¿Todos los partidos son iguales? | Carmen Heras

¿Todos los partidos son iguales? | Carmen Heras

¿Todos los partidos son iguales? | Carmen Heras

¿Todos los partidos son iguales?

CARMEN HERAS

Copiando a Tolstói en ‘Ana Karenina’, yo también creo que las familias felices son todas iguales, pero que las desgraciadas lo son cada una a su manera, tanto más si nos referimos a los partidos políticos, la segunda familia de uno, en opinión de algún político cercano.

Todos, en el origen, parecen tener comportamientos similares. Mirados desde la distancia, los últimos sucesos ocurridos en el Partido Popular son dignos de atención, no sólo por el cambio efectuado en su liderazgo, por el que no hace tanto tiempo apostaron una mayoría de dirigentes y militantes, sino por la rapidez con la que, aparentemente, se ha producido, y por la seguridad de la opinión publicada en favor de ello.

Lo nuevo solo tiene poder de verdad si gobierna sobre algo completamente distinto, si termina completamente con todo lo anterior, se destruye el templo y se voltean los interiores de las personas"

De cuanto hasta la fecha ha pasado, cabe preguntarse por la fuerza y asentamiento de dicho liderazgo, cuál era la seriedad y seguridad en su elección de los que lo apoyaron y sobre el por qué un número grande de opinadores en periódicos y tertulias propina palmetazos en la mano y cabeza de los perdedores, poniendo en primera línea sus desaciertos y dejando en un segundo lugar sus razones.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Al parecer esta sociedad no quiere a los débiles y desde luego no aprecia a los que, enzarzados en una batalla, no la rematan con la total destrucción de sus oponentes. Quizá porque el ansía de poder del ser humano tiene una fuerza ingente no solo en la vida política, también en la empresarial y por supuesto en la periodística.

Como los tiempos van tan rápidos, se nos hace cuesta arriba recordar que no hace tanto de ello todas las organizaciones políticas, al querer renovarse, dieron grandes saltos en el vacío y taparon las fotos clásicas que no le parecían lo suficientemente atractivas cara a sus objetivos.

En mi modesto entender, una verdadera renovación no es tal cuando solamente se produce sobre un cambio de personas y caras, nuevas, por edad simplemente. En vez de una renovación híbrida en la que los hombres y mujeres fueran sustituidos por sus hijos, y algún que otro nieto, entremezclados en sus filas y complementados, se defenestró totalmente a los primeros y se les dio la herencia entera a los segundos, poniéndolos a gobernar sobre las vidas y haciendas de sus mayores, incluso de quienes estaban mejor situados por bagaje humano, formación política y madurez personal.

Renovación en el PSOE

Al tiempo, se crearon nuevos artilugios, equipos, intereses y los antiguos fueron ocultados para evitar declaraciones, enfados, celos malsonantes que dieran al traste con lo nuevo que buscaba asentarse. Aunque no desaparecieron. Unos lograron espacio en el nuevo esquema, otros buscaron un lugar influyente fuera de la política, los más pasaron al ámbito privado.

Mientras tanto, los recién llegados tenían prisa; íntimamente conocedores de su posición real, no se dieron tiempo para digerir y aprender, la competencia interna y externa no se lo permitía. Debían lograr un éxito pronto si no querían ser echados del paraíso. Y como las prisas no son nunca buenas consejeras pronto comenzaron los dislates, los vaivenes, las incongruencias que los medios en esta sociedad tan mediática jalearon sin compasión y hasta la saciedad. Y el desgaste. Comienza, entonces, la cuenta atrás. Porque hay un núcleo de masa crítica enfadada. Y es cuando todo ese grupo interno y externo, que parecía que dormitaban en lo suyo, se levanta y reclama. Y el castillo de naipes se desploma.

Y es que, amigos, lo nuevo solo tiene poder de verdad si gobierna sobre algo completamente distinto, si termina completamente con todo lo anterior, se destruye el templo y se voltean los interiores de las personas haciéndolas creer que el fin de tener los gobiernos justifica los medios destructores de lo que un día fueron y creyeron. ¿Que por qué lo digo? Observen, observen.

