Presupuestos | Damián Beneyto
Presupuestos
DAMIÁN BENEYTO
Los presupuestos son la planificación por adelantado de los gastos e ingresos de una actividad económica. Normalmente el periodo previsto para su ejecución es anual aunque siempre existe la posibilidad de que se prorroguen si los siguientes no son aprobados.
La llegada del otoño nos trae cada año el sonsonete de lo que nos depararán los ‘presupuestos’ de los distintos organismos públicos con la incógnita de si la correlación de fuerzas existente permitirán su aprobación.
Los presupuestos estrella son los PGE (Presupuestos Generales del Estado) a los que los medios, incluso antes de ser registrados por el gobierno en sede parlamentaria, comentan, critican, analizan y desmenuzan para gozo de unos y disgusto de otros.
Los presupuestos son una ley eminentemente política en la que lo importante es su aprobación, sea al precio que sea; beneficiando a unos o perjudicando a otros"
Es cierto que el camino por el que pasarán será largo, teniendo en cuenta que el gobierno de turno, si no tiene mayoría absoluta, deberá buscar apoyos suficientes y, además, enmiendas a la totalidad aparte, se discutirán miles de enmiendas parciales que presentarán todos los partidos con representación parlamentaria. Sin embargo, la filosofía y prioridades de la nueva Ley presupuestaria no suele sufrir muchos cambios.
Según mi experiencia política, los presupuestos que realizan los distintos estamentos políticos, Estado, Autonomías, Diputaciones, Ayuntamientos, etc., son una mera declaración de intenciones que en la mayoría de las ocasiones se queda en agua de borrajas.
Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977. Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.
Lo primero que se incumple es el capítulo de ingresos. Las expectativas recaudatorias están muy por encima de lo que realmente se recaudará. Los autores de la Ley son conscientes de ello, pero la necesidad de cuadrar las cuentas, unido a que hay que satisfacer las demandas de ciertos organismos, colectivos o prebostes, hace que se parta de una premisa falsa, aunque ‘el cuento de la lechera’ suponga el aumento de la deuda pública, el impago a proveedores o, lo que ya es una práctica habitual, no ejecutar en todo o en parte partidas presupuestarias del capítulo de inversiones; es decir, incumplir la Ley.
Además de los gastos corrientes, entre los que se lleva la palma los sueldos de los funcionarios y las pensiones, el capítulo que más expectación genera, al menos informativa, es el de las inversiones. Todos los años aparecen en los medios el ya famoso mapa por comunidades donde se aprecia la comparativa entre lo que se recibió y lo que se va a recibir y entre lo que reciben unas comunidades y otras.
Los PGE son una Ley eminentemente política donde lo que importa es su aprobación al coste que sea, aunque sea favoreciendo a unos y desfavoreciendo a otros.
La nueva Ley de presupuestos presentada por el gobierno socialcomunista del tal Sánchez vuelve a ser nuevamente un compendio de arbitrariedad política y de falta de sostenibilidad económica bajo una aureola de falso progresismo populista cercano al comunismo rancio.
Las debilidades del PSOE, tanto en el gobierno, donde Podemos le aplica el derecho de pernada, como en el Congreso, donde separatistas, filoterroristas y ‘naZionalistas’ le pasan constantemente la factura, hace que estas cuentas sean, según la información aparecida en los medios, lo más parecido a un chanchullo, apaño o trapicheo para que el tal Sánchez y sus mamandurrieros sigan en la poltrona sin mayores sobresaltos.
La falta de escrúpulos del socialismo patrio no debe ser óbice para no reconocer que nuestra Ley electoral propicia estas situaciones que están generando desigualdades que con el paso de los años se hacen más evidentes sin que los partidos mayoritarios se den por aludidos.
Las debilidades del PSOE hacen que estas cuentas sean lo más parecido a un chanchullo, apaño o trapicheo para que el tal Sánchez siga en la poltrona"
Todo parece indicar que nuevamente los socios de su ‘narcisidad’ se llevarán el trozo más grande del pastel presupuestado para garantizarse el apoyo necesario para finalizar la legislatura. Da igual que comunidades históricamente desfavorecidas sigan ‘vaciándose’ y que sus infraestructuras se queden obsoletas y dificulten su desarrollo; lo importante es mantener el trono. El fin justifica los medios, aunque eso conlleve que millones de españoles se las tengan que apañar con las migajas que caen de las mesas de otros. Vascos, navarros y catalanes seguirán chupando del resto de españoles gracias a un sistema electoral absurdo y a un régimen fiscal obsoleto e insolidario.
Cataluña, gracias al chantaje de ERC, será la comunidad que más dinero reciba vía presupuestos, aparte de las donaciones pertinentes bajo cuerda cada vez que haya que sacar al gobierno de algún apuro. Vascos y navarros que, gracias al obsoleto sistema foral, recaudan directamente de sus ciudadanos y no cumplen con su aportación al Estado, también reciben alguna propina que otra, además de las derramas pertinentes por servicios prestados en pro de asegurar la estabilidad del gobierno.
El derecho de pernada de Podemos también va a incidir de forma relevante en el reparto de los peculios, los ministerios que regentan, cuya utilidad pública es más que cuestionable, se llevarán un buen mordisco del pastel para gastárselo en parir leyes absurdas y ridículas y en enchufar a conmilitones sin oficio ni beneficio, que no han pegado un palo al agua en su vida y cuyo certificado de penales no tiene desperdicio.
Pero si hay algo indignante en los próximos PGE es el trato que recibirá Extremadura, la comunidad más pobre de España y una de las más pobres de Europa. La aportación de 2021, que ya de por sí era ridícula, descenderá en unos 10 millones de euros e infraestructuras fundamentales para su desarrollo serán o hipo-financiadas o simplemente no se contemplarán. Los regadíos de La Serena, la autovía A-43 llamada de Extremadura que no tiene ni un solo kilómetro construido en esta comunidad, la entrada sur a Plasencia por la N-630, la autovía Cáceres-Badajoz, son algunos ejemplos del abandono del socialcomunismo a Extremadura.
Del ferrocarril mejor no hablar, pues no solo no se contempla ninguna actuación desde Navalmoral de la Mata a Madrid sino que del dinero presupuestado el ejercicio anterior no se ha ejecutado ni una tercera parte. Es decir, nos dan poco y ni si quiera se lo gastan. ADIF solo ha gastado el 27,5%, ADIF el 13,5 y RENFE el 7%. ¿Qué ocurre con el dinero sobrante?
El papelón del gobierno autonómico está siendo de órdago, ni una queja, ni una protesta, ni un respingo, ni un suspiro, nada de nada. Nuestro orondo presidente ‘está feliz como una perdiz’ y más ahora que su ‘narcisidad’ le va a ascender.
El pueblo extremeño, amante furibundo del refrán ‘más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer’, lleva con resignación ‘presupuestaria’ el paro (que desciende por que cada vez somos menos en edad laboral), la emigración de los jóvenes, la ínfima renta per cápita, la presión fiscal (la más alta de España), la sanidad pública cada vez más deficiente por falta de medios, la educación con las mayores tasas de fracaso escolar, el transporte público prácticamente inexistente, etc.
Los PGE de 2022 prometen más despilfarro, más deuda, más desigualdad, más agravios y especialmente para Extremadura un poquito menos de lo mismo. Eso sí, los prebostes socialistas extremeños no se cansan de hablar de igualdad supongo que se referirán a la que hay entre los de su ‘especie’.
Damián Beneyto