Tributos y mayores | Carmen Heras

Tributos y mayores | Carmen Heras

Tributos y mayores | Carmen Heras

Tributos y mayores

CARMEN HERAS

Creo que cualquier partido que quiera ganar las próximas elecciones generales, deberá enfrentar en su programa (entre otros) dos asuntos importantes, aunque solo sea porque matemáticamente afectan a un gran número de personas.

El primero es el que se refiere a las cargas impositivas obligatorias para cualquier ciudadano español. Aminorarlas equivale a recaudar menos, pero no hay duda de que si se pregunta a los integrantes de la amplia clase media de este país, dos de cada tres individuos dirán que unos precios tan altos en energía y alimentos, bien merecen una bajada de impuestos añadidos de modo que se ayude a cada familia a contrarrestarlos. Eso, por no hablar de las cargas del pequeño y mediano empresario, aún no recuperado de los estragos económicos derivados de la pandemia.

No se debiera permitir que la experiencia de los mayores se dilapide en la forma en que hoy se viene haciendo"

Es sabido que cualquier partido de los llamados ‘de izquierda’ no acepta, por principio, una bajada general de impuestos. Por el contrario, defiende que las políticas de reparto de la riqueza han de apoyarse en una correcta percepción de tributos y una eficaz persecución de los fraudes fiscales.

Su ideario lo justifica desde el concepto de la solidaridad, entendida ésta como la búsqueda de un equilibrio entre las oportunidades de quienes poseen disponibilidad económica y las de aquellos cuyas rentas no cubren sus necesidades fundamentales.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

En este momento, nuestro estado de bienestar recoge cuestiones varias, consideradas también como derechos, añadidas a los clásicas de educación, sanidad y cuidado de mayores.

Modular lo que cada cuál tiene por nacimiento, para que los de menor renta no se encuentren en situaciones extremas que los lleve a situaciones vergonzantes o delictivas, ha sido el objetivo de quienes creen que una sociedad, por ética o para no sufrir desórdenes sociales, debe buscar un cierto ‘ten con ten’ entre sus diferentes estratos si se quiere que funcione con una cierta equidad, sin esclavismos o subyugación, repudiables en cualquier democracia. Y aunque es obvio que hoy en dia los ricos son cada vez más ricos, también es cierto que incluso las clases más bajas, socialmente hablando, viven mejor que hace cuarenta o cincuenta años y el obrero no se ve como tal.

Tributos y Mayores, por Carmen Heras

El segundo asunto tiene como protagonistas a los mayores de sesenta y cinco años y su sitio actualizado en nuestra época, en la que, afortunadamente, la longevidad es mayor que hace treinta o cuarenta años, y ya no son meras personas ubicables en centros sociales esperando a fallecer. Constituyen un amplio espectro social, que espera seguir teniendo una vida activa con intereses y deseos muy marcados. Tienen disponibilidad económica y muchos una estupenda formación. ¡Ojo, no se asusten! no desean regresar al mercado de trabajo.

La política debe volver los ojos hasta este grupo, no solo por su extensión y capacidad adquisitiva, como ya he dicho, sino también porque no se debiera permitir que la experiencia, acumulada durante años por sus integrantes, se dilapide en la forma en que hoy se viene haciendo.

Hay que frenar el contrasentido que significa que una persona pase de un día para otro, de ser un individuo activo, con el que todo el mundo cuenta, a convertirse en ocioso y olvidado. Para ello se debe cambiar la perspectiva de las políticas sociales; hay algunos proyectos interesantes. Hoy, la socialización programada por los poderes públicos, para los hombres y mujeres mayores de sesenta y cinco años, pasa por apuntarse, con mayor o menor tino, a las actividades ofrecidas específicamente en centros de la tercera edad o realizar viajes con el Inserso.

Carmen Heras

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¡Es la economía, estúpidos! | Carmen Heras

¡Es la economía, estúpidos! | Carmen Heras

¡Es la economía, estúpidos! | Carmen Heras

¡Es la economía, estúpidos!

