Política de banderías | Carmen Heras

Política de banderías | Carmen Heras

Política de banderías | Carmen Heras

Política de banderías

CARMEN HERAS

Hay desagradables incidentes que hablan por sí solos. Vivimos en un país de banderías, si no estás conmigo estás contra mí. Con los míos a muerte, pero ni agua para los otros. De nada sirve que exista mucha información que puede rastrearse en las redes para contrastar, cada individuo solo cree aquello que quiere y nada de lo que digan ‘los otros’ merece su atención, no vaya a ser que haya algún atisbo de verdad en sus palabras y ello obligue a replantearse certezas y amistades.

El individuo dentro de la tribu, ya sea política, de clase o económica. Así que el terreno está siempre preparado para la polémica, con razón o sin ella, en infinidad de debates inútiles que a nada conducen salvo a la crispación.

Los medios, la mayoría, colaboran. Por su propia razón de ser reavivan lo diferente, lo negativo, hasta extremos insospechados. Tener un solo periódico de cabecera, como guía extrema de lo que ocurre, es una gran equivocación, pues como en otros aspectos de la vida, nada es inocente y que no tenga razones (sus razones) para hacer lo qué hace.

Los periódicos son empresas, las empresas deben ganar dinero y los asalariados de las mismas, en muchas ocasiones, lo son porque ayudan en ese cometido y le dan lectores al periódico. Conviene tener en cuenta todo esto para no crear códices santos que acatar o libros demoniacos para destruir, cuando unos y otros, con ligeros matices, obedecen a las tendencias sociológicas que les mantienen, de las que se nutren y a quienes ofrecen la información.

Siempre ha sido y será así, salvo casos específicos maravillosos que resultan excepciones extrañas, todo agravado ahora porque ya no se vende material impreso como antes. Por eso resulta sorprendente que muchos ciudadanos se peleen y batallen a la luz de la información única de lo que creen como propio. La realidad es poliédrica y las personas ambivalentes, incluso torpes, por lo que a veces la maldad que se les supone es meramente una tremenda escasez intelectual.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Y luego están las estrategias políticas. Algunas son de libro. Escorarse hacia los extremos es una de ellas, radicalizarse en el discurso y venderlo bien, a sabiendas de que el marco conductual está en Europa y en las decisiones de sus órganos máximos, con lo que muchas propuestas nunca llegarán a buen puerto -salvo que se tome las de Villadiego, como hizo Inglaterra con resultados que ya estamos viendo-.

Radicalizarse hacia las orillas da lugar a la aparición de otras fuerzas políticas opuestas para contrarrestar, en el juego de los equilibrios; la negación -porque es el competidor que te pisa los talones e incluso puede sobrepasarte en votos- del contrincante natural, a fuerza de enfocar los dardos y tipificar como enemigo clave al del extremo, agudiza las reacciones de los simpatizantes de este último de modo que crece quitándole votos al moderado.

Conmigo o contra mi

Cada individuo solo cree aquello que quiere y nada de lo que digan 'los otros' merece su atención, no vaya a ser que haya algún atisbo de verdad"

Algo que, aunque en un momento X puede resultar (pues el cercano en votos no gana), crea un temeroso caldo de cultivo para la vida política que viene después. La utilización de señuelos (personas, sucesos, símbolos) ayuda poderosamente a ello, sabiendo que funcionan perfectamente para remover visceralmente a los propios simpatizantes.

Lo peor es que unos sectores retroalimentan y justifican a los otros. Y viceversa. Y España vuelve a dividirse en dos bandos cada vez más necesitados, para dirigir el país, de los partidos minoritarios, que hacen gala de su voracidad buscando conquistas para sus ideas o sus propios territorios. Para frenar esta deriva sería necesaria otra forma de actuar de los partidos clásicos con implantación nacional. Y unos dirigentes con sentido de estado que lo quieran hacer, a sabiendas de que su éxito no será inmediato.

Carmen Heras

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Revisionismo

DAMIÁN BENEYTO

“La historia la escriben los vencedores”. Esta frase se le atribuye al filósofo alemán Walter Benjamin, aunque también al escritor George Orwell e incluso al mismísimo Winston Churchill.  Es de suponer que los tres la utilizarían alguna vez en contextos diferentes.

No seré yo quien enmiende la plana a tan insignes personajes, pero en España, en relación a nuestra última guerra civil y a pesar de los esfuerzos de los vencedores, han sido los perdedores y sus descendientes políticos los que, durante bastante tiempo, se han llevado el gato al agua y han puesto las bases para interpretar este acontecimiento.

