Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Un PP 'regionalista' en Extremadura

DAMIÁN BENEYTO

Una de las claves de que el actual Presidente del Partido Popular, Sr. Núñez Feijóo, consiguiera cuatro mayorías absolutas en Galicia fue, sin lugar a dudas, su galleguismo. El PP gallego, sin dejar de ser un partido españolista, supo conciliar lo nacional con lo regional. El votante gallego sabe que su PP va a luchar por mejorar sus condiciones de vida y a respetar su idiosincrasia, tanto en Santiago de Compostela como en Madrid. Feijóo, siguiendo los pasos de Fraga, creó un PP regionalista con el que se han identificado una gran mayoría de gallegos.

El futuro de Extremadura pasa por un gobierno de un PP 'regionalista' que, desde la lealtad a España y el respeto a las decisiones de los órganos nacionales del partido, sea dueño de su destino."

En Extremadura el PP, a pesar de los esfuerzos de José A. Monago pactando con Extremadura Unida para darle ese toque autóctono, no consiguió que los extremeños lo tomaran como algo suyo.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Para la mayoría, incluso para sus propios afiliados, el PP extremeño es solo una sucursal con muy poca capacidad de decisión y que, en demasiadas ocasiones ha sacrificado los intereses de Extremadura por su sumisión a Génova. Eso sí, en el PSOE extremeño ocurre lo mismo en dirección Ferraz y así nos va.

Extremadura, como he escrito más de una vez, es una comunidad que lleva muchos siglos resignada a ser el furgón de cola de España. Tierra de caciques durante siglos donde ni siquiera vivían en la región a la que explotaban, ahora es tierra de políticos mamandurrieros y acomodados, de funcionarios –algunos sin funciones- y de subsidiados y subvencionados.

Los partidos regionalistas -y sé de lo que hablo- siempre se han ido al traste, no han cuajado y, cuando tuvieron ocasión de hacerlo, los egos de unos, los complejos de otros y la falta de altura de miras de muchos los llevaron al ostracismo. Hoy solo son alguna foto nostálgica, algunas siglas rimbombantes y algún recuerdo de lo que pudo ser y no fue.

Dentro de poco, espero, tendremos el Congreso Regional del Partido Popular y todo parece indicar que el PP extremeño volverá a ser ‘más de lo mismo’, una sucursal de Génova manejada en Extremadura por profesionales de la mamandurria que desde sus cargos orgánicos, algunos impuestos por la anterior dirección nacional, han convencido al nuevo Comité Nacional que hay que poner como cabeza de cartel a una señora que, con todos mis respetos, no está en absoluto preparada para dar la batalla al PSOEx de D. Guillermo, quien tiene más concha que un galápago.

Todo parece indicar que el PP extremeño volverá a ser una sucursal de Génova manejada por profesionales de la mamandurria"

Fernando Pizarro y María Guardiola

La opción de Fernando Pizarro, alcalde de Plasencia, con curiosamente cuatro mayorías absolutas, parece que no conviene. No conviene, quizás porque algunos de los que llevan decenios ‘viviendo de esto’ sin haber ganado nunca nada pueden poner en peligro su ‘estatus’; no conviene, quizás porque es mucho más cómodo estar en la oposición donde se cobra lo mismo y se está menos expuesto a la crítica de los medios y de la opinión pública; no conviene, quizás porque ser placentino molesta a algunas sensibilidades tan sectarias como pueblerinas; no conviene, quizás porque Fernando Pizarro puede ganar las elecciones autonómicas y poner en evidencia a más de uno; no conviene, quizás porque Fernando Pizarro representa a los que aún creemos en las posibilidades de esta bendita tierra.

El próximo Congreso Regional del Partido Popular de Extremadura puede ser ‘a la búlgara’, con una sola candidatura ‘oficialista’ que tranquilizará, no me cabe duda, a muchas conciencias, o un duelo a dos entre la Sra. Guardiola y D. Fernando Pizarro. Para que se produzca lo segundo, el alcalde placentino deberá ‘desobedecer’ las ‘indicaciones’ de Génova. Esto tiene el riesgo de que, si pierde, su carrera política puede verse gravemente afectada. La partidocracia tiene esas cosas. Yo apuesto por que se presente y gane, pero su situación es complicada.

El Sr. Núñez Feijóo, que seguramente nunca leerá esto, debería saber que Extremadura es algo más que encinas y cigüeñas y que, como él ha hecho en Galicia, el futuro de esta tierra pasa por el gobierno de un PP ‘regionalista’ que, desde la lealtad a España y el  respeto a las decisiones de los órganos nacionales del partido, sea dueño de su destino y eso solo será posible si encabeza la candidatura al Comité Regional D. Fernando Pizarro.

Pienso presentarme para ser compromisario y si lo soy, no votaré a la Sra. Guardiola aunque se presente ella sola, y no por ella, a la que la tengo un gran respeto, si no por lo que llevará detrás, cuya única aspiración será seguir ‘viviendo del PP’.

Damián Beneyto

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El oro de Moscú | Damián Beneyto

El oro de Moscú | Damián Beneyto

El oro de Moscú

DAMIÁN BENEYTO

La llegada a mis manos del libro de Mariano Ansó, ‘Yo fui ministro de Negrín’, aunque publicado hace ya algún tiempo, ha despertado en mí un cierto interés por lo que para algunos ha sido el mayor robo ocurrido en España en toda su existencia y para otros tan solo una transacción comercial en un momento muy particular de nuestra historia.