CARMEN HERAS

El título de este artículo corresponde a la famosa frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la campaña que le llevó en 1992 desde su puesto de gobernador de Arkansas hasta la Presidencia de los EEUU, al vencer a su contrincante republicano, George Bush, padre, que solo presumía de los éxitos de la política exterior estadounidense mientras se olvidaba de los problemas y necesidades cotidianos y perentorios de los ciudadanos.

En España, la anulación por parte del Tribunal Constitucional del impuesto de plusvalía que cobran los ayuntamientos, ha vuelto a poner sobre la mesa dos cuestiones, a mi entender, muy importantes: una, las dificultades económicas por las que pasan casi todos ellos, y dos, que nadie les consulta cuando se toman decisiones que les afectan directamente.

Los alcaldes y concejales no suelen ser manirrotos con las cuentas públicas y, en la mayoría de los casos, lo único que intentan es cumplir con las múltiples exigencias de la ciudad"

Sin entrar a valorar, aquí y ahora, si dicho impuesto debe o no cobrarse (hay razones justificativas de una cosa y de la contraria), este artículo apoya su mirada sobre los ayuntamientos, esos entes a quienes todos dicen querer y proteger, pero que son los parientes pobres de la Administración, a todos los efectos.

En ellos, la economía es fundamental -como en todos los casos, por otra parte-, se vuelve insoslayable en las discusiones políticas, dentro y fuera de la casa, y constituye una piedra de ataque contra el adversario, muy utilizada por los grupos de oposición.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Sin embargo, todos cuantos conocen la vida municipal saben que, salvo excepciones, los alcaldes y concejales no suelen ser manirrotos con las cuentas públicas y en la mayoría de los casos lo único que intentan es cumplir con las exigencias de las múltiples peticiones que genera la vida de la ciudad. Un sin fin de asuntos que sería muy prolijo detallar y que por costumbre, rapidez u omisión de otras administraciones, deben cubrirse desde las arcas municipales.

Los ayuntamientos llevan mucho tiempo demandando una ley actualizada de administración local y no vivir a expensas de las migajas que caen desde otros lugares. Bien estuvo que en momentos de implantación de las Autonomías, éstas se llevaran todo el protagonismo político, financiero y hasta protocolario, porque había que consolidarlas, pero lo que no puede seguir así, en mi opinión, es la situación actual en lo que respecta al reconocimiento que se debe al papel municipal dentro de todo el entramado político y administrativo.

Ayuntamientos y financiación local, Carmen Heras

Es hora de que los alcaldes y alcaldesas constituyan un frente común más allá de los partidos políticos y de las paredes de la Federación Española de Municipios y Provincias, FEMP"

Una nueva ley moderna y adecuada a la realidad existente está haciendo falta desde hace bastante tiempo. A punto estuvo de conseguirse en la legislatura 2007/2011, cuando la ley estuvo redactada y fueron sus costes económicos los que la retuvieron. Es hora, pués, de que los alcaldes y alcaldesas constituyan un frente común, que más allá de los propios partidos y de las paredes de la Federación Nacional de Municipios y Provincias planteen sus reivindicaciones al Gobierno sobre lo que necesitan los ciudadanos a los que representan.

Nos estamos acostumbrando en cualquier orden de la vida, a que otros piensen por nosotros. Desde lo medios de comunicación que nos dictan los libros que hemos de leer, las películas para visionar, las plataformas a seguir, la moda, los coches y los alimentos que debemos comprar, etc., hasta el gobierno de turno, respaldado más o menos por los diputados, que dictan leyes, se supone que apoyadas en un buen conocimiento jurídico sobre los territorios y quienes los ocupamos. Pues bien, no hay mayores conocedores de nuestros entornos próximos que los responsables y técnicos que trabajan en los y para los municipios. Consúltenles, señores del Gobierno, y verán.