Carmen Heras

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Los candidatos

Carta abierta al Sr. Casado

DAMIÁN BENEYTO

Me voy a permitir comenzar esta parrafada con la pregunta con la que mi querida amiga y excelente periodista Lola Izquierdo titula su último artículo en La Capital de Tierra de Barros y que dice así: “¿Quiere ganar el PP las elecciones en Extremadura?”

Las últimas noticias aparecidas en los medios parecen indicar que para Génova no parece prioritario arrebatar al PSOEX el gobierno de Extremadura. Esto no es una afirmación gratuita, hay razones que así lo indican y que expondré a continuación con el ánimo de que se tomen las mejores decisiones para intentar conseguir que el Partido Popular vuelva a gobernar esta Comunidad y la saque del ostracismo en la que vive.

El próximo candidato, tanto a presidir el Partido Popular de Extremadura como a optar a la presidencia de la Junta, deberá darse a conocer cuanto antes mejor, y todo lo que sea retrasarlo va a jugar en su contra"

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

El retraso del Congreso Regional del partido es una de las razones que me hacen suponer que para los dirigentes del partido en Madrid, los extremeños pintan poco. Si la continuidad de José Antonio Monago al frente del Partido Popular extremeño no se contempla, quiere decir que el próximo candidato, tanto a presidir el partido como a optar a la presidencia de la Junta, deberá darse a conocer cuanto antes mejor, y todo lo que sea retrasarlo va a jugar en su contra. Tiene que promocionarse, montar un solvente equipo de campaña y confeccionar un programa electoral que dé soluciones a los problemas de Extremadura. A algo más de un año vista y sin aun fecha para el Congreso al próximo presidente del PP de esta Comunidad se lo están poniendo bastante difícil.

El Sr. Monago, en mi opinión, está amortizado políticamente en esta Comunidad, no quiero decir con esto que no pueda prestar grandes servicios al partido, a esta tierra y a España en otros menesteres, pero aquí ya ha cumplido y con creces. Conseguir gobernar en Extremadura después de casi 40 años de clientelismo socialista tiene muchísimo mérito, pero ahora toca savia nueva y él lo sabe.

Encontrar al candidato idóneo no es fácil, pero debe imperar el sentido común, la generosidad y dejar de lado las filias y las fobias por el bien de Extremadura. Yo sé que algunos que llevan casi toda su vida laboral viviendo del momio de la política se resisten a volver a sus ‘aposentos’ de ciudadanos de a pié y prefieren un candidato que, aunque se pierdan las elecciones, les garantice seguir con la mamandurria. Y si yo lo sé, el Sr. Casado y hasta el Sr. García Egea lo saben. 

Y por ahí parece que van los tiros…

En política, como en otras actividades humanas, los experimentos hay que hacerlos con gaseosa y más cuando miles de ciudadanos se juegan su futuro que hoy, gracias al PSOEX, se ve bastante negro.

Buscar a algo más de un año vista un mirlo blanco es, con todos mis respetos para el mirlo, una gilipolluá. Creer que se van a repetir situaciones como las ocurridas en otras Comunidades es no conocer ni a Extremadura ni a los extremeños. Aquí solo se puede romper el tinglado que tiene montado D. Guillermo y sus muchachos con alguien que sea ambidiestro, cercano, que transmita confianza y tenga experiencia de gestión. Blanco y en botella, como se diría en el lenguaje ‘tertulianés’  de mi admirado D. Antonio Burgos.

Fernando Pizarro es ahora mismo, por su trayectoria y por sus resultados, el único candidato con capacidad para darle cumplida respuesta al 'místico de Olivenza'"

Fernando Pizarro; Alcalde de Plasencia; Partido Popular de Extremadura

Sr. Casado, si usted responde que ‘sí’ a la pregunta que hace mi amiga Lola y de verdad pretende que el PP gane en Extremadura las próximas elecciones autonómicas, déjese de milongas, de experimentos absurdos, de asegurar poltronas y apoye al único candidato que puede derrotar en las urnas al sempiterno, y no por ello menos cáustico para esta tierra, Sr. Fernández Vara.