Como no soy un experto en historiografía no pretendo en esta parrafada aportar nada nuevo sobre el tema, pero sí, basándome en algunos testigos de los hechos, como el propio Ansó e Indalecio Prieto, y en algunos historiadores contrastados, como Burnett Bolloten, Stanley G. Payne, Ricardo de la Cierva y Ángel Viñas, contar algunas cosas curiosas sobre tan controvertido tema.

La historia del llamado 'oro de Moscú' es para algunos el mayor expolio ocurrido en España."

El 25 de octubre de 1936 salían de Cartagena con dirección al puerto de Odesa cuatro cargueros soviéticos de nombres Neva, Kine, Volgores y Kuban. En sus bodegas se amontonaban 7.800 cajas de madera que contenían 460 toneladas de oro en barras y en monedas, algunas de incalculable valor numismático, con un valor de casi 1.600 millones de dólares -al peso- de los de 1936. Al precio del oro de 1987 serían unos 7,6 billones de dólares. Era algo más del 70% de las reservas almacenadas en el Banco de España, reservas que eran las terceras del mundo en aquellos momentos.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Unos días antes, el 13 de septiembre, Manuel Azaña, presidente de la República, firmó un decreto por el que, a petición del gobierno presidido por Francisco Largo Caballero, autorizaba al ministro de Hacienda, Juan Negrín, al traslado del oro, plata y billetes del Banco de España ‘al lugar que se estime más seguro’. Este documento, cuya foto adjunto, lo reproduce en su libro el ministro Ansó.

Que el gobierno de la República sacara dinero de España no era novedoso. Ya en 1931, según Indalecio Prieto, se había realizado un depósito de parte de nuestras reservas en un banco de Mont de Marsan para responder de un supuesto préstamo del Banco de Francia al de España, depósito que sería rescatado por Francisco Franco y devuelto al Banco de España al finalizar la contienda.

Otra cosa curiosa que cuenta Indalecio Prieto, que como saben fue secretario general del PSOE y ministro en varios gobiernos de la República, es que la cantidad de cajas que se sacaron del Banco de España llenas de oro en barras y en monedas, plata y joyas no fueron 7.800, sino 13.000, pesando 851 toneladas y media, descontando el embalaje. Una parte del resto fue en dirección a Marsella y la otra parte a Barcelona, antes y después del envío a Odesa respectivamente.

Ante estos hechos que por los textos consultados parecen irrebatibles y solo difieren en el número total de cajas, cabe preguntarse por qué cuando ni habían pasado dos meses desde el comienzo de la guerra civil y los nacionales solo eran dueños de una tercera parte del territorio aproximadamente, había tanta urgencia en sacar las reservas del Banco de España y ponerlas casi todas fuera de España. A lo mejor Largo Caballero y su gobierno habían dado ya la guerra por perdida. De no ser así y, aunque el ejército nacional estuviera cerca de Madrid, que no era el caso, lo lógico es que se hubiera llevado a otros lugares de España, como Barcelona o Valencia.

Documentos sobre el oro de Moscú, Damián Beneyto

Manuel Azaña autorizó al gobierno presidido por Francisco Largo Caballero a trasladar el oro, plata y billetes depositados en el Bando de España 'al lugar que se estime más seguro'"

También llama la atención las discrepancias que hay sobre este asunto entre los protagonistas. Mientras que para algunos los artífices de la decisión de mandar el oro a Moscú fueron Largo Caballero y Negrín, que ni siquiera comunicaron con antelación al presidente de la República, Manuel Azaña, el destino, para otros, como el que fue ministro de Justicia, Sr. Ansó, ‘Negrín no pudo ser ni fue el artífice del envío a Rusia del oro español. Fue a lo sumo un cooperante de menor importancia del Lenin español (Largo Caballero) y sus consejeros áulicos, a la cabeza de los cuales figuraban Luis Araquistain (embajador de España en París) con su cuñado, Álvarez del Vayo (ministro de Presidencia), eterno epígono del comunismo internacional, y otros más o menos encubiertos’.

Parece pues que la paternidad de sacar el oro del Banco de España y llevarlo a Moscú fue del PSOE (como reivindica Indalecio Prieto) que contaba con cinco ministros en aquel Gobierno, además de su presidente, Largo Caballero. Sin embargo según cuenta Bolloten -el autor más documentado de los historiadores extranjeros que escribieron sobre nuestra Guerra Civil- también los anarquistas de la CNT-FAI estuvieron detrás de las reservas patrias. Un tal Diego Abad de Santillán, destacado dirigente de la FAI, Federación Anarquista Ibérica, preparó los planes para asaltar las bóvedas del Banco de España y trasladar a Barcelona, que era el bastión del anarquismo español, al menos parte del oro, aunque no llegaron a llevarlos a cabo.