Carmen Heras

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Pensamiento único | Damián Beneyto

Pensamiento único | Damián Beneyto

Pensamiento único | Damián Beneyto

Pensamiento único

DAMIÁN BENEYTO

Parece que fue el periodista gallego Ignacio Ramonet allá por 1994 el primero en utilizar el concepto de ‘pensamiento único’ en su libro “Pensamiento crítico vs. Pensamiento único”Ramonet lo define como “una especie de doctrina viscosa que, insensiblemente, envuelve cualquier razonamiento rebelde, lo inhibe, lo perturba, lo paraliza y acaba por ahogarlo”.

Lo que está claro es que el ‘pensamiento único’ es el pensamiento de los que lo saben todo, de los que se creen que están por encima del bien y del mal, de los que afirman estar en posesión de la verdad absoluta y, por consiguiente, se sienten intelectual y moralmente por encima de los demás.

Curiosamente este concepto fue utilizado por la izquierda anticapitalista para poner en evidencia el neoliberalismo económico como único pensamiento aceptable.

El 'pensamiento único' el el pensamiento de los que lo saben todo, de los que creen que están por encima del bien y del mal, de los que afirman estar en posesión de la verdad absoluta"

Desde un punto de vista filosófico fue Arthur Schopenhauer, primero, y Herbert Marcuse, después, los que inicialmente utilizaron este concepto, pero con un significado distinto al que se le da actualmente.

No cabe duda que la globalización ha contribuido a la expansión de la uniformidad de pensamiento y en pocos años, especialmente en los países más desarrollados, se ha convertido en una especie de religión en la que uno ingresa sin enterarse y que cada día tiene más adeptos y es más fundamentalista.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Naturalmente esta ‘religión’ tiene sus ‘popes’, sus propagadores, evangelizadores o proselitistas que desde los poderes fácticos políticos y económicos dicen al pueblo soberano lo que debe pensar y, como consecuencia de esa unidad pensante, qué debe comprar, a quién debe votar, qué debe opinar, cómo debe vestir e incluso cómo deben responder ante los problemas que suscita el mero hecho de existir.

Los medios de comunicación son los grandes propagadores. Son los encargados de decirnos lo que está bien y lo que está mal, según los patrones perfectamente diseñados por los ‘queridos líderes’ que gobiernan el otrora planeta azul. La humanidad poco a poco se va imbuyendo de ese ‘dogmatismo ético’ que no admite ningún tipo de discusión.

El pensamiento único ha creado unos principios éticos con los que se valora tanto el presente como el pasado, sin tener en cuenta la evolución histórica y cultural del ser humano. Todo es evaluado desde esta nueva normativa moral.    

Para la implantación de este ‘nuevo orden’ es necesario limitar el espíritu crítico del personal y para ello ha de ser lo más dependiente posible de los poderes establecidos.

Hay que hacer creer al pueblo soberano que la supervivencia y el bienestar son imposibles sin el concurso del poder político, pero además, para fijar esta creencia, los probos ciudadanos deben sentirse protagonistas de la elección de sus gobernantes, aunque al final sólo hayan metido en la urna, en el mejor de los casos, una papeleta donde figuran un determinado número de personajes que no conoce en su mayoría y para cuya inclusión en la misma no se le ha pedido ni siquiera opinión.

La intervención en los sistemas educativos es fundamental para conseguir que las nuevas generaciones sean cada vez más dúctiles y maleables. Adoctrinar a niños y jóvenes es la mejor forma de conseguir para el futuro una sociedad adocenada, ignara y carente de la capacidad de rebelarse ante el nihilismo moral o ético imperante, donde nada es moralmente apropiado o inapropiado salvo lo que se ha dado en  llamar lo ‘políticamente correcto’.

Discrepancia

Hoy para cambiar la sociedad no es necesario tomar el Palacio de Invierno; basta con tomar las escuelas".

François Mitterrand

 Hoy en día, si no quieres complicarte la vida, si quieres ser aceptado socialmente, si no quieres ser tachado de retrogrado, reaccionario o faccioso tienes que comulgar con unos principios que emanan de ese ‘pensamiento único’ y que te va a dar el sello de ‘corrección política’ tan valorado hoy en día.

