobre todo, cerebros.
Todo lo que ha llevado a la destrucción de nuestros países en vías de desarrollo, hoy en día lo vemos con fuerza en el país de la libertad, el país de las oportunidades, el país capitalista por excelencia. Algo alarmante para el futuro de Estados Unidos y también del mundo.
El único que se encuentra en medio para detener todo ello es la figura de Donald Trump, nos agrade o no, compartamos su estilo o no. Sin duda alguna, en manos de este personaje queda el futuro de la geopolítica mundial, considerando el secreto a voces de una nueva guerra fría donde los demonios del pasado, los enemigos de la libertad y los momentos más oscuros de la historia, regresan a conjugarse en nuestros tiempos con aun más fuerza.
Cumplimos con aquella frase que se atribuye a Napoleón Bonaparte –«quien no conoce su historia está condenado a repetirla»– y, sin lugar a dudas, quienes sí la han estudiado, planean revivirla con todas las cartas a su favor. La libertad está en peligro, pero nuestras consciencias no están en venta. El mundo libre está en apuros, pero las mayorías silenciosas están presentes.
El mundo está expectante ante las próximas votaciones estadounidenses. El mundo necesita nuevos horizontes y no volver a aquellos que se caracterizaron por su fracaso. El mundo necesita paz, pero necesita, sobre todo, libertad. El mundo necesita un respiro, no más dolor.
Martín Barragán