III. Jaque al Rey: A la república desde la base | Emilio Borrega
III. Jaque al Rey: A la república desde la base
EMILIO BORREGA
La política actual es tan frenética, la cantidad de información que recibimos tan amplia, la diversidad de opiniones tan extensa, que todo lo que antes era objeto de reflexión serena, ahora ha de ser resuelto en horas, independientemente de las consecuencias.
La mentira ha venido para quedarse. Todo vale con tal de salvar la pregunta incómoda en la rueda de prensa, el ciclón de críticas o la negociación del día. Nos han acostumbrado a que los telediarios caduquen en cuestión de horas y, por lo que, como olvidamos con tanta rapidez, la mentira ha venido para quedarse, porque ‘mentira tapa a mentira’, salva el día, pero corrompe la sociedad.
Todo vale con tal de 'salvar' la pregunta incómoda en la rueda de prensa, el ciclón de críticas o la negociación del día"
El Gobierno ‘Sánchez & Iglesias’ está construido sobre una gran mentira. Una mentira institucional envuelta en tormenta perfecta hizo caer al Gobierno de Rajoy -como todos recordamos que cayó- con los apoyos de quienes todos conocemos, y con las consecuencias democráticas que todos vivimos. Un Gobierno donde ahora nos quieren hacer creer que existen ‘dos almas’; pero no es así. Ambas, izquierda y extrema izquierda, se complementan a la perfección de cara a un objetivo común: el cambio de sistema monárquico parlamentario a otro que aún no han definido, pero que abiertamente tiene como modelo sistemas como el ‘chavista’, en Venezuela, o el ‘castrista’, en Cuba.
El nacionalismo vasco y catalán no son fenómenos sociales recientes; son el fruto de la educación y el adoctrinamiento paciente, persistente y paulatino.
Desde hace mucho tiempo las ikastolas, con ayuda de parte de la iglesia vasca, han educado a generaciones enteras de hombres y mujeres en el odio a España y en la creencia que el País Vasco nada tiene que ver con el resto de Comunidades.
Lo mismo ha venido haciendo el nacionalismo catalán y ahora vemos como recogen el fruto que supone la cesión de la competencia educativa en las manos de unos gobiernos catalanes desleales a España y con objetivo final muy claro que es la independencia de Cataluña.
El nacionalismo catalán recoge el fruto que supone poner en sus mano la competencia educativa, pese a su deslealtad y sus objetivos"
Pues bien, lo que vivimos en la actualidad -el ataque permanente y continuo por parte de todos los medios de izquierdas y por todos sus canales a la Monarquía de nuestro país- no deja de ser el germen del objetivo final de la izquierda: la declaración de tanto tiempo añorada república española e imponer tanto sus ideas, como el control absoluto del Estado, para cumplir esa hoja de ruta hacia ‘un comunismo imperante’ desastroso para España.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tanto monta, han repartido sus papeles y son la avanzadilla de algo que no pueden conseguir de manera inmediata; de un objetivo que ha de consolidarse a largo plazo, pero que cimentan dos radicales –uno vestido de traje y el otro de calle- que promueven la animadversión en nuestra sociedad y en las futuras generaciones; todo ello en connivencia y complicidad con el nacionalismo catalán.
Su labor pasa por educar, formar y manipular a los más jóvenes e influenciables en contra del sistema constitucional de la Monarquía Parlamentaria de 1978, alentando el odio al Rey, a España, al orden y a las instituciones.
Pretenden el control de todos los canales y de todos los tentáculos de la izquierda en una extensa red mediática, que no es poca, con el agravante de querer privar a la sociedad de aquellos mecanismos independientes y tan necesarios para la protección y la garantía del Estado de derecho y de la convivencia, medios hoy en manos de Pedro (Sánchez) y de Pablo (Iglesias), garantía de todo lo contrario.
Emilio Borrega
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