No quiero decir que esos principios no sean en algunos casos loables, si se toman en su justa medida, ni que puedan suponer un avance para que cada vez la sociedad sea más tolerante y justa; pero mucho me temo que en demasiadas ocasiones se consiga el efecto contrario y lo que es peor, puedan suponer un atentado a las libertades individuales del ser humano.

Así, por ejemplo, el feminismo –‘hembrismo’ en mi humilde opinión, por una cuestión semántica- entendido como la igualdad jurídica, laboral  y social entre  hombres y mujeres

se ha acabado convirtiendo, con el beneplácito de gran parte de la sociedad, en lo que algunos llamamos ‘feminazismo’. Es decir, en una corriente ideológica que hace al macho culpable de todos los males de la humanidad. A tal punto se ha llegado que no se ha tenido ningún pudor jurídico en negarle al varón la presunción de inocencia ante cualquier denuncia que provenga de una ‘dama’ sin ni siquiera comprobar la veracidad de la misma.

Es cierto que la violencia machista provoca decenas de crímenes al año en nuestro país y que sigue habiendo violaciones y abusos, lo cual es absolutamente condenable, pero no es menos cierto que no puede haber discriminación por razón de sexo, como dice nuestra Constitución, y en nuestro país esa discriminación existe en contra de los hombres. Cualquier ciudadano macho está expuesto a que su vida se convierta en un infierno si es denunciado por alguna hembra resentida, aunque sea más inocente que los pensamientos de Bambi.

No se trata de discriminar, se trata de igualar y para eso, tanto ellas como ellos deben demostrar sus aptitudes y sus méritos. La discriminación positiva es, al fin y al cabo, discriminación sin apellidos. Pero nadie o muy pocos ponen en tela de juicio ese abuso manifiesto del sexo femenino sobre el masculino.

Lo del lenguaje ya es de traca. Usar de forma genérica el masculino se ha convertido en un atentado contra la igualdad y ya no conformes con utilizar redundantemente ambos géneros, aunque muchas veces nos los inventemos -lo cual es de un cursi empalagoso además de una gilupolluá-,  sino que, además, algunos zaparrastrosos de la cultura se han inventado un tercer género que debe ser un cruce entre feminazi y alienígena.

Lo grave de este desmadre idiomático es el mensaje que se lanza a una juventud que, dada su ignorancia, acabará no sabiendo hablar, agravándose en que ya escribir casi no sabe.

La superioridad moral de la izquierda profunda es en nuestro país otro dogma del ‘pensamiento único’. Para ello, no han tenido ningún problema en tergiversar acontecimientos acaecidos en nuestra historia, especialmente en lo referente a la Segunda República y posterior Guerra Civil, ocultando y falseando hechos y documentos, y llevando a cabo un revisionismo grosero y obsceno con el fin de blanquear a unos partidos de izquierda cuyos dirigentes nos llevaron a uno de los peores momentos de nuestra historia.

El culmen de esta tropelía es la creación de una Ley de Memoria Histórica, convertida ahora en Ley de Memoria Democrática, que no es más que una forma de legitimar una visión absolutamente partidista y maniquea de lo que ocurrió en España entre 1931 y 1975. Naturalmente, este juicio sectario de la historia se convertirá, Dios mediante, en materia obligatoria en nuestro sistema educativo como parte del adoctrinamiento programado.

Las etiquetas del pensamiento único

Lo que más sorprende de este lavado de cerebro al que vamos a someter a nuestros niños y jóvenes es el lamentable espectáculo que está dando la derecha patria, que sigue absolutamente acomplejada y que no es capaz de plantar cara a tamaño desafuero. La Ley de Memoria Histórica, además de partir de premisas falsas y maniqueas, es un atentado contra las libertades individuales de los españoles.

