El Movimiento Semilla en la realidad nacional de Guatemala | Samuel Pérez
de Guatemala
SAMUEL PÉREZ ÁLVAREZ
El mundo está atravesando por un punto de inflexión en el que se cuestionan los ejes tradicionales de las ideologías políticas y las evidencia como insuficientes para la categorización política. Desde la Primavera Árabe se han dado contundentes procesos de transformación en la cultura política semejantes en diferentes países, que han logrado renovar la oferta política e iniciar un cambio de régimen.
Guatemala no es ajena a esta dinámica. Actualmente se encuentra en un período de transformación política que inició en el año 2015, cuando un consenso nacional de combate a la corrupción comenzó a demandar la renuncia del binomio presidencial en el poder y a rechazar las prácticas políticas tradicionales, fenómeno que incentivo la movilización ciudadana urbana, en gran medida de clases medias despolitizadas, que tomaron las calles y la plaza central de la ciudad, entre otras manifestaciones y acciones políticas.
Guatemala está en la transformación política iniciada en 2015, cuando el consenso nacional de lucha contra la corrupción demandó la renuncia del binomio presidencial en el poder"
Al cumulo de demandas no se quedo en la plaza. Más allá de acciones políticas, las manifestaciones fueron el punto de partida de un cambio profundo en la cultura política del país, que se logro evidenciar en el proceso electoral 2019. Asimismo, se dan las condiciones oportunas para canalizar el descontento social en organizaciones políticas y, más importante, la articulación para dar lugar a nuevas identidades políticas distantes de los ejes tradicionales.
Es en este contexto que surge el Movimiento Semilla, inicialmente como grupo de análisis, luego como organización política y actualmente como partido político. Surge partiendo de la hipótesis de una crisis sistémica del Estado y, desde ese momento constituyente, transita el proceso de constitución de partido político con una oferta clara de combate a la corrupción enfocada en rescatar al Estado, reconstruir las instituciones y responder a la población en un actuar político fundamentado en cinco principios: Democracia, Economía humana, Sociedad plural, Respeto a la naturaleza y Equidad.
El Movimiento Semilla propone repensar la democracia y sus instituciones para entenderla como un conjunto de valores inclusivos"
La democracia representativa y de supuestos de la democracia liberal del país se encuentra en un deterioro latente, por lo que el Movimiento Semilla se ve en la obligación de repensar la democracia y sus instituciones, empezando por considerarlas más allá de la simple acción del voto y proceder a entenderla como un conjunto de valores inclusivos, representación legítima y amplia de la sociedad que permita la participación real en la toma de decisiones con respecto a los problemas que enfrenta y las posibles soluciones.
Sobre la economía humana, es reconocer al ser humano y su contexto, no sólo como objeto sino como sujeto del sistema de mercado, un énfasis particular a los mercados laborales y modelos de desarrollo inclusivos, que permitan que la economía no deje de atender como prioritario la reducción de la pobreza, desigualdad y evite la exclusión inherente a los paradigmas económicos ortodoxos.
Por otro lado, para el partido, el reconocimiento de Guatemala como una sociedad plural implica más allá de enunciados. Es permitir un Estado que incluya, represente y actúe desde la diversidad y no sólo la visibilice. Es necesario un debate sobre un Estado multinacional, intercultural, plurinacional y sus implicaciones.
Asimismo, el respeto a la naturaleza es fundamental para reconocer la urgencia de preservar las condiciones para la vida digna, una relación holística, integral con la naturaleza y el medio ambiente.
Y por último, el compromiso con la equidad es esencial para visibilizar la urgencia de combatir niveles de desigualdad extrema que impiden la existencia armoniosa de la sociedad. Esta concepción implica trascender la perspectiva economicista exclusivamente centrada en ingresos y permitir la equidad en términos políticos, sociales, económicos y culturales.
Estos principios permiten la articulación de mayorías sociales a partir de nuevas identidades políticas que no necesariamente se catalogan bajo los ejes tradicionales de izquierda y derecha. Cuestión que no significa un distanciamiento absoluto de marcos teóricos o del fin de las ideologías, sino más bien pone en evidencia que existen identidades políticas que se pueden construir más allá de los marcos teóricos tradicionales y que no están dadas ni por el rol dentro de la estructura productiva, ni por las condiciones materiales objetivas, sino por otras variables más volátiles.
El momento político en Guatemala es trascendental luego de las movilizaciones del 2015; el país ha vivido dos procesos electorales, en 2015 y en 2019. El primero no tenía un cambio en la oferta política, sino que mitigó las acciones políticas para canalizar el descontento en las urnas. En 2019, un proceso electoral cuestionado desde el inicio, con poderes tradicionales que han capturado al Estado, impidieron la participación de nueva oferta política para el Ejecutivo. Impidieron que el descontento social acumulado se canalizara en las urnas en su totalidad y solamente se viera reflejado en el Legislativo.
Sin embargo, los procesos de transformación son de largo plazo; el surgimiento de partidos políticos que permiten la articulación y representación de nuevas identidades políticas es fundamental para la democracia, allí radica la importancia de la existencia deMovimiento Semilla en el contexto actual.
Samuel Pérez Álvarez