La mujer en sociedad | Lola Izquierdo
La mujer en sociedad
LOLA IZQUIERDO
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las mujeres “estamos de moda”; los partidos se esfuerzan para demostrar quién es el más feminista. Instrumentalizan el 8 de marzo, mítines, actos, soflamas, manifestaciones…, pero se carece de propuestas reales que faciliten la carrera profesional de la mujer, su desarrollo y la igualdad de oportunidades.
Escribe una mujer trabajadora y madre de familia con tres hijos. Por mi edad (nacida en la década de los 60), pertenezco a esa generación de mujeres que decidimos estudiar y ser independientes pero que, a la vez, habíamos tenido una educación basada en la familia y en los valores que conlleva. Desde mi condición de empresaria-trabajadora autónoma tuve que compaginar mi tarea profesional con la de criar a mis hijos. Siempre conté con el apoyo de mi marido y la gran ayuda de mi madre.
No tener que elegir entre ser madre o ser trabajadora; esa es la conquista social más importante y que menos se escucha reivindicar"
Desde esa experiencia vital puedo afirmar, como muchas mujeres de mi generación, que no ha sido fácil. En esa etapa, la sociedad comenzaba a darse cuenta del empuje de la mujer en el mundo laboral.
Los gobiernos tenían que tomar conciencia de lo que suponía y de lo que aportaba esta integración que no tenía marcha atrás; al contrario, iría creciendo. Los movimientos feministas hicieron una gran labor de concienciación. Afortunadamente, se ha avanzado mucho en ese terreno. Pero, evidentemente, no hemos llegado al cien por cien.
Y la razón no es otra que la maternidad. Nosotras concebimos, parimos y criamos. Podemos compartir la crianza, el cuidado y la educación de nuestros hijos, algo que, a estas alturas, es bastante general en las familias jóvenes. Y me felicito por ello.
Es verdad que las grandes reivindicaciones tardan en conseguirse. Desde que Clara Campoamor consiguió el sufragio femenino en 1931 hasta hoy hemos conquistado mucho terreno. Y estoy segura que llegaremos a lo que todas aspiramos: disponer de la libertad necesaria para poder elegir.
Podremos hacerlo cuando la condición de madre no merme las oportunidades, cuando los gobiernos legislen en pro de la familia facilitando la conciliación familiar: horarios, guarderías, ayudas para contratar a profesionales de apoyo familiar… Solo entonces la mujer dispondrá de las condiciones para no tener que elegir entre ser madre o trabajadora. Esa es la conquista social que considero más importante y la que menos escucho reivindicar.
Podremos alcanzar todas nuestros objetivos laborales cuando la condición de madre no merme las oportunidades, cuando los gobiernos legislen en pro de la familia facilitando la conciliación familiar"
Con esa mujer es con la que yo me identifico. Rechazo que nos utilicen a las mujeres como reclamo para según qué elecciones o partidos.
Hoy se criminaliza al hombre por condición de su sexo. He debido de tener mucha suerte porque he estado rodeada de hombres sensibles, cariñosos, protectores desde mis abuelos hasta mis hijos. Amigos, clientes, conocidos… no merecen ser tratados como potenciales delincuentes y asesinos. Por ello no comparto esa moda en la que llegan al extremo inadmisible de retorcer el lenguaje, inventando uno sexista con el que adoctrinar a las nuevas generaciones.
Nuestro espejo deben ser esas grandes mujeres que, con todo en contra, consiguieron hasta cambiar costumbres en sus lugares de origen: Malala Yousafzai, Nobel de la Paz 2014; Simone de Beauvoir, con su libro “El Segundo Sexo”, una revolución en la Educación; Frida Kahlo, mejicana icono de la mujer fuerte; Valentina Tereshkova, primera mujer que viajó al espacio; la citada Clara Campoamor; Gertrude B. Elion, sus investigaciones ayudaron en el trasplante de órganos o leucemia infantil; Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad. Y tantas mujeres anónimas cuya entrega y generosidad son el patrimonio más valioso de nuestra sociedad.
Sigamos luchando desde el sentido común y la racionalidad. Por nuestras hijas y nietas. Nosotras avanzamos y, ellas, lo rematarán desde la libertad.
Lola Izquierdo