En los últimos años del franquismo y principios de la Transición, aparecen multitud de libros sobre nuestra guerra civil de indudable valor histórico e imprescindibles para conocer ese capítulo de nuestra historia"

A pesar de que la historiografía moderna apuesta por un estudio objetivo de la historia, en el tema que nos ocupa la objetividad, en algunos casos, es más que discutible. Durante el franquismo se publicaron cientos de libros en nuestro país sobre la llamada “cruzada” y, excepto raras y honrosas excepciones, la mayoría carecieron de rigor y se dedicaron más a ensalzar las bondades del régimen que a dar una visión histórica de los hechos acaecidos, aunque eso no quiere decir que muchos de los acontecimientos narrados no fueran absolutamente fidedignos.

También, en este mismo periodo, se editaron otros tantos libros fuera de nuestras fronteras escritos por los exiliados -es decir, por los perdedores- que también adolecían de falta de objetividad y de un maniqueísmo tan grosero que resulta, en muchos casos, absolutamente ridículo.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

En los últimos años del franquismo y principios de la Transición aparecen multitud de libros sobre nuestra guerra civil, algunos como los del General Jesús Mª Salas Larrazábal y su hermano Ramón, de indudable valor histórico e imprescindibles para conocer aspectos tan importantes de la contienda como la importancia de la aviación, el bombardeo de Guernica, la intervención extranjera o el llamado ‘ejército popular’. Su ‘Historia General de la Guerra de España’ publicada en 1986 es, por el conocimiento que tienen como militares de la táctica y estrategia bélica y su objetividad, un tratado de gran valor histórico

La aparición de los llamados escritores hispanistas como, entre otros, el inglés Hugh Thomas, el irlandés nacionalizado español Ian Gibson o el norteamericano Stanley G. Payne, puso de actualidad en el mundo una guerra que muchos de los que la vivieron querían olvidar y que a la mayoría de los que nacieron durante el franquismo ‘se la traía al pairo’. La visión de los foráneos de nuestra contienda civil no deja de ser interesante y sus discrepancias son más que notables. Recomiendo ‘La Guerra Civil Española’ (2014), de Payne por su fácil lectura y la historiografía utilizada.

Entre la pléyade de escritores autóctonos, y como no podía ser de otra manera, que se diría en ‘politiqués’, hay de todo como en botica. La ideología de los autores está muchas veces por encima de la realidad histórica e incluso se retuercen documentos y testimonios para dar a entender lo contrario de lo acaecido.

Historia General de la Guerra de España, por Salas Larrazábal

La 'Historia General de la Guerra de España' de Ramón y Jesús María Salas Larrazábal, es, por el conocimiento que tienen como militares de la táctica y estrategia bélica y su objetividad, un tratado de gran valor histórico"

Durante algunas décadas los historiadores pro Frente Popular se hicieron dueños y señores de las publicaciones al respecto, con el beneplácito de unos y la resignación de otros. Si querías vender un volumen no te quedaba otra, aunque hubieras militado en la democracia cristiana de Gil Robles, como Javier Tusell, o hubieras sido cura durante el franquismo, como Santos Juliá.

La mayoría de los historiadores rojelios no sólo se han dedicado a tergiversar muchos de los acontecimientos acaecidos y a ocultar hechos y documentos que ponían en riesgo sus teorías, sino que además han hecho de sus conclusiones dogma de fe y cualquiera que ose discutirlas se convierte en un revisionista de tres al cuarto.

Se han inventado una especie de fundamentalismo histórico de nuestra contienda, que está creando un estado de opinión a todas luces sesgado y muy poco objetivo.

Al más puro estilo del marxismo, el historiador que se atreva a revisar de forma significativa las premisas esenciales fijadas por esta caterva de ‘historiadores’ de la siniestra, se convierte en una especie de Eduard Bernstein –político socialista alemán que a finales del XIX puso en solfa algunas de las teorías de Marx, por lo que fue repudiado por la ‘ortodoxia marxista’-.

La aparición en escena de algunos historiadores llamados peyorativamente ‘revisionistas’, con bastante éxito por cierto, ha puesto de los nervios a sus colegas frente-populistas, que aprovechan cualquier circunstancia para desacreditarlos e, incluso, ridiculizarlos.

A  pesar de ese empeño, autores como Pio Moa, Cesar Vidal, Manuel Álvarez o Roberto Villa, entre otros, han puesto en entredicho algunas de las teorías y afirmaciones, siempre interesadas, de la ortodoxia frente-populista. Recomiendo el libro de Manuel Álvarez y Roberto Villa, ‘1936 Fraude y Violencia en las elecciones del frente popular’, que demuestra, sin lugar a dudas, la ilegitimidad del gobierno salido de las urnas en las elecciones de febrero de 1936.

