El nuevo liderazgo en las organizaciones | Javier Cabanillas
El nuevo liderazgo en las organizaciones
JAVIER CABANILLAS
¿Creéis que volveremos a lo que teníamos antes? Por supuesto que no. Nadie hoy en día sabe cuáles serán las reglas que están por llegar. No sabemos cuál será su intensidad ni el tiempo que durará esta etapa de transición que, creo, será prolongada. Lo que sí debemos tener claro es que el peor escenario posible es no hacer nada. ‘La parálisis por el análisis’.
Hablamos de liderazgo y cómo afectará la situación vivida del Covid-19 a las relaciones en los equipos, la comunicación interpersonal, el modelo de liderazgo a utilizar tanto de forma vertical, transversal o de 360º. En un principio, solo lo que se nos viene son dudas.
Estamos en un momento que nos obliga a tomar decisiones. No es el momento de dudar o de esconderse bajo el paraguas de las instituciones o las estructuras. Es el momento de mantener la calma y sembrar un sano optimismo, porque para mucha gente es un momento de angustia, de incertidumbre, en el que no sabemos cómo será el futuro y quién no sabe qué hacer, tiende a no hacer nada.
Hablamos de liderazgo y sobre cómo afectará la situación del Covid-19 a las relaciones en los equipos, la comunicación interpersonal, el modelo de liderazgo a emplear tanto vertical, transversal o 360º"
La peor consecuencia en situaciones difíciles es la ceguera que invade a los equipos ejecutivos a la hora de tomar decisiones.
El liderazgo hasta ahora utilizado se ha convertido, de la noche a la mañana en ineficiente y se hace necesario darle un giro para renovarlo. El liderazgo basado en principios y valores ha llegado para quedarse y se acentuará con mayor intensidad tras la pandemia.
Para liderar de forma inteligente, debemos hacernos preguntas que sean poderosas, preguntas que nos hagan reflexionar y preguntas que podamos resolver en equipo, para que así, todos tomemos soluciones, nos involucremos y tomemos acción.
Sugiero que, como preguntas inteligentes, nos hagamos las siguientes: ¿Dónde vamos? ¿Cómo vamos? y ¿Qué camino vamos a tomar para llegar?
Acciones para emprender por los líderes en 'contexto Covid-19'
A todos nos ha sorprendido la llegada del Covid-19. Y lo ha hecho por su impetuosidad, rapidez de expansión, desconocimiento de su virulencia y mutación, acciones para controlarlo y, lo pero de todo, es que, con seguridad, tardaremos en salir de ello.
Esto ha hecho que hayamos cambiado la forma de consumo, la forma de relacionarnos, la forma de trabajar, así como la forma de dirigir equipos, pues unos miembros están en la oficina mientras otros se encuentran en reclusión forzosa en sus casas con teletrabajo. Nos ha pillado todo por sorpresa y ha cambiado bruscamente las reglas del juego en el liderazgo de equipos.
Para poder recomponer la forma de actuar, necesitamos saber qué tipo de liderazgo emplear en función de los miembros del equipo que trabajan tanto en casa como en la oficina, de sus personalidades y circunstancias de cada persona. Todo se ha tenido que adaptar en tiempo récord y ha provocado que el directivo tenga que salir de su zona de confort y mirar las cosas con otra perspectiva, pensar de otra forma y actuar como nunca antes había actuado.
Tengamos en cuenta que la responsabilidad de la dirección, y mucho más concretamente del líder, está en el emprender, indicar la visión, las estrategias a implementar y los resultados a obtener. De el líder dependerá transmitir esa tranquilidad al equipo.
En todas las crisis, y esta no es menos, los líderes necesitan un plan orquestado de respuestas a problemas concretos. Necesitan cambiar su forma de pensar y de desarrollar destrezas que le permitan reaccionar de forma inmediata y ágil a los problemas que surjan en ámbitos como los siguientes:
Desde la perspectiva empresarial, el líder debe transmitir confianza en su equipo, creando un nexo interpersonal más fuerte incluso que en momentos y circunstancias normales. Debe preocuparse por la situación personal de los componentes del equipo, de sus familias, sus emociones y sus sentimientos; cuáles son las preocupaciones que más le abruman para poder tranquilizarlos.
Pensemos que lo que mueve a todo ser humano, por regla general, son las emociones, los sentimientos; y el nuevo liderazgo debe enfocarse en conocer las habilidades de las personas del equipo, de cómo piensan, qué les preocupa y qué no les preocupa, de estar más cerca de ellos, de dedicarles tiempo, de realizar feedback, de empatizar y de cultivar una comunicación sincera y cercana. En definitiva, ser más humano. He escuchado muchas veces decir a los directivos que ‘el mayor valor de la empresa es el equipo humano’. Sí, efectivamente. También lo creo y queda bonito, pero en ocasiones no es nada sincero. Se queda en simples palabras y, a la hora de aplicar la frase, desaparece todo ‘humanismo‘.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es ¿quién motiva al motivador? El líder debe cuidarse tanto físicamente como emocionalmente, para poder tomar las decisiones de forma coherente y armónica. Si descuidamos esta faceta, veremos nuestro entorno exterior de forma distorsionada.
El nuevo liderazgo debe enfocarse en conocer las habilidades de las personase equipo, de cómo piensan, qué les preocupa y qué no les preocupa"
En relación a la forma de comunicarnos, también se trata de un campo que debemos dominar, si lo que queremos es llegar al fondo de las personas. Albert Mahrabian, tras años de experimentación, encontró que en ciertas ocasiones lo que se comunica tiene una importancia muy baja con respecto a laque vemos y escuchamos. Mehrabian explica que las propias palabras cuentan tan solo un 7%; la voz, el tipo de entonación, la resonancia y proyección llegan al 38%. Sin embargo, el lenguaje corporal, la respiración, la mirada, la expresión del rostro, la postura y los gestos se elevan hasta el 55%.
Por ellos es importante que consideremos el componente emocional de la comunicación, pues aporta los matices y son los que despiertan y provocan las emociones.
Como elementos fundamentales en nuestra comunicación, aparte de las palabras, son la expresión facial, la sonrisa, la mirada, el aspecto físico, la voz, la postura corporal y la forma de vestir, el contacto físico, los gestos de nuestro cuerpo y extremidades y es espacio físico que dejamos a nuestro interlocutor. Seamos conscientes y cuidadosos con todo esto.
Otra clave de éxito es la confianza, el promover el compromiso y la productividad en los individuos. Si es importante en condiciones normales, más importancia tiene en tiempos de crisis. El líder debe dar esa seguridad física y emocional a su equipo, a sus proveedores, a sus colaboradores, a sus clientes, para que, de esa forma, se puedan platear dudas, preguntas, miedos y resolverlos de una forma abierta y transparente que no deje la menor duda para afianzar esa confianza, ese compromiso y esa productividad tanto importantes.
Solucionar los problemas y ofrecer alternativas a las soluciones que se vayan planteando. Las soluciones y las alternativas en momentos de crisis no son las mismas que en circunstancias de normalidad. En momentos de graves dificultades, coló las que hoy vivimos, las soluciones deben ser creativas y deben ser también compartidas con los implicados para así ofrecer esa tranquilidad que tan difícil es mantener, pero necesarios para progresar buscando la colaboración y creando equipos multidisciplinares que apacigüen la tempestad.
Cuanto antes nos pongamos a trabajarlas sugerencias aquí apuntadas como valores y principios básicos, antes encontraremos las nueva normalidad y la estabilidad, al menos mental y emocional que tantas personas están buscando.
Javier Cabanillas