I. Jaque al Rey: ‘el equipo imposible’ | Emilio Borrega
I. Jaque al Rey: 'el equipo imposible'
EMILIO BORREGA
Al igual que tú, y como cualquier persona de bien, asistimos atónitos a la deriva que el llamado ‘sanchismo’ está imponiendo en el socialismo español y en nuestra sociedad.
La mejor prueba de ello es el polémico pacto entre EHBildu y el PSOE de Pedro Sánchez que, saltándose todas las líneas rojas de la dignidad y la clara oposición suscitada entre los suyos a todos los niveles, está llevando a cabo, de la mano de Pablo Iglesias y de Podemos, para negociar los Presupuestos Generales del Estado o gobernar en coalición en Navarra con los herederos de Herri Batasuna; con aquellos quienes fueron capaces de asesinar a cientos de españoles sin distinción de hombres, mujeres y niños, entre los que se encontraban también señeros líderes socialistas. Y esto debe doler.
EHBildu aporta su apoyo y complicidad a unos presupuestos que, al menos en teoría, son para mejorar a un país al que odian y que se encuentra más pendiente de controlar una pandemia que de 'cocinas políticas'"
EHBildu aporta su apoyo y complicidad a unos presupuestos que, al menos en teoría, son para mejorar un país al que odian y que actualmente se encuentra más pendiente de controlar la pandemia de Covid y de no terminar en la ruina económica y social; más preocupado por su salud y su economía y no tanto de las ‘cocinas políticas’ de nuestros mandatarios actuales.
Lo mismo podemos decir de Esquerra Republicana de Catalunya, ERC, que -odiando a España abiertamente-, pretende hacernos creer que le mueve un ‘interés general’ lejano de su pretendido independentismo al que no han renunciado ni cuando la vida de los propios catalanes peligra por culpa de la pandemia. Nadie puede creer que su ‘desinteresada’ aportación a los PGE sea para mejorar el conjunto del país. ¿Estará Gabriel Rufian pensando en el campo extremeño, en nuestro tren o en los autónomos, por ejemplo? ¡Ja!
Podemos, actor principal de esta jugada, aunque no odia España -al menos expresamente- sí odia el sistema democrático actual, donde la Constitución de 1978 puso las bases y consolida nuestro Estado social y democrático de derecho; asienta, además, la Soberanía nacional en el pueblo español y establece como forma política de gobierno la Monarquía parlamentaria. No es su sistema; prefiere el modelo de las repúblicas totalitarias tan a su gusto, como Venezuela, Cuba o Bolivia, regímenes comunistas que nada tienen que ver con las democracias avanzadas europeas, soberanas y libres, entre las que se encuentra España.
Este cóctel de izquierda radical con elementos de separatismo, trazas de totalitarismo, pizcas de nacionalismo y agitado con un rancio comunismo ataviado de rojo, amarillo y morado y aromas de alcanfor, minoritaria representación de los españoles, necesitan de alguien que, desde posiciones parecidas, aunque tradicionalmente más centradas, tenga más fácil acceso al resto del pueblo español con garantías de éxito. Ahí es donde entra en juego el ‘sanchismo’ -que no el socialismo-. Pedro Sánchez, ‘la pieza necesaria’, para poder cerrar el círculo y preparar la jugada maestra del ajedrez, el ‘jaque al rey’.
Podemos odia el sistema democrático actual donde la Constitución de 1978 puso las bases y consolida nuestro Estado social y democrático de derecho y asienta, además, la soberanía en el pueblo español"
Pedro Sánchez, figura egocéntrica y narcisista como no ha habido nunca en la política española, es el personaje perfecto para ser manejado y utilizado por esta ‘jauría de lobos’, que ven al pueblo español como sus condenados corderos. Su narcisismo, su ambición desmedida, sus ansias de poder, lo convierten en un dirigente peligroso capaz de todo por satisfacer sus propias y personales circunstancias.
Pedro Sánchez se legitimó en su partido con un discurso con el apoyo de los militantes socialistas con un discurso totalmente contrario a sus hechos posteriores, pero incontestado y aceptado por todos a día de hoy"
Pedro Sánchez ha sufrido, y mucho, para ser Secretario General del PSOE; le han pisado y ha pisado como pisaba el ‘caballo de Atila‘, arrasando con todo aquello que se interponía en su camino; ha caído y se ha levantado; se legitimó en su partido con el apoyo de los militantes socialistas, con un discurso totalmente contrario a sus hechos posteriores, pero incontestado y aceptado por todos a día de hoy.
En el PSOE, las voces críticas, ‘quien se mueve’, no salen en la foto, y lo saben bien todos aquellos, y son muchos, que al final de mes dependen de la nómina pública del cargo que ostentan.
Para colmo, entra en la escena un avezado jugador de ajedrez alejado de cualquier postulado ético. Un ‘negacionista’ de la política como servicio público que basa toda su acción en ‘el relato, la imagen y el marketing’. Capaz, siempre desde la sombra más oscura y sin estar en candidatura alguna, de estar en las campañas, estar en los gobiernos -tanto del PP como del PSOE- y de no aportar nada al conjunto de la sociedad; pero -eso sí- diseñando siempre un tablero de juego donde ‘el fin justifica los medios‘, donde ‘el precio para ganar no importa’. Ivan Redondo, el ‘rasputín’ de Pedro Sánchez, amigo de Pablo Iglesias y aceptado por el resto de actores por sus maquiavélicas ideas.
Por todo ello, para Pedro Sánchez, el ‘sanchismo’ -él y solo él- estará siempre por encima del PSOE y del propio socialismo.
Emilio Borrega
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