Manifestarse de derechas o de izquierdas en este país también nos hace más o menos ‘políticamente correctos’. Ser ‘de derechas’ no está bien visto y de ahí, fruto de una especie de sentimiento culpatorio instigado especialmente por los medios, nos hemos inventado eso del centro-derecha, que nos tranquiliza mucho la conciencia. Ser de derechas es en nuestro país ser un facha -forma coloquial de denominar a los fascistas-, aunque, por mucho que se empeñen los sesudos propagandistas rojelios, en España nunca hubo fascismo (para saber lo que es el fascismo les recomiendo la lectura de “El Hijo del Siglo” de Antonio Scurati). Sin embargo, sí ha habido y hay comunismo; una ideología que, donde ha conseguido gobernar, ha masacrado a la población y teniendo a sus espaldas más de 100 millones de muertos y la ruina social y económica de muchos países.

Pues, ya ven, fruto de ese ‘evangelio progre’, uno no puede negar el holocausto nazi, bajo pena incluso de cárcel, pero si puede negar el genocidio de Stalin en Ucrania o el gulag siberiano, donde murieron millones de personas, unas ajusticiadas y otras de frio y hambre. Incluso se permite poner en lugares públicos fotos en homenaje al mayor asesino de la historia –el ‘camarada Stalin’-, ayuntamientos incluidos.

El ecologismo y el cambio climático también forman parte del ‘pensamiento único’. Aun siendo cierto que estamos en un periodo de cambio climático y que el aumento de la población de la tierra hace que se necesiten más recursos, no parece muy científico hacer al ser humano único responsable del llamado ‘calentamiento global’. Desde el Jurásico se han producido en nuestro planeta más de mil cambios climáticos con glaciaciones que han congelado medio planeta y periodos interglaciares muy cálidos. Esto se debe, según los expertos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, a los cambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. También sus estudios demuestran que los periodos cálidos son más prolongados que los glaciares.

La contaminación ambiental es un hecho innegable, como también lo es la utilización política y económica que de la misma hacen los poderes fácticos que manejan el cotarro en el mundoLos partidos de izquierda han encontrado un filón ideológico en eso del ecologismo y, a pesar de que los países más rojelios son los que más contaminan, sin ningún pudor se han lanzado a acusar al capitalismo y al liberalismo de todos los desastres habidos y por haber. Como ejemplo les diré –según datos que me ha facilitado el profesor Julián Mora Aliseda– que China, país ‘de derechas’ donde los haya, emite el 30% del total del CO2 humano al planeta y, además, se dedica a esquilmar los recursos naturales de los países africanos y sudamericanos. Sin embargo, Europa, cuna del capitalismo, ha reducido un 25% las emisiones de CO2 desde 1990 y ha aumentado su superficie forestal en un 30%.

Damián Beneyto y el pensamiento único

El 'feminismo' se ha convertido en una corriente ideológica que hace al macho culpable de todos los males de la humanidad, negándole sin pudor la presunción de inocencia ante cualquier denuncia que provenga de una 'dama' ".

Pero, a pesar de lo evidente, lo ‘políticamente correcto’ es ser de izquierdas si te preocupa el medio ambiente. Uno no puede ser ecologista de derechas, ¡faltaría más! Claro que hay ecologismos fundamentalistas que rayan en la paranoia y que, como ocurre en Extremadura, pueden acabar poniendo a la especie humana en peligro de extinción.    

En los temas migratorios también hay que estar con la doctrina oficial y decir, con la boca chica, que ‘ancha es Castilla’ y que todos ‘p´alante’.  Este espíritu tan caritativo acabará convirtiéndose en un gran problema, si ya no lo es. Curiosamente, son los países capitalistas los más solicitados –nadie emigra a Rusia, China, Venezuela, Cuba, Corea del Norte, Irán, etc.– por la pobre gente que huye despavorida de su tierra, bien por el hambre, bien por la guerra o por ambas cosas. No deja de ser una paradoja trágica que sean nuevamente los partidos de izquierda quienes pretendan convertirse en los paladines de los emigrantes, cuando muchos de ellos huyen despavoridos de países con regímenes comunistas.