Fernando Pizarro es ahora mismo, por su trayectoria y por sus resultados, el único candidato con capacidad para darle cumplida respuesta al ‘místico de Olivenza’. Ganar tres veces por mayoría absoluta la alcaldía placentina no es moco de pavo, incluso cuando el Partido Popular iba en toda la Comunidad cuesta abajo. Su gestión ahí está, su honorabilidad ahí está, su falta de sectarismo y su empatía ahí están. Ha sido portavoz regional del partido y presidente de la FEMPEX. Es conocido y respetado fuera y dentro del partido en toda Extremadura y, por si fuera poco, fue alumno mío al que una vez suspendí y aun no me ha perdonado.

Sr. Casado, no cometa el error de dejarse aconsejar por los que solo buscan su acomodo personal, hágame caso. La fortaleza de un líder está en rodearse de los mejores para llevar a cabo un proyecto político, no en contentar, queriéndose asegurar una supuesta fidelidad, a los que solo aspiran a mantener su poltrona.

Seguramente la Sra. Guardiola es un gran valor para el partido, no me cabe duda, pero ahora no es su momento y menos con el poco tiempo que queda para las elecciones autonómicas. No es casualidad que primeros espadas del partido hayan dicho ‘no’ a presentar su candidatura, como supongo que usted sabrá.

El próximo Congreso Regional puede ser el principio de una gran etapa para el PP extremeño y para Extremadura o un más de lo mismo. Usted y solo usted tiene la palabra. Lista única encabezada por Fernando Pizarro sería lo mejor, pero de no ser así, que Dios reparta suerte y, si salgo elegido, allí estaré de compromisario. Espero saludarle.

Damián Beneyto

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Aristocracia, ‘el gobierno de los mejores’ | Damián Beneyto

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Aristocracia, ‘el gobierno de los mejores’ | Damián Beneyto

Aristocracia,

'el gobierno de los mejores'

DAMIÁN BENEYTO

Hoy, la mayoría entiende por aristocracia a la clase social formada por las personas que poseen títulos nobiliarios concedidos por el rey o heredados de sus antepasados. Sin embargo, la acepción original de este término inventado por los griegos poco tiene que ver.

La palabra original que procede de la antigua Grecia “aristokatria” viene de “aristos”, que significa excelencia, y de “kratos”, que significa poder. Con este término los griegos denominaban un sistema político cuyos dirigentes eran los más sabios, los más virtuosos y los que tenían mayor experiencia; es decir, “el gobierno de los mejores”.

Solo cuando gobiernan los mejores la sociedad se vuelve más libre y más justa o, por lo menos, anda más cerca de ello"

A pesar de que tanto Platón como Aristóteles fueron fans de este sistema político, pronto los griegos cambiaron de organización política y allá por el siglo V a.C. instauraron, concretamente en Atenas, lo que llamaron “democracia” a partir de los vocablos “demos”, pueblo, y “kratos”, que puede traducirse como poder, lo que nos llevaría a interpretarlo como: “el poder del pueblo”.

Lo que no está tan claro, y así lo hace notar Plutarco, es que fuera todo el pueblo el que tuviera el poder, o mejor dicho, que todo el pueblo participara. Parece ser que en la democracia ateniense solo participaba aproximadamente un 10% de la población ya que la mayoría de trabajadores, mujeres y esclavos quedaban excluidos. En mi opinión se pasó del “gobierno de los mejores” al “gobierno de los poderosos”, que no es lo mismo ni mucho menos.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Sin embargo, lo que en nuestros días entendemos por democracia tiene poco que ver con la “demokratia” de los griegos. La mayoría de los países que hoy llamamos democráticos aparecen a principios del siglo XX y vienen de la mano de lo que se llamó sufragio universal, el fin de la esclavitud y la conquista del voto por parte de las mujeres.

Hoy casi todo el mundo está convencido que la democracia, como sistema político, es el menos malo de los existentes o el mejor de los posibles.

Naturalmente todos los sistemas democráticos no son iguales y en unos los ciudadanos son más protagonistas que en otros. Así tenemos la ‘democracia indirecta o representativa’, que es de la que gozamos en nuestro país, donde los ciudadanos ejercen su poder político a través de sus representantes.

