Javier Amador, Concejal de C’s en Las Palmas de Gran Canaria
Javier Amador, concejal en Las Palmas
ENTREVISTA DE ALBERTO ASTORGA
The Washington Academy of Political Arts and Sciences te ha elegido en su última edición como Líder Emergente del Año. ¿que significa para ti esa valoración?
Fue una sorpresa muy bonita que supone, sobre todo, una palmada en la espalda para seguir trabajando y seguir mejorando. Lo de ‘emergente’ puede parecer un peso que presiona para terminar de ‘emerger’ algún día, pero lo cierto es que lo único que me preocupa es que lo que hago sirva para aportar algo. ¿De qué sirve ser líder si no le arreglas los problemas a nadie?
¿Qué es para ti la política?
La política es todo. Todo está influido por la política. Que algo no esté regulado no quiere decir que no lo pueda estar en algún momento o incluso prohibido. Por eso, no se puede ser ‘apolítico’, como dice Sabater, porque eso sigue siendo una decisión ‘política’.
¿Cómo se ve la politica desde este lado?
En mi caso ha sido una manera de reconciliarme con la política. Te das cuenta de que en todos los partidos, la mayoría de la gente es buena y honesta.
¿Para qué sirve ser concejal?
Para lo que quieras que sirva. Hay algunos concejales que su ausencia presta mejor servicio que su presencia. Yo intento ser útil poniéndome al servicio de los vecinos. Mejor entender que tratar de convencer. Convenciendo a alguien puedo ganar un voto, pero entendiéndome con él le podré ayudar.
Ser concejal en un ayuntamiento supone vivir la política muy cerca del ciudadano, ¿qué sientes en esa representación?
Lo puedo resumir en una sola palabra: ‘vértigo’. Muchos pueden pensar que sería un sentimiento más propio en instituciones más grandes, pero creo que un ayuntamiento todo se vive de forma más intensa. Te llevas los problemas de la gente a casa y ese es tu trabajo, resolver un problema concreto de alguien a quien le pones cara y voz. Es muy duro, pero también muy bonito.
¿Es la política la que está mal valorado o son los políticos los que están mal vistos?
No es que lo crea; es un hecho que política y políticos están mal valorados. La política está muy dañada por aquellos que la han manchado y que extienden la mancha sobre los que tratamos de servir de la mejor manera que podemos. Decía Facundo Cabral, que ‘una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que construyen la vida’. Ahora bien, el resto de políticos tenemos la obligación de repudiar de inmediato al que nos mancha a los demás. Eso no ha pasado hasta ahora y ese sí es el gran problema.
¿Qué es para ti el servicio público? ¿Qué utilidad tiene?
Es tan potente y engloba tantas cosas el término ‘servicio público’ que casi habla mejor por sí solo. Bomberos, profesores, medios, … todos son servidores públicos. Los políticos lo que tenemos que hacer es garantizar que los demás servidores puedan hacer bien su trabajo poniendo los medios para que así sea.
Me gustó ver que alguien quería romper con los dos bando y apostar por algo distinto"
¿Qué puedes contarnos de tu infancia y formación? ¿Qué recuerdos mantienes?
He pasado una infancia muy feliz. La adolescencia fue un poco más complicada, pero he tenido la suerte de siempre haber estado muy apoyado por toda mi familia. Luego me fui a Madrid, con 18 años, a estudiar periodismo y economía con un año de Erasmus en Estambul. Puedo presumir de tener un grupo de amigos totalmente envidiable; son lo más importante en mi vida.
Podría hablar de muchos recuerdos de la infancia; ir a Agaete con mis abuelos paternos a dar una vuelta por el pueblo montando en camello; bailar con mi abuela materna canciones de ‘Cine de Barrio‘; ir con mis padres a los ‘cochitos’ o con mi hermana al circo…
¿Qué valores te fueron enseñando? ¿Quiénes ha aportado más a tu formación?