Convertir a Europa y a Norteamérica en únicos destinos de decenas de millones de personas no solo no soluciona el problema si no que lo va agravando y se convierte en una bomba de relojería que puede explotar en cualquier momento. Decir este axioma le puede costar a uno ser catalogado de xenófobo, racista y otras lindezas; pero si no se tratan los problemas de los países productores de emigrantes en origen, en pocos años la cultura occidental y el estado del bienestar habrán desaparecido de la faz de la tierra.

Tener espíritu crítico, disentir de la ‘propaganda oficial’, defender la libertad individual y educar en la autonomía, la independencia, el atrevimiento y el descubrimiento, no entra en ese ‘pensamiento único’ de lo ‘políticamente correcto’. Se impone la dictadura de las ideas y solo valen aquellas que hacen al ser humano más dependiente, más obediente, menos autónomo y, naturalmente, menos libre.

Damián Beneyto

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Reinos de taifas | Damián Beneyto

Reinos de taifas | Damián Beneyto

Reinos de taifas | Damián Beneyto

Reinos de taifas

DAMIÁN BENEYTO

Las Taifas fueron pequeños reinos en los que se dividió el Califato de Córdoba en 1009. Estos reinos aparecieron como consecuencia de la llamada Revolución Cordobesa, que depuso al califa Hisham II, y aunque el califato no desapareció en ese momento, sí lo hizo a los pocos años, concretamente en 1031.

Siempre he estado de acuerdo con el filosofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana cuando dijo: ‘Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo’ y tengo la impresión que lo mismo que acabó con el Al-Ándalus también podría acabar con España.

El llamado ‘estado de las autonomías’, que comenzó lleno de buenas intenciones intentando acercar la administración a los administrados, garantizar la conservación y desarrollo de las culturas autóctonas de las diferentes regiones de España e igualar socioeconómicamente a todos los territorios, se nos está yendo de las manos.

Los afanes independentistas de algunos reyezuelos hicieron que el que había sido uno de los estados más importantes y prósperos de su tiempo acabara destruido"

Se ha conseguido en pocos años duplicar e incluso triplicar la burocracia haciendo cada vez más difícil a los ciudadanos resolver sus problemas con las distintas administraciones. Además, hemos aumentado el gasto a cifras astronómicas creando instituciones de poca utilidad y manteniendo otras que sólo sirven para colocar políticos sin oficio ni beneficio. El número de funcionarios, personal laboral, enchufados y políticos electos con dedicación plena se ha disparado.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

En cuanto a la conservación y desarrollo de la cultura autóctona hubo unos primeros momentos de furor por rescatar y divulgar lo que nos hacía distintos. El regionalismo se puso de moda, e incluso el localismo. Todas las comunidades buscaron lo que les diferenciaba de las demás, especialmente la lengua. Aparecieron banderas nunca vistas, himnos y otros símbolos sin ningún rigor histórico. Lo guay es no parecerte al vecino aunque lleves más de 500 años de convivencia y tu padre, madre, abuelo o abuela sean indígenas de otras comunidades en las que aún tienes familia.

Con la lengua, gran elemento diferencial, también se llegó al éxtasis. Los territorios que poseían lenguas autóctonas se lanzaron a reivindicarlas aduciendo que, si no las hablaba una mayoría, era por culpa del franquismo que había perseguido con saña todo lo que no fuera hablar en español. Supongo que eso debió ocurrir en algún lugar remoto.

Yo, que tengo como lengua vernácula el valenciano -no el catalán- y que viví durante el franquismo, jamás tuve ningún problema para expresarme en la lengua de Joanot Martorell, Ausias March o del Padre Fullana; es más, recibí algunas asignaturas en valenciano durante mi bachillerato con total normalidad. También puedo dar fe que en 1971, en la Universidad Laboral de Tarragona, organismo dependiente del Ministerio de Trabajo, estando D. Francisco Franco vivito y coleando, se impartían clases de catalán voluntarias por las tardes.

