Protagonistas de la Transición: Tomás Martín Tamayo | Alberto Astorga
Tomás Martín Tamayo
ENTREVISTA DE ALBERTO ASTORGA
Es reconocido por su labor literaria, en la que, además de catorce títulos anteriores, añade y destaca El enigma de Poncio Pilatos, editado por Planeta, y El secreto del agua, publicado por la Diputación de Badajoz. Es también columnista en el Diario HOY y autor del blog Cuentos del día a día.
¿Cómo describiría aquella España que ejercía la democracia en 1977?
Era una España entre perpleja, confusa, esperanzada y alucinada porque acabábamos de salir del cascarón y no conocíamos el camino a seguir. Por una parte estaba la tendencia al proteccionismo que habíamos perdido y, por la otro, la posibilidad de afrontar retos que ignorábamos y para los que carecíamos de manual de instrucciones.
¿Qué hemos ganado en estos 40 años de democracia? ¿qué perdimos? ¿se puede echar algo de menos?
Hemos salido ganando. Creo que el saldo es netamente positivo a favor del cambio y la evolución.
Todos hemos crecido y todos hemos desarraigado visiones y tendencias que hoy nos parecen del paleolítico. Cuando se abren las puertas no se pueden dejar entreabiertas y son muchas las cosas que se fueron, creo que para siempre.
Sí que podemos echar de menos, desgraciadamente, el respeto, la solidaridad, la garantía de que se pasarían ciertos límites, …
¿Cómo han cambiado los valores de la sociedad en todo este tiempo?
Fijémonos en cómo han cambiado, por ejemplo, los automóviles, las relaciones padres/hijos, los fundamentos de pareja, la visión dela Iglesia, el respeto a las leyes, el miedo a la cárcel, … España ha evolucionado y el problema es que, tal vez, lo ha hecho muy deprisa, casi sin tiempo para asimilar todo lo que estaba cambiando.
Los partidos han evolucionado hacia el esperpento, convirtiendo la democracia en 'partitocracia', olvidando la inquietud de la calle, para centrarse en la 'cosa nostra'. Nada de lo que esta fuera de la colmena interesa a la colmena"
¿Qué valores se honraban en aquella Transición a la democracia?
La política, después de un tiempo de contención, se ha ‘desparramado’, entrando de lleno en la corrupción, que era algo que al principio no estaba en la hoja de ruta de nadie.
En la Transición se hicieron muchas trampas para evitar retrocesos, dejando todo en manos de los partidos políticos. Y estos han evolucionado hacia el esperpento, convirtiendo la democracia en ‘partitocracia’, olvidando la inquietud de la calle, para centrarse en el ‘cosa nostra’. Nada de lo que esta fuera de la colmena interesa a la colmena.
En 1977, queríamos sinceramente ayudar, desalambrar, abrir puertas y ventanas para poder desperezarnos del largo letargo de los últimos cuarenta años… Nada que ver con la política y el político de ahora, egocéntrico, egoísta, desclasado y miserable.
¿Se podrían recuperar algunos valores para hoy?
Recuperar valores es una añoranza que conduce a la melancolía. Los valores volverán por su propio peso, depurados y adaptados a un nuevo tiempo que nada tiene que ver con el de 1977.