Los ‘imanes’ políticos | Ines Martínez
Los 'imanes' políticos
INES MARTÍNEZ
Hay personas que tienen luz propia. De esas personas que cuando platicas con ellas te impactan por la pasión con la que reflejan vivir no solo el día a día, sino por los motivos qué dicen vivir. Es este tipo de personas los que son verdaderos líderes, son los que pasan del dicho al hecho y sus acciones valen más que mil palabras.
La cultura política en El Salvador es muy curiosa. Cuando tengo la oportunidad de dar ponencias o charlas sobre esto siempre hago hincapié en que tenemos una cultura política parroquial en el buen salvadoreño se entiende y actúa como “Vicente va donde va toda la gente”. Porque hemos estamos acostumbrados a falsos líderes y a falsos profetas que dicen mucho y hacen poco.
La religión y las ideologías políticas han sido componentes fundamentales para el cimiento de nuestra cultura política extremadamente manipulada. En nuestra sociedad, la religión y la política han estado mezcladas desde siempre y cuando llega época de campañas electorales se evidencia su acercamiento. Ambos grupos representan a gran cantidad de personas que han creído y creen en sus líderes.
La religión y las ideologías políticas han sido componentes fundamentales para el cimiento de nuestra cultura política extremadamente manipulada"
Esto facilita y se presta a la difusión de información a conveniencia de quien la diga, de cómo lo diga y cuándo lo diga, lo que representa un peligro en nuestra cultura política democrática.
¿Es posible mezclar religión con política? Muchos seguramente dirán que sí y otros que no, todo depende del punto de vista que se quiera ver.
Sin embargo, para que exista una cultura política democrática elevada, incluso más que participativa, se requiere el respeto irrestricto a los derechos humanos, independientemente quien se sea.
El irrespeto a los derechos humanos en el país empieza desde que nos dividen según clases económicas, por nivel educativo, por sexo, por todo; incluso por exigirnos una posición partidaria: ¿derecha o izquierda?
¿Acaso nuestros derechos humanos tienen un tinte ideológico partidario? ¿Por qué atacar a personas que piensan contrario a nosotros si consideramos que el sistema político democrático consiste precisamente en eso, en la existencia de pensamientos diversos y autónomos como personas y colectivos como organizaciones?
Los pensamientos diversos son los pilares de una cultura política democrática en la que todos podemos ser imanes políticos y siempre sujetos de derechos y deberes. Ser un ‘imán’ político es atraer e inspirar a otros con el ejemplo para construir poco a poco el país que queremos. Un ‘imán’ político nunca debe destruir, solo construir. ¿Qué tipo de imán quieres ser tú? ¿Qué tanto estás dispuesto a aportar para construir? ¿No valdrán más hechos que palabras?
Ser ‘imanes’ políticos es de gran responsabilidad, pero al mismo tiempo se trata de multiplicar el talento de crear, dirigir y aportar nuestras ideas a un proyecto de vida y de nación. ¿Por qué no usamos esa atracción magnética para acciones positivas y dejamos aparte el odio de las redes sociales, las acusaciones infundadas, la envidia a quienes son valientes y deciden postularse a un cargo político? Todo esto dejémoslo en la época prehispánica ya lejana.
Ser 'imanes políticos' es atraer e inspirar a otros con el ejemplo para construir poco a poco el país que queremos"
A propósito de épocas, ya que estamos próximos a las fechas de Navidad ¿Por qué no practicamos siempre ese amor navideño durante todo el año y nos evitamos tantas confrontaciones ideológicas? Debemos predicar más con el ejemplo y no pedirle a otro que haga algo que nosotros no seríamos capaces de hacer.
El verdadero poder reside en el pueblo y ese pueblo somos todos, independientemente de la ideología partidaria, ideología religiosa o filosofía de vida. La cultura política, depende de nosotros, de cada uno de nosotros, y así será el nivel de calidad que exijamos a nuestros gobernantes y podamos poner fin a tanta manipulación mediática, religiosa y política.
Ines Martínez