¡Que vienen los moros! | Damián Beneyto
¡Que vienen los moros! | Damián Beneyto
¡Que vienen los moros!
DAMIÁN BENEYTO
El tal Mohamed, rey sátrapa del Reino de Marruecos, al igual que hizo su padre, el no menos sátrapa rey Hasán, está empeñado en hacer la puñeta al Reino de España. Tanto el padre como el hijo han usado la mismas tácticas canallas y cobardes: utilizar a los más miserables de sus súbditos como cabezas de turco con mentiras y/o amenazas.
Así, el tal Hasán, aprovechó la enfermedad del entonces Jefe del Estado español, Francisco Franco, para poner a mujeres y niños en peregrinación hacia las fronteras del Sáhara Español, mientras los valientes soldados alauitas se escondían tras esa muchedumbre de pobre gente a la que se le había prometido el paraíso en el pedregal saharaui.
La llamada 'marcha verde' le salió bien al tirano, pues la situación española no estaba para muchos trotes y tenía otras preocupaciones ante la segura muerte del dictador"
La llamada “marcha verde” le salió bien al tirano, pues la situación española no estaba para muchos trotes y el ejército destacado en esa provincia de ultramar no tenía el respaldo claro de un gobierno descabezado que además tenía otras preocupaciones ante la segura muerte del dictador.
Los moros de la morería siempre han sido bastante ‘traidorzuelos’ y han aprovechado los momentos de debilidad de España para intentar anexionarse territorio español o conseguir prebendas económicas en forma de pasta gansa, de armamento y maquinaria pesada o de acuerdos comerciales leoninos.
Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977. Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.
Como decía D. Mendo, aunque no venga muy a cuento:
«Mora de morería! …
¡Mora que a mi lado moras! …
¡Mora que ligó sus horas
a la triste suerte mía! …
¡Mora que a mis plantas lloras
porque a tu pecho desgarro! …
¡Alma de temple bizarro!
¡Corazón de cimitarra!
¡Flor la más bella del Darro
y orgullo de la Alpujarra!
(‘La venganza de Don Mendo’, obra teatral de Pedro Muñoz Seca)
El tradicional complejo de la ‘progresía’ patria, que no es capaz de reconocer los grandes servicios que nuestro país prestó al mundo a lo largo de su historia, le hace estar del lado de los que, por intereses espurios, siempre han querido perjudicarnos. No hay peor cuña que la de la misma madera y así, los grandes difamadores que han denigrado, desprestigiado y vilipendiado nuestra historia han sido, por desgracia, españoles.
Los asuntos norte-africanos no podían ser una excepción y, cada vez que a lo largo de los años había algún conflicto con la morería, no faltaban felones, progres de pacotilla y vendepatrias dispuestos a criticar al gobierno de turno, a tomar partido por los agresores aduciendo razones históricas insostenibles e incluso a prestarse a la traición más repugnante poniendo en peligro la vida de miles de compatriotas.
La última fechoría del tal Mohamed -que no es capaz de dar ni siquiera de comer a sus súbditos mientras él vive a tutiplén- ha sido mandar, mayoritariamente a jóvenes y niños, con premeditación, alevosía y absoluto desprecio del derecho internacional, a cruzar la frontera e invadir un país extranjero.
La razón de esta agresión en toda regla ha sido, parece ser, la pataleta que se ha pillado el jerarca alauita porque un líder saharaui ha sido atendido en un hospital riojano sin que se le haya comunicado debidamente.
La reacción que ha tenido este tirano con fez ha sido una clara advertencia al gobierno español de que la puede liar parda en cuanto se lo proponga. El apoyo que tiene de Estados Unidos por hacer de ‘tapón’ al fundamentalismo islámico le da unas ínfulas cada vez mayores.
Nuestro gobierno, que en política internacional -como en todo- es un auténtico desastre, se ha dado por aludido cuando ya tenía deambulando por Ceuta y Melilla a más de 10.000 personas, la mayoría menores. Sólo la advertencia de la Unión Europea y supongo que algún requiebro del tal Biden, que en relación a España se va pareciendo cada día más a Truman, han parado, de momento, lo que podía habernos llevado a una situación más que delicada.
Cada vez que a lo largo de los años había algún conflicto con la morería, no faltaban felones, progres de pacotilla y vendepatrias dispuestos a criticar al gobierno de turno y tomar partido por los agresores"
Como decía anteriormente, estos sarracenos aprovechan la debilidad del gobierno español para liarla, y teniendo en cuenta que la mayoría de los aliados del PSOE en el actual gobierno son pro Frente Polisario y que estarían más que dispuestos a ceder Ceuta y Melilla a Marruecos, no es de extrañar que hayan elegido este momento para liarla.
Discutir la españolidad de Ceuta y Melilla es como hacerlo de la españolidad de Jaén, Cáceres, Lérida o Bilbao, por poner un ejemplo. Ya en el siglo IV, la Diócesis romana de Hispania cuya capital era Emérita Augusta (Mérida), contaba con siete provincias, una de las cuales era la de Mauretania Tingitana, que ocupaba gran parte del actual Marruecos. Desde entonces, la presencia de España al otro lado del estrecho ha sido un hecho, especialmente desde los Reyes Católicos, siglo XV, hasta nuestros días.
Alrededor de esta invasión ‘sui generis’ y moruna, se ha añadido interesadamente el asunto de la emigración por parte de diversos colectivos que, en mi opinión, siguen confundiendo el culo con las témporas.
Muy pocos subsaharianos había entre los que hace cuatro días, alentados por las autoridades y el ejército marroquí, intentaron invadir las ciudades españolas del norte de África. Sólo he visto en los medios al que consolaba y cuidaba la cooperante de Cruz Roja; el resto eran moros de la morería, súbditos del tal Mohamed, que en lugar de pedir cuentas al sátrapa que les gobierna y que acaba de comprar a su hijo un avión de 52 millones de euros -léanlo bien: cincuenta y dos millones de euros- prefieren venir a España donde se les trata mejor, se les hace más caso y viven más descansados.
La inmigración debe estar regulada pues es imposible que Europa sea capaz de albergar a todos los que intentan entrar, y mucho menos España. Eso de las 'puertas abiertas y todos para dentro' es una insensatez que solo nos llevaría al colapso social y económico"
La inmigración debe estar regulada pues es imposible que Europa sea capaz de albergar a todos los que intentan entrar, y mucho menos España. Eso de las ‘puertas abiertas y todos para dentro’ es una insensatez que sólo nos llevaría al colapso social y económico -más aún del que ya tenemos-.
Para evitar esta desbandada hay que actuar en los países de origen acabando con las guerras civiles, las mafias y creando riqueza y empleo para que la gente no tenga necesidad de abandonar su tierra. Todo lo que no sea eso, será condenar a millones de seres humanos a perecer en movimientos migratorios imposibles.
El tal Mohamed volverá a la carga, no les quepa duda, y con el chantaje de la emigración ilegal nos tendrá agarrados por las turmas si no le plantamos cara.
La defensa del territorio nacional y la unidad de España no son negociables y espero que el tal Sánchez lo tenga claro. España debe fortalecer su política internacional y este gobierno debe alejarse de buenistas de pacotillas y de felones.
Con este panorama a mí no me extraña que siga subiendo VOX; el PSOE se lo está poniendo ‘a huevo’.
Damián Beneyto