Mujer, política y medio rural | Nandi Ortiz
Como lo hago, lo cuento
NANDI ORTIZ
Ser mujer en el medio rural y ser además política, en mi caso alcaldesa, es poder tocar la realidad desde el más absoluto apego al “terruño”, dicho en el más amplio sentido de la expresión.
No me comparo ni compito con nadie. Simplemente tengo el gran honor ser la alcaldesa de Maguilla, de mi pueblo. Y puedo decir que soy la primera mujer en su historia que ostenta este cargo.
No sé qué es ni cómo se gestiona una ciudad ni un pueblo grande. Sé, y lo vivo, qué es ser alcaldesa de un pueblo chico. Y se trata de una actividad muy transversal y multifuncional. Como decía mi madre “hay que servir para un roto y para un descosío”.
Nací y me crie en el seno de una familia humilde. Me educaron en el trabajo duro y honesto. Viví viendo a mi madre trabajar a la par que mi padre, sin diferencias. Ambos me inculcaron valores que hoy agradezco: la honestidad, la humildad, el respeto…
En el entorno rural, la política adquiere la dimensión real de los problemas de todos y cada uno de los vecinos, con su apodo, su nombre, su apellidos y todas sus circunstancias"
Quizás por ello, para mi el ser mujer y política en el medio rural es eso: trabajar duro, muy duro y honestamente; ponerse debajo de quien más abajo esté para, en la medida de lo posible, frenar su caída; tener como principio la igualdad de todos y, ante la igualdad, que prime la necesidad.
Hay siempre que ser muy consciente de que las dificultades son muchas y que, además, se multiplican constantemente, mientras que al mismo tiempo, los recursos escasean. Nadie regala nada, la imaginación se hace arte y la humildad tiene que ser un mandamiento.
En este entorno, la política adquiere la dimensión real de los problemas de todos y de cada uno de los vecinos con su apodo, nombre, apellidos y circunstancias particulares de cada cual. Significa dejar a un lado “la foto”, la impostura y el “postureo” (eso tan utilizado, traído y llevado en la actual “política-pop”), para “arremangarse” e intentar, incluso a veces más allá de lo posible, resolver los problemas diarios a los vecinos. ¿Qué más da si eres hombre o mujer?
Solo conozco una fórmula: trabajo, trabajo, trabajo y, en última instancia, trabajo. Y a ello súmale, además, la vocación y la convicción de contribuir a mejorar la vida de tus paisanos y pensando siempre en “qué pueblo queremos para el futuro”.
Te ves obligada a buscar la mínima inversión, sacar “las tres cosechas a la oveja” y sabiendo que tu familia crece. Porque “tu familia” pasa a ser tu pueblo al completo y, en esa ecuación, dejas de ser una incógnita, dejas hasta de ser protagonista para que la importancia la adquieran la vida de los demás.
Nunca se debe olvidar, ni por un solo instante, que a esto de la política municipal nos presentamos de forma voluntaria, nadie nos ha obligado ni nos obliga, y por ello, en aras de la mínima coherencia, debemos renunciar al derecho de quejarnos. No es fácil y nadie dijo que lo fuera, pero eso es hacer y ser política de pueblo.
A lo largo de estos años me han llamado “presidenta atípica”, “alcaldesa atípica”, “política atípica”, siempre con la coletilla “atípica”. Y siempre respondo lo mismo: es mi forma de hacer, que no de decir; soy así, así veo este trabajo y así procuro desarrollarlo a diario.
Podrá compartirse o no mi manera de llevar a cabo mi responsabilidad, mi forma de hacer política, pero esta es la que sé, la que hago y la que quiero seguir haciendo. Y si es considerada “atípica”, sinceramente, me entristece. Creo que debería ser la más normal del mundo en este ámbito.
Nandi Ortiz
Nandi Ortiz, Alcaldesa de Maguilla, más por ella misma que por el Partido Popular por el que se presentó. Cuando reviso este artículo, Nandi ha fallecido. Lo hizo el 7 de julio de 2019. Al margen de valoraciones ‘de partido’, Nandi era mi amiga, poco dada a correcciones y siempre hablando claro de lo que consideraba justo. Ella me convenció de que me quedara ‘en este patio’. Nandi, descansa en paz.