La saca del oro y su traslado a Cartagena también tiene su aquel y cuenta el ínclito Indalecio Prieto en el 2º tomo de sus ‘Convulsiones de España’, que los comunistas, con el fin de apuntarse el tanto de cara a la Unión Soviética, se inventaron una especie de ‘Rififi’ a la española, dónde el protagonista fue nada más y nada menos que Valentín González, ‘el Campesino’, que en su autobiografía –‘que seguro que no ha escrito y que acaso ni siquiera haya leído’, según Prieto- dice que: Por encargo de José Díaz, secretario general del PCE, debía custodiar el oro del Banco de España entre Madrid y Cartagena. Así pues sacamos el oro de los subterráneos en 7.800 cajas y lo cargamos en 35 camiones en menos de una hora’.

Según Indalecio Prieto, lo que ‘el Campesino’ dice haber realizado con su gente en menos de una hora, costo veintitantos días de trabajo y no se trasladaron 7.800 cajas sino 13.000 que, en ese número de camiones, hubiera sido imposible cargar. Y concluye diciendo: El Campesino no intervino en nada, el oro y la plata se llevaron a Cartagena por ferrocarril y no por carretera, en trenes especiales que salieron casi a diario durante un mes custodiados por carabineros y muchachos socialistas de la Motorizada’.

Si hay un aspecto de esta historia que deja bastante claro que la idea de mandar el oro a Moscú no fue una buena idea es el interés que tienen casi todos los protagonistas, a posteriori, en negar su participación en esa decisión. Ya hemos leído cómo el Sr. Ansó disculpa a su amigo el Negrín, pero también Manuel Azaña e Indalecio Prieto pretenden salir por la gatera, y niegan ser responsables de la decisión, no de sacar el oro de Madrid, pero sí de enviárselo a Stalin.

¿Por qué cuando no habían pasado ni dos meses desde el comienzo de alzamiento militar había tanta prisa en trasladar los depósitos del Banco de España fuera de nuestras fronteras? ¿Se daba ya la guerra por perdida?"

La guerra civil en España, por Damián Beneyto

El presidente de la República dice que se enteró a toro pasado, lo que confirma Prieto, y que se pilló un rebote importante estando a punto de dimitir. Sin embargo, Álvarez del Vayo dice que, aunque la decisión la tomaron Largo Caballero y Negrín, fueron informados tanto Azaña como el resto del gobierno. Por cierto que el artículo II del decreto arriba reproducido dice que esta decisión sería ‘en su día presentada a las Cortes’, cosa que nunca sucedió.

Lo de Indalecio Prieto es más rocambolesco. El orondo ministro de Marina y Aire jura y perjura que él no tuvo nada que ver en el envío y dice que estaba en Cartagena el 25 de octubre por casualidad y allí se encontró, sin comerlo ni beberlo, con el pastel. También niega (pg. 124 y siguientes del tomo II de ‘Convulsiones de España’) que, como afirma Álvarez del Vayo –al que pone a bajar de un burro- diera la orden de que una escuadrilla de destructores dieran escolta a los barcos soviéticos antes mencionados y así lo corrobora Vicente Ramírez de Togores -en carta enviada a Prieto-, que mandaba la flotilla de destructores de la República en ese momento y que niega taxativamente que se escoltaran los barcos rusos. Sin embargo, Mariano Ansó sugiere que la carta fue escrita para hacerle un favor a Prieto.

Siguiendo con los acontecimientos, y según Bolloten, Largo Caballero había pedido al gobierno ruso que aceptara las reservas del oro en depósito. La respuesta positiva a esta petición llegó el 17 de octubre y el día 20 del mismo mes, Alexander Orlov, jefe de la NKVD (después KGB) recibió el siguiente telegrama de Stalin: ‘Junto con el embajador Rosenberg, organice con el jefe del gobierno español, Caballero, el envió de las reservas del oro de España a la Unión Soviética. Esta operación debe llevarse a cabo en el más absoluto secreto. Si los españoles le exigen un recibo, niéguese. Repito, niéguese a firmar nada y diga que el Banco del Estado preparará un recibo formal en Moscú’.

Aunque Amaro del Rosal, presidente de la Federación de Banca de UGT, dijo que era normal que se negaran a firmar un recibo por cuestiones del seguro y del secretismo de la operación hasta su recepción en Moscú, hay que decir que desde el momento en que se cargó en los buques soviéticos el oro ya estaba en suelo ruso para bien o para mal sin que el gobierno de España tuviera ningún justificante que lo refrendara.

El recibo se extendió por fin el 5 de febrero de 1937 con las firmas del embajador español, Marcelino Pascua, el comisario del Pueblo para las Finanzas, G.F. Grinko, y el comisario del Pueblo suplente para Asuntos Exteriores, N.N. Krestinskiy. (Se adjunta la pg. 8 del documento con las tres firmas publicado en el libro citado de Mariano Ansó, que curiosamente está escrito en francés sin que se sepa la razón de ello).

Recibo expedido del depósito del oro en Moscú por Damián Beneyto

Si los españoles le exigen un recibo, niéguese. Repito, niéguese a firmar nada y diga que el Banco del Estado preparará un recibo formal en Moscú"

La apertura de las cajas y el pesaje y conteo de sus contenidos se hicieron en presencia de los siguientes representantes españoles: Arturo Candela, Abelardo Padín, José González (sic) y José Velasco.

