Los valores del PSOE | Ignacio Sánchez Amor
Los valores del PSOE
IGNACIO SÁNCHEZ AMOR
Los valores del PSOE han sido a lo largo de su historia los inspiradores del movimiento socialista internacional, es decir, el énfasis en la igualdad en el centro de toda su cosmovisión.
Pero esta afirmación genérica ha ido afinándose a lo largo de siglo y medio, introduciendo modulaciones y aperturas a otras tradiciones ideológicas. El marxismo inicial del movimiento socialista, enraizado en una sociedad profundamente injusta, no condujo a abrazar la negación de la libertad personal que llevaba implícita la deriva comunista. Al contrario, con el paso de los decenios ese binomio igualdad/libertad se constituyó en la columna vertebral del programa máximo del PSOE.
“Socialismo es libertad” proclamaban los eslóganes del PSOE en la Transición, tratando de contrarrestar la propaganda franquista predemocrática que mezclaba a Felipe González con Stalin y Mao, en un batiburrillo que pretendía desdibujar las diferentes tradiciones de la izquierda.
De la corriente socialdemócrata europea adquirió el PSOE algunos de sus valores esenciales, y muy en primer lugar la aceptación plena y sincera del marco democrático constitucional, desechando antiguallas como la dictadura del proletariado que todavía inspiraban al comunismo en la segunda mitad del siglo pasado.
No es verdad que el mercado dejado a su libre juego conduzca a una extensión o a una redistribución justa de la riqueza"
Y de la socialdemocracia, pero también de sus raíces republicanas españolas, adquirió una concepción intervencionista de la economía, tras constatar decenio tras decenio que no es verdad que el mercado dejado a su libre juego conduzca a una extensión o a una redistribución justa de la riqueza de una sociedad.
Los poderes públicos no pueden ser meros árbitros observadores, deben actuar positivamente para lograr más equidad y repartir con justicia los beneficios de la economía, especialmente protegiendo a los más débiles de cada sociedad.
Más tarde, el PSOE, como el socialismo europeo en general, asumió de una manera muy natural postulados de diferente origen ideológico, pero que encajaban perfectamente en ese tronco fundamental. Por ejemplo, el ecologismo y el feminismo.
En esta evolución en el mapa de valores, el PSOE presenta un recorrido similar al de otros partidos socialistas y socialdemócratas europeos, con el condicionante del retraso derivado de haber tenido que actuar frente a una larga dictadura de la que se libraron otros países tras la Segunda Guerra Mundial.
Ahora bien, ¿cuáles serían los valores adicionales y particulares del PSOE en este marco general del socialismo europeo? Yo creo que un rasgo esencial es la asunción de la diversidad territorial española y, en consecuencia, un federalismo que todavía no es tan explícito y parece encontrarse en fase de maduración. Cuando el PSOE dice que es el partido que más se parece a España, se refiere en parte a esta cómoda actuación en un marco político con diferentes actores e identidades.
Otro rasgo esencial y diferencial del PSOE es su profundo municipalismo, en la conciencia de que todos los ciclos de buenos resultados electorales derivan de una gran presencia política en lo municipal. Y ello conduce a que la figura de los alcaldes socialistas tenga una predominancia y un afecto especial entre los socialistas
Y en cuanto a los valores que se encarnan en las personas concretas, en los militantes, uno de los valores más apreciados es la fraternidad, la sensación de compartir algo más que un carnet con los demás socialistas, una especie de solidaridad interna de la que a veces se han aprovechado quienes pretendían blindar actuaciones personales reprochables usando la cobertura colectiva de sus compañeros.
Sois socialistas, no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearnos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes"
Pablo Iglesias
Y otro valor, derivado de la autoexigencia de honradez personal, es una cierta concepción negativa del éxito económico personal. No gustan los socialistas que devienen ricos; no gusta esa “beautiful people” presuntamente progre; no gusta el exhibicionismo ni de poder ni de dinero. Y menos entre los propios.
A los socialistas españoles no hace falta tocarles mucho las palmas para que despellejen a los que de entre ellos optaron por las puertas giratorias y el éxito económico. Eso representa, como mínimo, una incomodidad.
Digamos que los del PSOE se mueven con naturalidad en la modestia, el trabajo y la vida digna (no en la pobreza como paradigma), y les fastidia el pelotazo y el exhibicionismo. Quizá tenga que ver con la cultura española y católica en general, tan distinta de la ética protestante y su consideración positiva del éxito personal.
Ignacio Sánchez Amor