Revisionismo | Damián Beneyto
Revisionismo
DAMIÁN BENEYTO
“La historia la escriben los vencedores”. Esta frase se le atribuye al filósofo alemán Walter Benjamin, aunque también al escritor George Orwell e incluso al mismísimo Winston Churchill. Es de suponer que los tres la utilizarían alguna vez en contextos diferentes.
No seré yo quien enmiende la plana a tan insignes personajes, pero en España, en relación a nuestra última guerra civil y a pesar de los esfuerzos de los vencedores, han sido los perdedores y sus descendientes políticos los que, durante bastante tiempo, se han llevado el gato al agua y han puesto las bases para interpretar este acontecimiento.
En los últimos años del franquismo y principios de la Transición, aparecen multitud de libros sobre nuestra guerra civil de indudable valor histórico e imprescindibles para conocer ese capítulo de nuestra historia"
A pesar de que la historiografía moderna apuesta por un estudio objetivo de la historia, en el tema que nos ocupa la objetividad, en algunos casos, es más que discutible. Durante el franquismo se publicaron cientos de libros en nuestro país sobre la llamada “cruzada” y, excepto raras y honrosas excepciones, la mayoría carecieron de rigor y se dedicaron más a ensalzar las bondades del régimen que a dar una visión histórica de los hechos acaecidos, aunque eso no quiere decir que muchos de los acontecimientos narrados no fueran absolutamente fidedignos.
También, en este mismo periodo, se editaron otros tantos libros fuera de nuestras fronteras escritos por los exiliados -es decir, por los perdedores- que también adolecían de falta de objetividad y de un maniqueísmo tan grosero que resulta, en muchos casos, absolutamente ridículo.
Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977. Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.
En los últimos años del franquismo y principios de la Transición aparecen multitud de libros sobre nuestra guerra civil, algunos como los del General Jesús Mª Salas Larrazábal y su hermano Ramón, de indudable valor histórico e imprescindibles para conocer aspectos tan importantes de la contienda como la importancia de la aviación, el bombardeo de Guernica, la intervención extranjera o el llamado ‘ejército popular’. Su ‘Historia General de la Guerra de España’ publicada en 1986 es, por el conocimiento que tienen como militares de la táctica y estrategia bélica y su objetividad, un tratado de gran valor histórico.
La aparición de los llamados escritores hispanistas como, entre otros, el inglés Hugh Thomas, el irlandés nacionalizado español Ian Gibson o el norteamericano Stanley G. Payne, puso de actualidad en el mundo una guerra que muchos de los que la vivieron querían olvidar y que a la mayoría de los que nacieron durante el franquismo ‘se la traía al pairo’. La visión de los foráneos de nuestra contienda civil no deja de ser interesante y sus discrepancias son más que notables. Recomiendo ‘La Guerra Civil Española’ (2014), de Payne por su fácil lectura y la historiografía utilizada.
Entre la pléyade de escritores autóctonos, y como no podía ser de otra manera, que se diría en ‘politiqués’, hay de todo como en botica. La ideología de los autores está muchas veces por encima de la realidad histórica e incluso se retuercen documentos y testimonios para dar a entender lo contrario de lo acaecido.
La 'Historia General de la Guerra de España' de Ramón y Jesús María Salas Larrazábal, es, por el conocimiento que tienen como militares de la táctica y estrategia bélica y su objetividad, un tratado de gran valor histórico"
Durante algunas décadas los historiadores pro Frente Popular se hicieron dueños y señores de las publicaciones al respecto, con el beneplácito de unos y la resignación de otros. Si querías vender un volumen no te quedaba otra, aunque hubieras militado en la democracia cristiana de Gil Robles, como Javier Tusell, o hubieras sido cura durante el franquismo, como Santos Juliá.
La mayoría de los historiadores rojelios no sólo se han dedicado a tergiversar muchos de los acontecimientos acaecidos y a ocultar hechos y documentos que ponían en riesgo sus teorías, sino que además han hecho de sus conclusiones dogma de fe y cualquiera que ose discutirlas se convierte en un revisionista de tres al cuarto.
Se han inventado una especie de fundamentalismo histórico de nuestra contienda, que está creando un estado de opinión a todas luces sesgado y muy poco objetivo.
Al más puro estilo del marxismo, el historiador que se atreva a revisar de forma significativa las premisas esenciales fijadas por esta caterva de ‘historiadores’ de la siniestra, se convierte en una especie de Eduard Bernstein –político socialista alemán que a finales del XIX puso en solfa algunas de las teorías de Marx, por lo que fue repudiado por la ‘ortodoxia marxista’-.
La aparición en escena de algunos historiadores llamados peyorativamente ‘revisionistas’, con bastante éxito por cierto, ha puesto de los nervios a sus colegas frente-populistas, que aprovechan cualquier circunstancia para desacreditarlos e, incluso, ridiculizarlos.
A pesar de ese empeño, autores como Pio Moa, Cesar Vidal, Manuel Álvarez o Roberto Villa, entre otros, han puesto en entredicho algunas de las teorías y afirmaciones, siempre interesadas, de la ortodoxia frente-populista. Recomiendo el libro de Manuel Álvarez y Roberto Villa, ‘1936 Fraude y Violencia en las elecciones del frente popular’, que demuestra, sin lugar a dudas, la ilegitimidad del gobierno salido de las urnas en las elecciones de febrero de 1936.
La aparición de algunos historiadores llamados peyorativamente 'revisionistas' ha puesto de los nervios a sus colegas 'frente-populistas', que aprovechan cualquier circunstancia para desacreditarlos e, incluso, ridiculizarlos"
Por supuesto, detrás de este desmadre historiográfico de los ‘historiadores zurdos’, han estado los partidos de izquierda, especialmente el PSOE, interesado en ocultar su historia llena de miserias políticas y de atentados contra la libertad y la democracia. El sonatillo Zapatero y su alumno aventajado, el tal Sánchez, con sus leyes de ‘vendetta histórica’ sólo pretenden acallar las críticas a una izquierda que propició, y hasta deseó, que se desencadenara una guerra civil en España.
Soy de los que opina que aún no hay perspectiva histórica para abordar con objetividad lo que ocurrió en España en gran parte de la primera mitad del siglo XX; por eso, pretender imponer cual axiomas, teorías fundamentalistas al respecto, no deja de ser una falacia interesada.
La guerra civil fue consecuencia de acontecimientos, incluso anteriores a la instauración fraudulenta de la II República y ya desde 1917 se veía venir. En ese conflicto, como está demostrado, no hubo buenos ni malos, sólo víctimas inocentes utilizadas por unos y otros para imponer su proyecto de estado, que por otra parte, en ningún caso iba a ser democrático, por mucho que se empeñe en rebatirlo el rojerío patrio.
Damián Beneyto