Según coinciden los historiadores consultados, la mayoría del oro no estaba en barras sino en monedas, algunas de gran valor numismático. Sin embargo, según el gobierno ruso, solo se retiraron las monedas defectuosas o con poco oro y el resto se fundieron en lingotes. Algo que, excepto Ángel Viñas (rojelio de pro al que solo le ha quedado acusar a Franco de matar a Manolete), ponen todos en duda. Había monedas de todo el mundo algunas muy antiguas y de un gran valor numismático muy superior al oro que contenían y los rusos lo sabían, así que es poco probable que las fundieran. Lo normal es que apartaran las monedas más valiosas y las vendieran poco a poco en el mercado internacional sin dar cuentas al gobierno español de ello.

Cuenta el periodista americano Herbert Matthews que Negrín descubrió varios meses después que no sólo estaban los rusos fundiendo las monedas sino que además cobraban una pasta gansa por hacerlo. Según dice protestó por ello, pero no hay pruebas de que lo hiciera, ni de que informara al resto del gobierno de esta circunstancia.

Algo que tampoco queda muy claro es el por qué los cuatro españoles que participaron en la valoración del oro tuvieron prohibido durante dos años abandonar la Unión Soviética y que dos de sus homónimos rusos fueran fusilados. También fueron fusilados el 15 de marzo de 1938 los dos dirigentes soviéticos que firmaron el acta que sirvió de recibo, Grinko y Krestinskiy.

¿QUÉ PASO CON EL ORO?

El cómo se controló y se gastó el oro también es una pieza controvertida de esta historia y como se puede apreciar por los testimonios de unos y otros no queda la cosa muy clara.

Según Mariano Ansó, jurista y ministro de Justicia de Negrín, los distintos gobiernos españoles ordenaron a la URSS la compra de dólares sobre la base del precio del dólar y el oro en el mercado de Londres y con cargo al oro depositado. Estás ordenes se produjeron de forma escalonada entre el 3 de marzo de 1937 y el 28 de abril de 1938, firmadas por el Presidente del gobierno y el Ministro de Hacienda, aunque en el caso de Negrín solo era necesaria su firma al ostentar ambos cargos. En cuanto a si se agotó el depósito en 1938 -como dice Viñas para intentar disculpar a Negrín-, Ansó dice que no se puede saber, puesto que depende de las valoraciones del oro vendido y de los dólares comprados y que solo la URSS puede presentar las cuentas por dichos conceptos.

Según Indalecio Prieto, la cantidad de cajas que se sacaron del Banco de España llenas de oro en barras, en monedas, plata y joyas no fueron 7.800, sino 13.000, pesando 851 toneladas y media, descontando el embalaje"

Indalecio Prieto habla de ‘colosal desfalco’ y dice que ‘el Kremlin quería quedarse con tan preciadísima mercancía’. Lo justifica por el secuestro antes mencionado de los bancarios españoles durante dos años y la purga de los funcionarios soviéticos que participaron en la recepción y valoración del tesoro español.

También menciona Indalecio Prieto cómo los comunistas franceses se convirtieron en cajeros de Estado Español a través del Banque Commerciale de l´Europe du Nord en Paris, filial del Banco del Estado soviético aportando los siguientes datos:

Traslado del oro desde el el banco de España a Moscú, por Damián Beneytp
  • El Partido Comunista Francés, PCF, administró para compras de material de guerra, 2.500 millones de francos entregados por Negrín, sin que la administración de esta importante cantidad fuera controlada por ningún funcionario español.
  • La propaganda del PCF se costeaba con dinero del Estado Español.
  • El diario comunista Ce Soir se sostenía con los fondos suministrados por Negrín.
  • Los 12 barcos, todos de la compañía naviera France Navigation, propiedad del PCF, se compraron con dinero de España y nunca se devolvieron ni los barcos ni el dinero.

Bolloten hace también unas apreciaciones sobre el tema que nos ocupa que merecen ser expuestas. Aunque Ángel Viñas llega a la conclusión que las reservas de oro estaban agotadas un año antes del final de la guerra, queda un interrogante.

  • ¿También se agotaron las ingentes cantidades de divisas generadas por la venta del oro al Banco del Estado soviético y transferidas a su filial francesa donde eran acreditadas en las cuentas del Ministerio de Hacienda?
  • ¿Por qué las operaciones del banco comunista francés estaban envueltas en un secreto absoluto y nunca se han publicado los estados de cuentas del Ministerio de Hacienda titular de la cuenta, ni tampoco se han encontrado los documentos pertinentes del propio ministerio? 

En 1957 el diario Pravda informaba, meses después de la muerte de Negrín, que no sólo se había agotado el depósito de oro, sino que el Estado Español aún debía, del crédito de 85 millones solicitado al Estado soviético, 50 millones. Por supuesto en las estimaciones soviéticas no se tiene en cuenta, como dice Bolloten, el valor de las monedas antiguas y raras, las cantidades desconocidas de divisas extranjeras que el Tesoro español tenía en el banco soviético de Paris, el envío a la URSS de materias primas y productos manufacturados desde España, los barcos mercantes vendidos por España a Rusia que nunca se cobraron y otras ‘menudencias’.

CONCLUSIONES

De todo lo expuesto y leído sobre este asunto creo que aún hay varias zonas oscuras en esta historia que quizás nunca se iluminen. Algunos de los protagonistas mienten, todos no pueden tener razón, aunque unos y otros busquen tenerla, aduciendo testimonios no contrastados y conversaciones no probadas.