También está la ‘democracia semidirecta o representativa’ que es como la anterior, pero, según en qué asuntos, el pueblo puede coger la sartén por el mango mediante el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular o la revocación del mandato. Algunas de estas figuras existen en nuestro sistema político, pero deben ser impulsadas para hacerlas posibles por los que ejercen el poder y eso no es nada fácil.

La democracia en Atenas

Por último, está la ‘democracia directa’ que es cuando las decisiones las toma siempre el pueblo soberano en asamblea. No hay representantes y, en todo caso, hay delegados que llevan la opinión de la asamblea a los órganos pertinentes.

Hemos cambiado el 'gobierno del pueblo' por el 'gobierno de los partidos', y el 'gobierno de los mejores' por el 'gobierno de los astutos, bribones y granujas'"

Cualquiera de estos tipos de democracia tiene pros y contras, pero es en el reglamento que regula el sistema dónde está el quid de la cuestión.

Planteémonos primero eso del “sufragio universal”: Todos tenemos derecho a voto y todos los votos valen igual. Todos, salvo sentencia judicial, somos elegibles para cualquier cargo político.

Podremos ser cultos, incultos e incluso deficientes mentales; podremos ser delincuentes y estar en prisión que, salvo dictamen expreso de un juez, podremos votar y ese voto tendrá el mismo valor que el resto.

Formar parte de una lista electoral para, si se tercia, ser elegido representante de los ciudadanos, está al alcance de cualquiera. Se puede ser analfabeto funcional, no tener ni oficio ni beneficio, tener antecedentes penales o ser tonto del culo, cualquiera puede llegar a vivir de la mamandurria pública.

Esto nos lleva a la ‘partitocracia’ o ‘partidocracia’, un neologismo que definió Gonzalo Fernández de la Mora como “forma de Estado en que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva».

Es decir, un fraude en toda regla al espíritu de la democracia y una forma en que los poderes fácticos, a través de los partidos políticos, manejen a su antojo a los pobres ciudadanos que siguen creyendo que son los protagonistas de la vida política, cuando sólo son unos meros palmeros de una oligarquía que hace y deshace a su antojo.

El poder de los partidos políticos es absolutamente absoluto, valga la redundancia. Los ‘sanedrines’ de cada clan eligen a sus candidatos -aunque algunas veces parezca que con eso de las ‘primarias’ lo hacen los militantes- y confeccionan las listas electorales.

Los prebostes de cada partido, según el ámbito electoral, colocarán convenientemente en las listas electorales a sus correligionarios que más méritos hayan contraído. Se premia la lealtad, el servilismo, la falta de ambición política, la dependencia económica, la imagen pública (solo a los que encabezan candidaturas) y, sobre todo, la disponibilidad para inmolarse por el bien del ‘líder’ si fuera el caso.

Protestas ante las Cámaras Legislativas
El gobierno en el Congreso

Se puede ser analfabeto funcional, no tener oficio ni beneficio, tener antecedentes penales o ser tonto del culo; cualquiera puede vivir de la mamandurria pública"

La preparación intelectual, la experiencia laboral, la bonhomía, la independencia y la capacidad de trabajo son cualidades generalmente poco apreciadas e incluso pueden ser hasta contraproducentes.

Así, no es raro ver en los distintos órganos políticos a cientos de representantes de los ciudadanos’ que ‘no saben hacer la ‘o’ con un canuto’, que no han pegado un palo al agua en su vida -ni piensan hacerlo-, y que están dispuestos, al coste que sea, a vivir opíparamente de la mamandurria pública durante toda su ‘vida laboral’.

Lo curioso de esto, es que los ciudadanos, que con sus votos hacen posible que haya tanto palurdo y tanto sinvergüenza en los escaños, no dejan de despotricar y de pedir las ‘orejas y el rabo’, con perdón, de los susodichos a los que seguramente volverán a votar en los próximos comicios.  