Hay un canción de Joan Manuel Serrat que me recuerda mucho de lo que he aprendido de mi madre. Se llama ‘Soneto a mamá’; dice, entre otras cosas, que ‘no hay que confundir valor y precio’. Puede ser un tópico, pero de ellas he aprendido que las cosas más valiosas de la vida no tienen precio.
De mi abuela aprendí, aunque sea una obviedad, que la gente muere y que lo más importante en la vida es poder mirar atrás y sentirte orgulloso del camino que dejas.
¿Cuándo decides dar el paso para entrar en la política?
La primera vez que me afilié y participé en un partido político fue en UPyD. Fue en 2011 y tenía 19 años. Me acerqué a una charla que daban en mi Universidad. Siempre me había interesado la política, pero no me sentía identificado por nada de lo que había. Me gustó ver que alguien quería romper con la dichosa dicotomía de los dos bandos y aportar algo distintos. Hoy sigo pensado y defendiendo lo mismo desde Ciudadanos.
¿Qué aportas tú a la política?
Cuesta mucho hablar de uno mismo, pero cuando se lee o se escucha a otro, uno puede sentirse reflejado. A lo mejor es pretencioso pero lo que me viene a la cabeza con esta pregunta es eso que dijo Winston Churchill de ‘no tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor’. El resto que lo juzguen los demás.
Mejor entender que tratar de convencer. Convenciendo a alguien, sí, puedo ganar un voto, pero entendiéndole le podré ayudar"
¿Qué valores te importan más y cómo los reflejas en la política? ¿Qué valores potencia la política?
Mi madre dice que soy ‘muy noble’ desde pequeño. Yo espero que eso sea verdad y trato de llevarlo a todos los terrenos de mi vida. También, o sobre todo, a la política.
¿Qué te gustaría ver más en la sociedad y cómo puede ayudar en ello la política? ¿Qué papel quieres jugar?
Me gustaría ver más confianza, optimismo y, sobre todo, tenemos que ser un poco más positivos. La negatividad se contagia y puede enfermar una sociedad. La política debe ayudar, aportando razones para confiar en un futuro mejor. Yo espero poder dejar huella positiva, grande o pequeña, pero de la que sentirme orgulloso.
¿Qué habilidades debe tener un buen político?
Seguro que sonará a tópico, pero, en lo personal, un político debe ser, ante todo, buena persona. Concretando un poco más, destacaría la importancia de la empatía. También debe de ser sincero con uno mismo, para saber si estás aportando algo o si ya has dado todo lo que ‘tenias que dar’.
¿Son de nacimiento o se aprenden? ¿Cómo las potencias en tu actividad y cómo podrías mejorarlas?
Se aprende. Todo se aprende. El corazón también se entrena; todo se mejora usando a los demás como espejo.
En la vida y en la política se alternan momentos de éxito y momentos de frustración. Elige un momento que te enriqueció como persona, ¿Cuál sería? ¿qué aprendiste de él?
Elegiría en nacimiento de mi sobrino, por todo lo que ha significado después. Descubrí qué era eso de ‘querer a alguien antes incluso de nacer’. He aprendido tantas cosas de él que me es imposible quedarme con una.
¿A qué se renuncia cuando se entra en la política? ¿Cómo lo llevas y cómo lo llevan en tu familia, amigos y pareja esta dedicación?
En la política municipal, al nivel en el que yo estoy, no creo que se tenga que renunciar a nada. Quizás diría que a lo que más se renuncia es al tiempo, porque uno es concejal veinticuatro horas al día, aunque esto no es exclusivo de la política. Hay muchos trabajadores cuyo trabajo les ocupa veinticuatro horas. Y esto lo he visto en casa con mis padres que son pequeños autónomos. ¿Qué se gana? Una alegría por cada persona que se beneficia de tu trabajo.
¿Cuál ha sido tu mayor logro personal?
Me siento muy orgulloso del camino que he andado hasta ahora, pero no quiero ser autocomplaciente y prefiero pensar que mi mayor logro está por llegar.