Podemos entender que la cercanía de las tropas nacionales a Madrid aconsejara sacar las reservas del Banco de España, pero lo que parece excesivo es que recién comenzada la guerra -septiembre 1936- y cuando el gobierno del Frente Popular era dueño de las tres cuartas partes del territorio, las más ricas por cierto, se tuvieran que sacar las reservas de España como si la guerra estuviera perdida.

Salida del Oro de Moscú desde Cartagena, Damián Beneyto

Por orden del gobierno de la República, el 25 de octubre de 1936 salían de Cartagena con dirección a Odesa cuatro cargueros soviéticos llevando en sus bodegas toneladas de oro y monedas de las reservas del Banco de España"

En mi opinión, el acuerdo del Gobierno, cuya acta de adjunta, no era sacar fuera de España las reservas sino alejarlas del frente. Como dice Prieto, se podían haber llevado a Valencia o Barcelona, pero al no concretarse en el acta (‘al lugar que se estime más seguro’) dio patente de corso a Largo Caballero y Negrín para hacer de su capa un sayo.

Parece estar claro, a pesar de lo que dice Ansó, que los que tomaron la decisión de mandar el oro a Moscú fueron el presidente del Consejo de Ministros y su ministro de Hacienda, señores Largo Caballero y Negrín, con la complicidad manifiesta del ministro de Estado, Álvarez del Vayo, y de Luis Araquistain, embajador en Paris, y que no se informó ni al resto del gobierno ni al presidente de la República.

La participación de Indalecio Prieto en este asunto fue mayor de la que él declara. Según el historiador Bolloten, cuesta creer que Prieto no supiera nada de este asunto hasta que llegó a Cartagena y tanto el jefe de la NKVD, Orlov, como Álvarez del Vayo dicen que fue el entonces ministro de Marina el que ordenó que algunos destructores custodiaran el convoy hasta Túnez. Aunque quizás sea cierto que él inicialmente no conocía el plan. No parece admitir duda que a Manuel Azaña le hicieron la envolvente entre Caballero y Negrín y podría ser cierto que se enteró por Prieto, a toro pasado, con el consiguiente cabreo.

En cuanto a que solo la URSS ofrecía garantías para la custodia del oro, como aseveró el embajador Araquistain finalizada la contienda, tampoco se sostiene, pues especialmente Francia, a pesar de su política de no intervención, donde gobernaba el Frente Popular podría haber sido un sitio seguro y más fácil de controlar. También Suiza, con tradición en estos menesteres, o incluso Méjico el país que más apoyó a la República y que fue el destino, después de la guerra civil, del dinero y joyas que el gobierno de la República incautó (robó) a la población civil que apoyó el Alzamiento y que fue transportado a Veracruz en el yate Vita, propiedad de un nacionalista vasco, por orden de Negrín.

Como dice Prieto y corroboran Bolloten, Payne y De la Cierva, la URSS estafó al gobierno español y cometió un desfalco en toda regla. Nadie controló a qué precio se vendía el oro para comprar dólares ni que pasó con las miles de monedas de altísimo valor numismático ni los pagos hechos a través de la sucursal francesa del Banco del Estado soviético.

El Banco de España en 1936

No es de extrañar que Orlov y el embajador soviético, Rosenberg, se asombraran cuando se enteraron de que el gobierno español confiaba a Stalin las reservas del Banco de España. Según Bolloten, Stalin celebró la llegada del oro con un banquete en el que dijo: ‘Los españoles no verán su oro nunca más, como tampoco ven sus orejas’, expresión que tomó de un proverbio ruso.

Pero hay algo más grave que hasta nuestro historiador rojelio de cabecera, Ángel Viñas, reconoce, y es que la República perdió una baza de negociación al enviar el grueso de las reservas a Moscú y favoreció la creciente influencia del comunismo soviético en ciertos dirigentes de la República que llevó a una ‘sovietización’ de la política del Frente Popular.

Solo queda saber si la acción del gobierno de la República de mandar el oro a Rusia fue legal o ilegal. Tampoco hay acuerdo en esto, pero de lo que no hay duda es que la Ley de Ordenación Bancaria vigente en aquel momento impedía la enajenación de las reservas de oro que formaban parte del patrimonio nacional, de igual modo que el territorio de la nación.

Este seguirá siendo un tema controvertido aunque, visto lo visto, no cabe duda que el comunismo, con la complicidad de algunos socialistas de tronío, expolió a España.

Damián Beneyto

NOTA. A pesar de que Indalecio Prieto tilda de ‘broma macabra’ e incluso sugiere que la firma de Juan Negrín fue falsificada, el 18 de diciembre de 1956, según Mariano Ansó, Rómulo Negrín, haciendo cumplir las últimas voluntades de su padre, entregó en el Consulado de España en París todos los documentos que obraban en poder de su padre relativos al depósito del oro español existente en las cajas del Banco de España en Madrid y que fue entregado en depósito en el Comisariado del Pueblo de Hacienda de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.