Hemos cambiado el gobierno del pueblo por el gobierno de los partidos, y el gobierno de los mejores por el gobierno de los astutos, bribones y granujas. Nos siguen encandilando con mensajes buenistas, hablándonos de libertad y de estado de derecho, pero lo cierto es que somos cada vez menos libres y que los derechos están cada vez más cerca de los vagos y los maleantes y más lejos de las personas de bien. Tenemos una justicia, gracias a un poder legislativo constituido por cada vez más ignaros, tan garantista para los delincuentes como injusta para las víctimas.

Seguramente este sistema político que llamamos “democracia” sea para algunos el menos malo o el mejor posible, pero yo me quedo con la “aristocracia” de Platón y Aristóteles. Solo cuando gobiernan los mejores la sociedad se vuelve más libre y más justa o, por lo menos, anda más cerca de ello. Utopía quizás. 

Damián Beneyto

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Fuegos artificiales | Carmen Heras

Fuegos artificiales | Carmen Heras

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Fuegos artificiales

CARMEN HERAS

La celebración de las primarias en el PSOE de Badajoz para elegir a su secretario provincial, por más que se trate de un proceso interno, ha vuelto a poner sobre la mesa la idoneidad, o no, de las mismas, no solo para elegir al mejor dirigente entre varios, sino sobre todo para ayudar a relanzar el entusiasmo de los militantes, piezas claves -o así debería ser- en una victoria electoral.

He asistido, después de su celebración, a encendidos debates entre personas pertenecientes a las bases del partido, con planteamientos contrarios, y he de decir que las puyas entre ellos, una vez conocidos los resultados, han sido muchas.

La mayor parte de las veces, por no decir todas, quien gana las primarias no se fía de quien ha competido en su contra"

Como Churchill cuando decía que ‘la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno’, yo creo que la elección de un dirigente por primarias sería la forma más transparente de hacerlo si las cartas todas estuvieran sobre la mesa, e imperase el sentido común y la objetividad en los votantes para, sin ambages y cortapisas, elegir al mejor dotado/a para el cargo. Y sobre todo, si no hubiera después represalias, directas o indirectas, con los perdedores.

Sucede, sin embargo, que en la mayor parte de las veces, por no decir en todas, el/la que gana, no se fía de quien ha competido en su contra e incluso los perdedores dedican su tiempo a intentar poner zancadillas al elegido.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Cuando alguno de los ganadores no cumple esta norma e intenta integrar en su equipo a varios oponentes, suele ser calificado de débil y pusilánime, de modo tal que las ansias de ‘escalar al trono’ aumentan para sus adversarios.

En la época de los grandes lideres, con ‘sus capitanes’ desplegados por todo el territorio, se convirtió en dogma de fe la declaración de uno de ellos cuando advertía a quien quisiera oírlo, que en política cada cual labra su puesto y sale llorado de casa. De tal premisa, incuestionable para los leales seguidores y mayoritariamente aceptada, se derivó una cierta cultura interna que fijó los cimientos de los aspectos más sanguinarios que la política tiene.

La vida política, interna y externa a los propios partidos, maneja demasiada hipocresía"

Las primarias de Pedro Sánchez

Bajo el citado precepto, no parece quedar otra que salir a pelear con toda clase de ‘armas’ entre los compañeros, cuando se desea sobresalir. Y si no, pregúntenle a Ángel Gabilondo, el defenestrado candidato del PSOE a la Asamblea de la Comunidad madrileña. Fuera ya de la política, ha reclamado su derecho a ‘no ser malo’, es decir, a no jugar a trapacerías y deslealtades, frente a quienes con la boca pequeña ahora -primero fue utilizado como candidato y después echado, por unos y otros, del terreno de juego- dicen que que es un gran hombre.

La vida política, interna y externa a los propios partidos, maneja demasiada hipocresía. Las primarias son una muestra. Tal como se realizan, semejan ritos eclesiales destinados a permitir una cierta ‘actuación’ de la militancia entre ella misma, ya que tiene vetado (por unas causas u otras) un verdadero trabajo político, acorde con la defensa de sus convicciones, dentro de la sociedad civil. Durante unos días, los candidatos y sus adláteres pueden pasearse entre los afiliados y declarar sus intención sobre un proyecto político a reivindicar, en el que el ‘pueblo’ manda y elige su propio destino.

