Teniendo en cuenta las teclas anteriores, las que debes pulsar y las que deberías evitar pulsar para inducir la motivación de tu equipo debes seguir una premisas elementales y de sentido común. Te indico algunas:
Primero: Apoya y aprueba siempre el buen desempeño, el buen trabajo de tu equipo. Quizás no lo hayan hecho como tú indicaste, pero lo hicieron bien y, corregirás algo quizás, pero el valor de lo realizado no puedes cuestionarlo, sí retocarlo.
Segundo: Fomenta la participación de los trabajadores, empleados y miembros del equipo. Hay que facilitar que tomen la iniciativa, que hagan propuestas, oírlas, valorarlas, enriquecerlas si cabe, pero nunca dejar de oír lo que quieren decir.
Tercero: Reconoce el buen desempeño, hazlo en público y en su momento. Recuerda que uno de los principales deseos de una persona, aunque no lo reconozca, es el reconocimiento y sentirse parte de la organización.
Cuarto: Valora el trabajo de cada individuo, exaltando el valor del desempeño realizado y explicando los beneficios que su dedicación ha reportado a la organización.
Quinto: Deja a las personas que utilicen su inteligencia para resolver problemas. No marques qué, cómo, con quién, cuándo ni dónde deben hacer las cosas. Deja libertad de acción y confianza en que tienen competencias para resolver adecuadamente.
Sexto: Ofrece oportunidades para asumir nuevos retos, nuevas competencias, nuevas responsabilidades y liderazgo en áreas concretas.
Séptimo: Facilita medios para poder realizar los trabajos exigidos y para la mejora continua de las personas. Permite la capacitación y la actualización de sus conocimientos y habilidades mediante cursos, seminarios, congresos y, si es el caso, viajes.
Octavo: Mantén ocupados a los miembros del equipo. Pero hazlo productivamente, no con tareas que solo ocupan tiempo y reportan poco a la organización.