Fuentes

  • Anso, Mariano. Yo fui ministro de Negrín. Editorial Planeta. Barcelona, 1976.
  • Bolloten, Burnett. La Guerra Civil Española: Revolución y Contrarrevolución. Alianza Editorial, 1997.
  • De la Cierva, Ricardo. Historia esencial de la Guerra Civil Española. Editorial Fénix. 1996.
  • Payne, Stanley G. La Guerra Civil Española. Ediciones Rialp. Madrid, 2014.
  • Prieto, Indalecio. Convulsiones de España, Tomo II. Ediciones Oasis. Méjico, 1967.
  • Viñas, Ángel. El oro de Moscú: alfa y omega de un mito franquista. Ediciones Grijalbo. Barcelona, 1979.

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CARMEN HERAS

Con verdadera curiosidad escuchaba yo las declaraciones de un alto cargo del ministerio de Irene Montero. Explicaba su propósito de introducir variantes en la ley para conseguir declarar objeto de baja laboral la regla mensual de las mujeres en aquellos casos de reglas dolorosas y extremas. Me pareció sintomático de un manera de hacer que, ante hipotéticas ‘debilidades’, construye armaduras y modos de tratamientos distintos por quienes dicen haber venido a este mundo a defender la igualdad entre las personas.

Nunca he entendido ese afán de algunas mujeres por querer ser tratadas como diferentes cuando tanto reivindican su entrada en cualquier puesto o trabajo en aquellos aspectos relacionados con la productividad"

La idea se me antoja profundamente exagerada porque, efectivamente, esos dolores menstruales, cuando son fuertes y graves, bien pueden ser diagnosticados por un médico y constituir, a su juicio, motivo de baja laboral, como si de otra enfermedad se tratase, sin necesidad de nuevas cláusulas en ninguna normativa.

Nunca he entendido ese afán de algunas mujeres por, en el fondo, querer ser tratadas como diferentes -cuando tanto reivindican su entrada en cualquier puesto o trabajo- en aquellos aspectos relacionados con la productividad. Siempre a base de resaltar en las normas las características biológicas femeninas que pueden servir de pretexto para no hacerlo, precisamente a quienes más se oponen a la entrada de la mujer en los espacios y trabajos públicos.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Este planteamiento ministerial, discriminatorio como pocos, tiene todo el aspecto de una gratificación o una minusvalía y está sujeto a posibles picarescas dado que el umbral del dolor es distinto de unas personas a otras y puede ser bastante subjetivo. Supongo que a algunas personas les gusta el reglamentismo y no lo pueden ocultar. Dividir la existencia en trocitos minúsculos y legislar para cada uno de ellos, de manera que las personas siempre encuentren un patrón por el que conducirse o por el que ser castigadas.

A mi todo ello me parece sorprendente, un problema de baja autoestima. Yo reivindico una manera generalista de enfocar los asuntos dentro de contextos globales e interrelacionados. Porque de lo que no creo que se trate, si se quiere equiparar realmente a las mujeres con los hombres, es de estar siempre insistiendo en aquellos aspectos mas proclives a ser entendidos como de ‘debilidad’ de cada sexo, dándoles rango de ley a lo que, al ser excepcional, como excepción debiera ser tratado.

Por malos derroteros, por Carmen Heras

En tiempos laboralmente duros como los de ahora, se trataría de fortalecer las estructuras básicas de contratación con criterios que no sirvan a los posibles empleadores como elemento disuasivo. En una época con tantas incertidumbres es absolutamente necesario invertir en la construcción de individuos -hombres, mujeres- fuertes que sepan enfrentar los problemas y resolverlos, en vez de ir buscando siempre un proteccionismo extremo hacia unos con el consiguiente recargo sobre los otros. Justicia equitativa, sí, pero melindres, los mínimos.

Ocurre que protección y proteccionismo no son términos semejantes. Mientras la protección implica la acción de proteger e impedir que alguien reciba algún daño, con la palabra proteccionismo se entiende toda una teoría económica que busca proteger los productos nacionales frente a los extranjeros a fuerza de grabar éstos últimos con aranceles y trabas en su distribución. Pues algo parecido puede ocurrir con el caso que nos ocupa. Buscar un esquema exageradamente proteccionista para una de las partes no hará más que señalar los aspectos menos rentables de su contratación frente a la otra, rebajando así sus posibilidades en el mercado de trabajo que, como todos sabemos, se rige por la competitividad.

Carmen Heras

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La pandemia extremeña | Damián Beneyto

La pandemia extremeña | Damián Beneyto

La pandemia extremeña | Damián Beneyto

La pandemia extremeña

DAMIÁN BENEYTO

No, no voy a hablar en esta parrafada de la pandemia de la Covid 19, tema muy socorrido para contertulios y articulistas, a pesar de que la hemos sufrido y la seguimos sufriendo en Extremadura en todas sus variantes. El virus chino se ha repartido por todo el planeta y no íbamos nosotros a ser menos, en esto claro…

Me voy a referir a una pandemia autóctona y que lleva siglos instaurada por estos lares sin que seamos capaces de que remita ni de conseguir una vacuna. Este virus que nos lleva contagiando desde tiempos inmemoriales se llama CONFORMISMO.

Los extremeños somos 'pobres hasta para pedir' convirtiéndonos en los pobres más agradecidos de España"

El virus en cuestión no afecta directamente al cuerpo aunque, al final, también se resiente, pero es más bien un virus del alma. El individuo afectado acepta fácilmente y casi sin rechistar cualquier circunstancia, aunque esta sea adversa y/o injusta.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Extremadura es una zona endémica de ‘conformismo’ desde tiempos inmemoriales y solo aquellos que abandonan estas latitudes se libran de padecerlo. Es algo que está en el ambiente, que se respira; es como si un cielo plomizo oprimiera a sus habitantes impidiéndoles cualquier gesto de protesta y mucho menos un acto de rebeldía.