A mi se me asemejan a fuegos de artificio. Como ellos, estallan en luces de colores, para luego oscurecerse bajo el control de siempre de los ‘aparatos’. Éstos últimos, ciegos y totalmente insensibles ante las particularidades.

Carmen Heras

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Autopsia electoral | Damián Beneyto

Autopsia electoral | Damián Beneyto

Autopsia electoral | Damián Beneyto

Autopsia electoral

DAMIÁN BENEYTO

“En la huerta del Segura cuando ríe una huertana resplandece de hermosura toda la vega murciana”.

‘La Parranda’, zarzuela en tres actos del maestro Alonso.

Quién nos iba a decir que la decisión de adelantar las elecciones en la Comunidad de Madrid se debería a una moción de censura en la Región de Murcia que acabó ‘como Cagancho en Almagro’.

El asalto al liderazgo del centroderecha, perpetrado por la Sra. Arrimadas con la colaboración inestimable del ‘Rasputín’ monclovita Sr. Redondo, produjo una reacción en cadena que acabó con la convocatoria electoral anticipada en la Comunidad de Madrid.

La Sra. Ayuso, oliéndose que el ‘Bellido Dolfos’ de Ciudadanos, Sr. Aguado, la estaba preparando una celada para deponerla vía moción de censura, se adelantó a los acontecimientos disolviendo la Asamblea madrileña y convocando elecciones.

La campaña electoral ha sido una de las más ácidas que recuerdo; a la violencia verbal en grado sumo se ha unido, al más puro estilo abertzale, la violencia física"

Visto lo visto, la jugada no le ha podido salir mejor a la lideresa popular, ni peor al pobre felón de Ciudadanos que ha acabado -con perdón- ‘como puta por rastrojo’.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

La jugada política de Dña. Isabel dejó descolocado a más de uno y cortó de raíz los intentos de mociones en otras comunidades. Tanto fue así que ‘naranjiles’ y socio-comunistas intentaron vía judicial que se anulara la convocatoria electoral, pero sin resultado.

Después de las elecciones catalanas, que habían pasado sin pena ni gloria y que aún están por resolver, las madrileñas crearon una expectación fuera de lo normal, por lo inesperadas y por las circunstancias que las provocaron.

Los partidos políticos se pusieron manos a la obra y la gran sorpresa fue la aparición en escena del estrafalario mayor del reino, Sr. Iglesias, que, cual salvador de la patria, dejó la vicepresidencia del Gobierno para disputar la presidencia de la Comunidad de Madrid a la Sra. Ayuso al grito guerra civilista de ¡no pasarán!  

El resto de los partidos no tardaron en nombrar a sus cabezas de cartel, manteniendo -excepto Ciudadanos, que optó por defenestrar al pobre del Sr. Aguado– a sus actuales portavoces en la Asamblea madrileña. El 4 de mayo era la fecha elegida para unas elecciones que se presumía que darían mucho que hablar.

La campaña electoral ha sido una de las más ácidas que recuerdo; a la violencia verbal en grado sumo se ha unido, al más puro estilo abertzale, la violencia física y así, mamporreros de la extrema izquierda podemita se han dedicado a lanzar pedruscos a los ‘terribles fascistas’ de VOX.

Resultados electorales del 4M en Madrid

Soy de los que piensan que este asunto 'de las balas' no deja de ser una ocurrencia de alguna mente privilegiada que pulula por los despachos monclovitas"

Otra singularidad de esta campaña ha sido las amenazas que vía postal han recibido algunos prebostes del frente popular y la Sra. Ayuso. Las misivas llevaban cartuchos de Cetme y hasta alguna faca albaceteña, sin que, de momento, quitando al ‘Luis Candelas’ de El Escorial, sepamos quiénes han sido los autores. Eso sí, la seguridad de Correos ha quedado absolutamente puesta en evidencia.

Soy de los mal pensados que cree que este asunto de ‘las balas’ no deja de ser una ocurrencia de alguna mente ‘privilegiada’ de las muchas que pululan por los despachos monclovitas, pero, al menos,  le ha dado un cierto glamur a estos comicios.