El desmadre idiomático ha llegado a tal extremo que, mientras unas comunidades imponen por la fuerza la utilización de su lengua autóctona e incluso la quieren implantar en otros territorios  intentando relegar el español al ostracismo, otras se inventan o intentan recuperar lenguajes ya olvidados y que nadie utiliza para afianzar ‘su’ hecho diferencial. Todo un absurdo que sólo empobrece la cultura de los españoles que tienen en la lengua de Cervantes uno de los idiomas más ricos y hablados del mundo.

La pérdida de competencias del Estado a favor de las autonomías ha sido un factor determinante para aumentar las desigualdades y despertar enfrentamientos entre regiones que parecían olvidados. Transferir la educación y la sanidad especialmente, ha tenido un efecto disgregador y muy nocivo para la formación y la salud de los españoles.

Las transferencias educativas no solo han creado desigualdades en los niveles educativos de las distintas comunidades, además -y gracias también a unas leyes orgánicas más pensadas para adoctrinar que para instruir-, han llenado las programaciones -‘currículos’, en lenguaje LOGSE-, de algunas materias, de inexactitudes, mentiras, tergiversaciones y falacias de todo tipo, contribuyendo de forma decisiva al secesionismo y la insolidaridad.

El origen de las regiones de España

En lo que a la sanidad se refiere, todos hemos visto y padecido el desmadre que se ha producido como consecuencia de la pandemia del Covid-19. Si antes las diferencias asistenciales eran ya abismales entre unas regiones y otras, con esta crisis sanitaria hemos rizado el rizo de las desigualdades tanto en personal sanitario como en medios técnicos. Aunque algunos no se lo crean, es bastante más fácil morirse en Extremadura que en Cataluña, por ejemplo.

Hay otras transferencias que también contribuyen al despiporre autonómico, por ejemplo la justicia, aunque bien es verdad que su falta de independencia del poder ejecutivo de turno la hace menos evidente.

El paralelismo, en algunas cosas, entre los Reinos de Taifas del siglo XI y nuestras autonomías es bastante evidente. Al igual que ahora, al califa de turno se le fue la situación de las manos y, cuando se quiso dar cuenta, cada taifa era una especie de virreinato que en ocasiones tenía más poder que el propio Califato. También, como ahora, no todos los territorios tenían la misma preponderancia y había taifas de primera, segunda y tercera división y, según su potencial, recibían más o menos prebendas del poder central.

El final de los reinos taifas de España

Los afanes independentistas de algunos reyezuelos hicieron que el que había sido uno de los estados más importantes y prósperos de su tiempo acabara destruido y el territorio que ocupaba se convirtiese en un ‘totum revolutum’, tanto en lo económico como en lo social.

España tiene en la actualidad un gobierno débil que es chantajeado continuamente por los que buscan la ruptura del Estado y la independencia. Hemos vuelto a crear ‘Reinos de Taifas’ que, si no les ponemos freno, destruirán la nación más antigua de Europa, llevándonos al enfrentamiento y acabando con la paz social. Volvemos a olvidarnos de nuestro pasado…

Damián Beneyto

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Niñatos de mierda

DAMIÁN BENEYTO

La pandemia que azota al mundo –ojalá estemos en el principio del fin- ha sacado de nosotros lo mejor y lo peor. Frente a la entrega, solidaridad, altruismo y generosidad de unos, también ha habido grandes dosis de egoísmo, mezquindad, insolidaridad e irresponsabilidad de otros.

Uno de los colectivos que ha demostrado mayor irresponsabilidad ante esta tragedia ha sido sin lugar a duda el de los jóvenes. No es mi intención, en esta parrafada, meter a todos los jóvenes en el mismo saco pero, y a los datos me remito, es sin lugar a dudas el colectivo que más ha transgredido las normas anticovid y, por lo tanto, más ha colaborado a la propagación de la enfermedad.