Yo creo que el último que no lo padeció fue Viriato, aunque él mismo fuera víctima del conformismo de otros que prefirieron ser vasallos a ser protagonistas de su propia historia.

Sin embargo, fuera de estas latitudes, el extremeño es audaz, reivindicativo e incluso capaz de defender tierras que no son las suyas e idiosincrasias que poco tienen que ver con las que heredaron de sus padres. Una auténtica paradoja…   

El ‘virus del conformismo’ ha creado una sociedad abúlica, anodina, que carece de estímulos para progresar o, lo que es peor, que no le importa progresar. Un pueblo agarrado al mínimo esfuerzo útil que, al carecer de iniciativas, se deja conducir cual rebaño borreguil por los derroteros que les marcan cuatro prebostes cuyo único interés es mantener el poder.

Este estado de ‘catalepsia reivindicativa’ se ha ido gestando a lo largo de los tiempos debido a la acción de los distintos gobiernos que ha tenido España con la connivencia de los factótums de la región. Podemos decir que Extremadura es ‘la Cenicienta’ de España con una madrastra que siempre le negó el pan y la sal y unas hermanastras insolidarias y ventajistas, pero sin hada madrina ni príncipe que la socorra.

El 'virus del conformismo' ha creado una sociedad abúlica, anodina, que carece de estímulos para progresar o, lo que es peor, que no le importa progresar"

Siempre fue el destino de esta tierra alimentarse con las migajas que caían de los platos de los demás y aun hoy lo sigue siendo, aunque ya se ha acostumbrado e incluso muestra en muchas ocasiones  agradecimiento por la caridad recibida.

Sin duda Extremadura es una tierra maltratada por los poderes del estado, o quizás mejor ninguneada, pues históricamente siempre ha pasado desapercibida, como si no existiera. Es un ‘paso a ninguna parte’, a pesar de su extensa frontera con Portugal, y es considerada por el resto de España como un territorio exótico habitado por gentes sencillas, de carácter afable y bastante hospitalario, pero nada emprendedoras y resignadas a ser las más miserables y pobretonas del país.

Algunos pensábamos, yo entre ellos, que con la democracia las cosas cambiarían y que el estado de las autonomías contribuiría a un reparto más solidario de ‘los dineros públicos’, e incluso que aquellas comunidades con menos recursos serían más favorecidas para conseguir acercarse a las más prósperas (convergencia); pero de eso nada de nada, al contrario, los ricos, como siempre, son cada vez más ricos y los pobres, pues eso… extremeños.

La migración de los extremeños a Cataluña y País Vasco en los sesenta.

También pensábamos algunos -valga la reiteración-, yo entre ellos, que el virus del conformismo podría desaparecer; vamos, que la democracia y la autonomía iban ser la vacuna que hiciera que los extremeños salieran del letargo en el que llevaban sumidos desde que murió Viriato, pero también nos equivocamos. El pueblo soberano cambió a unos caciques por otros y se apuntó con entusiasmo, delirio y frenesí al ‘social-conformismo’,  poniendo su futuro en manos de los que vieron que eso de gobernar a unos ciudadanos aletargados por el virus en cuestión era -y es- un chollo.

La pandemia no solo persiste, sino que además el ‘bicho’ ha mutado. Los síntomas del conformismo han pasado de la modorra pasiva a la modorra activa. En Extremadura, excepto raras y honrosas excepciones, se ejerce el conformismo activo, se ha pasado de aceptar sin rechistar las injusticias y los agravios a justificarlos e incluso a agradecerlos. ¡Joder con el virus!

El ‘social-conformismo’ ha llegado a tales niveles de virtuosismo que ha llegado ya a justificar la falta de recursos con la in-necesidad de los mismos. Hemos hecho nuestro eso de ‘ser pobres hasta para pedir’ y ya vemos como normal la falta de progreso y de creación de riqueza. Somos los pobres más agradecidos de España y quizás de Europa.

Nuestros líderes autonómicos, siempre han sido ‘social-conformistas’, como no podía ser de otra manera -que se diría en politiqués- y han practicado la modorra activa con eficacia. Algunos lo han intentado disimular con algún que otro arrebato doméstico, pero nada importante, mientras que otros dada su gran carga viral han llegado a un nivel de ‘excelencia resignativa’ tal que han conseguido hacer de la sumisión todo un arte y de la mansedumbre una ciencia.

Guillermo Fernández Vara y el conformismo extremeño

El 'social-conformismo ha llegado a tales niveles de virtuosismo que ha llegado ya a justificar la falta de recursos con la innecesidad de los mismos"

Los últimos acontecimientos corroboran la existencia de esta pandemia. En pocos días, y mientras el personal andaba entretenido en realizarse ‘test de antígenos covidianos’ o similares, Extremadura ha perdido la posibilidad de comunicarse por ferrocarril con el noroeste de España y por carretera con el este. Adiós para siempre a la línea Plasencia-Astorga -por petición del gobierno de España a la Unión Europea- y a convertir la N-430 en autovía.

