Rotary y la paz en el mundo | Alberto Astorga
Rotary y la paz en el mundo
ALBERTO ASTORGA
Las obras y proyectos que inicia Rotary en todo el mundo nacen de la diversa actividad de los distintos clubs en plantear soluciones a aquellas necesidades que requieren atención para mejorar situaciones injustas, determinadas condiciones de vida, mejora de la salud y lucha contra las enfermedades que azotan nuestra sociedad e impiden el desarrollo de las personas.
Si bien esta labor abarca un amplio abanico de circunstancias y posibilidades, Rotary concentra sus mayores esfuerzos en seis áreas específicas que incluyen aquellas necesidades urgentes y comunes de la humanidad. Pasar revista a cada una de ellas, permite valorar en su justa medida la grandeza de los distintos proyectos y de las personas que, con su empuje y determinación, los ponen en marcha.
Se trata de seis áreas distintas que abarcan infinitas posibilidades de aportar nuestros esfuerzos personales en beneficio de una sociedad y un mundo mejor.
Entre estas áreas cabe destacar la paz y la prevención y resolución de conflictos, pues en este año 2020, celebraremos el 75º aniversario de la Carta de las Naciones Unidas y su misión para la promoción de la paz.
En 2020 celebraremos el 75 aniversario de la Carta de las Naciones Unidas"
Algo poco conocido pero que viene bien recordar es que Rotary fue una de las 42 organizaciones a las que las Naciones Unidas invitaron para que asesoraran a su delegación en la Conferencia de San Francisco celebrada en 1945, la cual dió lugar a la Carta de la ONU. No es de ahora, sino que desde hace décadas, Rotary trabaja en colaboración con las Naciones Unidas para abordar problemas humanitarios en todos los rincones del mundo. Hoy, Rotary ostenta el mayor rango consultivo que la ONU ofrece a las organizaciones no gubernamentales.
Desde la comodidad de nuestra forma de vida, quizás pasemos por alto que en la actualidad hay 68 millones de personas desplazadas debido a conflictos armados o persecución por diversas cuestiones; que anualmente, las minas antipersonas cobran en muerte o discapacidad un tributo de 20 mil personas; que existen aproximadamente 300 mil niños soldados involucrados en conflictos armados y que el 90% de las víctimas son civiles y, de ellos, la mitad, son niños.
Rotary responde a este reto, identificando los distintos factores que aceleran o desencadenan el conflicto y toma medidas para mitigarlos. Se trata de brindar apoyo a los grupos más débiles y marginados en riesgo de violencia y persecución. De trabajar también con aquellos niños que han quedado huérfanos, lesionados y traumatizados por el conflicto o situaciones que han vivido y de aquellos que han huido de zonas de conflicto y que ponen en riesgo su propia vida en entornos muy violentos.
Pero también hay que prevenir estos conflictos. La pobreza, la desigualdad, las tensiones étnicas, la falta de acceso a la educación y la distribución no equitativa de los recursos son causas subyacentes en estas situaciones.
Por eso Rotary pretende crear las condiciones de vida que los impidan. Algunas veces se trata simplemente de mostrar hábitos que sean útiles a la hora de resolver conflictos de forma pacífica así como enseñar y formar a líderes locales las mejores prácticas y habilidades para dirigir sus comunidades y usar alternativas distintas a la violencia para resolver sus diferencias y problemas. En otras, sin embargo, se facilita el acceso a recursos y condiciones de vida dignas a distintos colectivos.
Desde los clubes rotarios del mundo, podemos presentar candidatos a nuestras Becas pro Paz. Cada año Rotary otorga hasta 130 becas completamente financiadas a líderes dedicados de todo el mundo para que cursen estudios en los Centros de Rotary pro Paz.
La presentación y selección de los distintos candidatos se puede iniciar en cada uno de los clubs que tenemos más cercanos.
Estos centros combinan la capacitación académica y las mejores prácticas para desarrollar capacidades profesionales en el campo de la paz y el desarrollo social. Desde que comenzó el programa en 2002, nuestros centros han capacitado a más de 1300 becarios que hoy trabajan en más de 115 países. Muchos de ellos son líderes en gobiernos, ONGs, ejércitos, educación, servicios y cuerpos de seguridad y en organizaciones internacionales como Naciones Unidas y Banco Mundial.
Se trata de un programa del que nos sentimos especialmente orgullosos y es semilla que poco a poco se va extendiendo en aquellas partes del mundo que más lo necesitan.
Alberto Astorga