Son los jóvenes el colectivo que más ha transgredido las normas anticovid y, por lo tanto, más ha colaborado a la propagación de la enfermedad"

La irresponsabilidad de muchos jóvenes es fruto de su inmadurez. Hoy la adolescencia, con su problemática correspondiente, tiene una duración mucho mayor que hace unos años y no se evoluciona de una forma correcta respecto a la edad. Bastantes jóvenes no quieren tener ningún tipo de obligaciones, dándose la paradoja que son los padres los que asumen los deberes de sus hijos e incluso las consecuencias que se derivan de su abulia y desidia.

Se educa, en muchas ocasiones, en el confort, intentando hacer creer a los hijos que la vida es idílica y que el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio son “palabros” anticuados y sin sentido. Los actuales sistemas educativos también han borrado estos términos, colaborando de forma decisiva en la propagación de la burricie y la vagancia para mayor gloria del rojerío patrio.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Otro aspecto que favorece la irresponsabilidad de una parte importante de nuestra juventud es que están firmemente convencidos que no tienen que dar cuentas a nadie de sus actos, vamos que sus hazañas o gestas, por acción o por omisión, no van a tener consecuencias para ellos, es decir, están en la creencia que su edad les da derecho a la  impunidad.

El que casi la totalidad de las víctimas de esta pandemia sean  personas mayores y que la mayoría de los mozuelos y mozuelas, en el caso de contagiarse, sean asintomáticas, también ha contribuido a la despreocupación de muchos por cumplir las normas sanitarias sin darse cuenta que se convertían en el mayor canal de transmisión del virus.

No les ha importado, ni les sigue importando, poner en peligro la vida de sus padres, de sus abuelos o de otras personas con las que conviven. El principio de: “yo vivo mi vida y a los demás que les den” ha estado y está patente. El egoísmo, la insolidaridad y la falta de afecto hacia sus familiares de mayor edad están patentes en muchísimos casos. Miles de jóvenes sólo ven a sus progenitores como un mal necesario que sirve para que les saquen las castañas de fuego, les permitan vivir cómodamente y les paguen las juergas. 

Lo ocurrido en la isla de Mallorca con los viajes de fin de curso no es más que un ejemplo de la falta de sentido común de unos -los hijos- y la dejación de funciones de otros -los padres-. La situación, a pesar de las vacunaciones, no está ni mucho menos para tirar cohetes y, como se ha demostrado, el virus está vivito y coleando. Montar excursiones en la situación en que nos encontramos es una temeridad y que los padres hayan transigido para que sus retoños retocen en manada en las playas mallorquinas una irresponsabilidad manifiesta. Las consecuencias han sido cientos de contagiados que han llevado el virus por más de media España lo que nos llevará a nuevos ingresos hospitalarios y, Dios no lo quiera, a algún fallecimiento más.

Confinados en Mallorca y juventud insolidaridad

No es mi intención ‘criminalizar’ a todos los jóvenes ni exculpar a muchos adultos que también hicieron y hacen de su capa un sayo y con su conducta ponen en peligro la salud de los demás, pero tampoco es de recibo que desde algunos sectores se intente disculpar conductas que, se tenga la edad que se tenga, ponen en peligro algo tan sagrado como es la vida de otros semejantes.

Ya sé que lo políticamente correcto es disculpar estas conductas aduciendo que son cosas de la edad y que son una minoría los transgresores, pero no es cierto. La juventud debe ser educada en la responsabilidad y a aceptar las consecuencias de sus actos que, aunque a algunos les parezca mentira, las tienen. Tener que guardar una cuarentena cuando se ha estado en contacto con gente contagiada es de sentido común por mucho que algunos padres, principales culpables de estos comportamientos por ineducar a sus hijos, vociferen contra las autoridades sin importarles las consecuencias que les puede reportar meter en casa a un hijo con Covid.

No sé qué hubiera pasado si este virus de marras en lugar de atacar con mayor virulencia a las personas mayores lo hubiera hecho con los individuos que están en el tramo de edad de 15 a 35 años, seguramente yo no habría escrito esta parrafada y muchos de los niñatos de mierda que se han dedicado a poner en peligro las vidas de otros y que ahora se quejan por tener que hacer una cuarentena en un hotel estarían criando malvas.

Damián Beneyto

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