Nadie ha dicho ni ‘esta boca es mía’. Nuestro preboste autonómico Sr. Fernández Vara, digno representante del ‘social-conformismo’, no ha lanzado ni un suave susurro y seguramente justificará esta nueva afrenta a Extremadura con alguna homilía bucólica y pastoril a las que nos tiene acostumbrados.

El resto de fuerzas vivas, algún que otro requiebro en las redes sociales y poco más, y la sociedad civil, afectada por esta pandemia endémica del conformismo, pues nada de nada, feliz como una perdiz. Por no haber ya, no hay ni milanas reivindicativas, los efectos de este virus son absolutamente letales.

Dice uno de los pocos extremeños a los que el virus del conformismo no ha afectado, el profesor D. Julián Mora, que la disminución de la población en esta Comunidad es alarmante y que Extremadura se está despoblando a pasos agigantados, demostrándolo con serios estudios demográficos.

Las causas son claras. A la falta de inversiones públicas y planes de desarrollo de los gobiernos de España hay que añadir la poquísima iniciativa privada y el nulo aprovechamiento de los recursos naturales de la región, pero sobre todo, el problema es el virus del conformismo que, o encontramos una vacuna, o en unos años nos convertiremos en una especie de ‘reserva india’ donde sólo habiten algunos ‘socio-conformistas’, algún que otro ecologista -u -oncologista’- de mesa camilla y zapatillas de franela y el dichoso virus. Y si no, al tiempo.

Damián Beneyto

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Flores congresuales | Carmen Heras

Flores congresuales | Carmen Heras

Flores congresuales | Carmen Heras

Flores congresuales

CARMEN HERAS

Todos los partidos tienen la costumbre, cada cierto tiempo, de dedicar unos días a reflexionar sobre su propio ideario, intentando actualizarlo al momento presente con sus características y problemáticas.

En estos congresos, además de una nueva dirección renovada, se discute y aprueba la ponencia marco sobre la que luego han de asentarse los programas electorales que se presentan a los ciudadanos. Previamente -al menos en el PSOE-, el texto del borrador ha circulado por las distintas agrupaciones locales de modo que cualquiera de los militantes ha podido, en uso de su libertad de opinión, realizar enmiendas al contenido del mismo. Debatidas y votadas éstas, en las comisiones correspondientes, se produce la aprobación definitiva de aquel en el plenario.

Todo depende del color del cristal con que se mire o del extremo de la mesa en que esté situado"

El trabajo lo hacen los delegados elegidos para el congreso, en uso de la representatividad que le otorgaron los compañeros para representarlos.

Me cuentan que todo el proceso ha cambiado notablemente en el fondo y en la forma y, aunque no puedo detallar los pormenores, porque no he asistido a ninguno de los últimos cónclaves celebrados, lo que sí puedo atestiguar es que de puertas afuera, y según la información publicada por los diarios, no hay nada digno de resaltar en relación al mensaje político, más allá de las generalidades consabidas sobre feminismo, ecología, etc.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Pero de lo que sí se ha hecho eco la información pública es de los nombres de las personas que componen los próximos órganos de dirección. Nombres que a unos pueden parecerles adecuados y a otros no, pues ya es conocido que todo depende -para muchos- del color del cristal con que se mire. O del extremo de la mesa en que se esté situado.

Que sean unos nombres u otros tiene una importancia relativa en estos momentos. La manera de gobernarse las organizaciones hoy, da a sus ‘números uno’ todo el poder orgánico, para bien o para mal. No en vano se requieren liderazgos fuertes -en otro momento hablaremos de lo que hoy se entienden como tales- y éstos se enfundan el cargo, sin ambages.

De las últimas citas socialistas celebradas, tres asuntos me han llamado poderosamente la atención.

El primero, la sumisa reverencia -al menos aparentemente- al líder, de una gran mayoría de elegidos para las Ejecutivas o los Comités y que no se han molestado en disimular. Por el contrario, y como si de una coreografía se tratase, unos detrás de otros han expandido a través de las redes, su agradecimiento al Secretario General por haberse fijado en ellos para formar parte del órgano de decisión.

Juan Espadas y Pedro Sánchez; Flores congresuales, por Carmen Heras

Todos cuánto lo han hecho parecen obviar -quizá no lo aprendieron nunca- que sin la aprobación real y de manera mayoritaria por la asamblea de compromisarios elegidos por las bases y asistentes al Congreso, no formarían parte de esos órganos (ejecutivas y comités) de dirección, por mucho que el jefe directo los eligiera. De ahí que sean directivos porque el Plenario los votó y no por decisión única e irrevocable del líder.

El segundo asunto, también sorprendente para mí, es que los militantes que obtienen un lugar en la dirección del partido no lo hacen necesariamente por méritos políticos reconocibles. En muchos casos, incluso, es al revés, han obtenido, como responsables de un lugar determinado, unos pésimos resultados electorales o mantienen fuertes divisiones en las agrupaciones locales que están bajo su férula. Otros deben ser los motivos, pués.

El tercer asunto, es esa reiteración continua sobre la total unión interna con la que se sale de los congresos, a decir de quienes han estado allí. Pero ¿qué opinan los otros militantes, los que no han ido, los críticos, los marginados… que también existen y pagan sus cuotas? Supongo que nadie les preguntó. En la mente de los oradores no existen.

Carmen Heras

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