Personas, más que políticos | Fran Fragoso

Desde muy joven me ha interesado la política, pero siempre como servicio a los demás, como la oportunidad de poder trabajar en tu comunidad para hacer cosas en beneficio de todos. Primero, como concejal y, después, como Alcalde de Badajoz, la vida me ha dado la oportunidad de trabajar con gente con la que convivo y en la ciudad donde tengo un proyecto de vida, con mi familia, los amigos y el trabajo.

Porque, en realidad, la política, en contra de lo que mucha gente cree, desgraciadamente, no es ni un ente abstracto ni algo lejano o ajeno ni, por supuesto, una clase social distinta. Cuanto más bajamos el escalón, es decir, cuanto más cercanos estamos a los ciudadanos a consecuencia de la Administración donde han decidido situarnos, más se constata esta evidencia

En el ámbito de la política municipal, en una ciudad como Badajoz, que siendo gran capital sigue manteniendo la calidad de vida, el aroma de las ciudades donde casi todos se conocen y todo nos importa y afecta directamente, la proximidad es fundamental. Y es aquí donde descubrimos, donde los vecinos descubren, que, detrás de la política y de los políticos, hay personas, no ideologías, o por encima de las ideologías.

Personas con valores, con principios, con ideas, con sensaciones, con emociones, con ilusiones y con sueños. 

Personas que, aun estando detrás de ideologías o partidos o siglas u organizaciones, deben demostrar lo más importante: que son buenas personas, honradas, honestas, con criterio, con capacidad, con entusiasmo, con ganas de trabajar. Creo que a esto le llamamos servicio público.

La política es servir a los demás y qué mejor manera de hacerlo que sabiendo que cuanto haces tiene consecuencias para gente con la que te cruzas a diario por la calle o en el supermercado o a la puerta del colegio cuando llevas a los niños o en tu trabajo. 

La política es servicio, es hacer que los demás sean felices, que se sientan orgullosos de su ciudad, que tengan oportunidades, que disfruten viviendo donde han elegido vivir con los suyos. 

La política es emocionarse con los demás, especialmente con los que menos tienen, con los que más necesitan ayuda, porque sientes la satisfacción de estar contribuyendo a que salgan de sus problemas, a que tengan un futuro. Nada que ver con los espectáculos que a veces tenemos que sufrir en los telediarios. 

La política de ciudad es una política tan cercana que nadie se puede evadir de la exposición pública, donde todo el mundo está pendiente y donde las consecuencias de cada decisión que tomas la tienes en la puerta de casa. La política municipal es política de personas para personas y quien se atreve o se despista y sale de esta ecuación, debe ser consciente de que la gente se da cuenta y le dejará de lado.

Los valores no vienen de serie ni se pueden escenificar. Los valores nos definen como personas y son esos valores los que llevamos a la política que solo cree en las personas y en hacer que esas personas sean felices. 

Si los valores, los principios, las formas de conducirte por la vida fallan, la política solo será un corsé que nos asfixiará y llevará a la melancolía y el desastre. Si sabemos compartirlos con la gente, habrá merecido la pena dedicar unos años a la vida pública. 

Francisco Javier Fragoso