El CIS del Sr. Tezanos también ha cumplido con nota en su papel de animador electoral y ha cocinado con todo primor encuestas que iba sacando en sucesivas dosis para intentar ilustrar y adoctrinar a los votantes al más puro estilo ‘goebbelsiano’.

Hay que reconocer que los candidatos se han empleado a fondo aunque, como se ha visto, algunos con más acierto que otros.

En mi opinión el que peor lo ha hecho, y a los resultados me remito, ha sido el Sr. Gabilondo. Un venerable catedrático de universidad no debería haberse prestado a ser tratado como un zascandil o chisgarabís por sus directores de campaña. Entre ‘el gurú’ D. Iván y los iletrados Sr. Ábalos y Sra. Lastra han llevado al pobre de D. Ángel “com cagalló per senda”, que dicen en mi tierra natal. El papelón del metafísico socialista ha sido melodramático, rayando en lo fúnebre.

Isabel Díaz Ayuso ha demostrado que no hace falta renunciar a los valores del centro derecha para conseguir la confianza de los ciudadanos"

Isabel Diaz Ayuso y los resultados del 4M, por Damián Beneyto

Las candidatas de VOX y MÁS MADRID se han batido el cobre con bastante solvencia. Dña. Rocío tenía que salvar los muebles ante una Sra. Ayuso que arrasaba, y lo ha conseguido. Dña. Mónica ha sabido aprovecharse de las flaquezas del Sr. Gabilondo y de los ridículos graznidos del Sr. Iglesias y, a pesar de su condición de pija comunista, ha arramplado con un buen montón de votos de la izquierda profunda.

Del Sr. Iglesias poco se puede decir que no se haya dicho. Saltó al ruedo con la intención de salir por la puerta grande y ha salido por la puerta de cuadrillas a almohadillazo limpio. Nefasto personaje que sólo ha conseguido crear cizaña y enfrentar a los españoles y que, desgraciadamente, lo seguirá haciendo desde fuera de la política.

Dña. Isabel ha estado por encima de lo esperado, que ya era mucho. Muy bien asesorada, ha demostrado que no hace falta renunciar a los valores del centro derecha para conseguir la confianza de los ciudadanos y que la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es posible en política.

Doña Isabel Díaz Ayuso no ha derrotado al Sr. Gabilondo, que también; ha derrotado al Secretario General del PSOE y Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y además de forma abrumadora y sin paliativos"

Isabel Diaz Ayuso y el Partido Popular ganan las elecciones de Madrid 2021

En el resultado de estas elecciones hay, por encima de todos, un gran perdedor que, aunque no figuraba en las listas, estuvo desde la Moncloa medrando con sus decisiones para desprestigiar a la Sra. Ayuso. Este no es otro que el tal Sánchez que, cual pájaro de mal agüero, lleva desde el comienzo de la pandemia intentando desprestigiar al Gobierno de Madrid a base de perjudicar a los madrileños con decisiones políticas más que cuestionables. Dña. Isabel no ha derrotado al cariacontecido Sr. Gabilondo, que también; ha derrotado al Secretario General del PSOE y además de forma abrumadora y sin paliativos.

No cabe duda que el Partido Popular ha dado un paso importante para su futuro, pero mal haría el Sr. Casado si se creyera él, el triunfador. El triunfo del PP en Madrid ha sido por la gestión realizada por la Sra. Ayuso, sin olvidar al Sr. Martínez-Almeida que desde el Ayuntamiento de Madrid está haciendo una magnifica gestión.

El Sr. Casado, para convertirse en el próximo presidente del Gobierno de España, tiene que ofrecer a los ciudadanos un discurso firme, coherente, sin complejos y con propuestas creíbles para solucionar los graves problemas socioeconómicos por los que atraviesa España.

El resultado electoral de Madrid puede ser, a medio plazo, el motor de la recuperación de España y también del PSOE, si el sector socialdemócrata del partido logra echar de la política al tal Sánchez y a sus acólitos.

“Madrid, Madrid, Madrid, pedazo de la España en que nací por algo te hizo Dios la cuna del requiebro y del chotis”.

‘MADRID’, de Agustín Lara.

Damián Beneyto

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