1936 Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular - Visioncoach

La aparición de algunos historiadores llamados peyorativamente 'revisionistas' ha puesto de los nervios a sus colegas 'frente-populistas', que aprovechan cualquier circunstancia para desacreditarlos e, incluso, ridiculizarlos"

Por que la Republica perdió la guerra, Stanlye G. Payne

Por supuesto, detrás de este desmadre historiográfico de los ‘historiadores zurdos’, han estado los partidos de izquierda, especialmente el PSOE, interesado en ocultar su historia llena de miserias políticas y de atentados contra la libertad y la democracia. El sonatillo Zapatero y su alumno aventajado, el tal Sánchez, con sus leyes de ‘vendetta histórica’ sólo pretenden acallar las críticas a una izquierda que propició, y hasta deseó, que se desencadenara una guerra civil en España.

Soy de los que opina que aún no hay perspectiva histórica para abordar con objetividad lo que ocurrió en España en gran parte de la primera mitad del siglo XX; por eso, pretender imponer cual axiomas, teorías fundamentalistas al respecto, no deja de ser una falacia interesada.

La guerra civil fue consecuencia de acontecimientos, incluso anteriores a la instauración fraudulenta de la II República y ya desde 1917 se veía venir. En ese conflicto, como está demostrado, no hubo buenos ni malos, sólo víctimas inocentes utilizadas por unos y otros para imponer su proyecto de estado, que por otra parte, en ningún caso iba a ser democrático, por mucho que se empeñe en rebatirlo el rojerío patrio.

Damián Beneyto

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Buenismo | Damián Beneyto

Buenismo | Damián Beneyto

Buenismo | Damián Beneyto

Buenismo

DAMIÁN BENEYTO

«A veces la gente no quiere escuchar la verdad porque no quiere que sus ilusiones se vean destruidas«

Friedrich Nietzsche

El término buenismo es relativamente joven pero se ha extendido rápidamente, especialmente cuando se refiere a la acción política. Según la RAE, hace referencia a quien, ante los conflictos, actúa rebajando su gravedad, cediendo o siendo excesivamente tolerante. 

Ser buenista, osea practicar el buenismo, está de moda especialmente entre nuestros políticos. Es como una religión que ha calado en una sociedad que cada vez es más ingenua, haciendo de la bondad una estrategia que tiene como único objeto ganarse el reconocimiento de los demás. 

Ser buenista es ser políticamente correcto, cumplir el dictado del sistema; lo de menos es el orden moral que fundamenta la vida de las personas"

Ser buenista es ser políticamente correcto, cumplir el dictado del sistema; lo de menos es el orden moral que fundamenta la vida de las personas. Opina el escritor Humberto Pérez-Tomé que el buenismo ‘es una de las enfermedades modernas del alma, un sustituto barato meramente humano que se desliga de un bien superior que es Dios’. 

El individuo buenista necesita demostrar que está por encima del bien y del mal, está absolutamente pagado de sí mismo y no se besa porque no se alcanza. Necesita el aplauso, el homenaje y la pleitesía de sus congéneres a cualquier precio. Es absolutamente egocéntrico y se cree que es el único consciente de los sufrimientos del mundo. 

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Dice la psicóloga Lorenlay Fraile que hay que diferenciar ‘entre personas buenas, demasiado buenas y buenistas’, siendo esta última la que más hostilidad esconde detrás de su aparente incondicionalidad. El buenista lleva siempre una especie de disfraz para que desde fuera se perciba que es una persona abnegada, generosa, de amplia sonrisa y gran amabilidad. Sin embargo, debajo del disfraz se esconde una necesidad desmesurada de agradar, de que se les quiera y se les reconozca a cualquier precio.

En España el término buenismo se extendió para referirse a las políticas blandas de la izquierda, especialmente con la aparición en la vida pública patria del sonatillo Zapatero. Su ‘alianza de civilizaciones’ no era más que una justificación sui géneris del terrorismo islámico y de la inmigración descontrolada, mientras mostraba una innegable inquina hacia la cultura occidental, es decir, hacia su propia cultura. El buenista puro y duro justifica que en una religión como la islámica, se denigre a la mujer, se asesine a los homosexuales y se justifique el terrorismo mientras, denigra al cristianismo y todo lo que ha aportado a la cultura de occidente. 

En lo que a la emigración descontrolada se refiere, el buenista la apoya y la justifica aparentando una compasión y una caridad de cara a la galería, mientras que, después de realizar el paripé correspondiente, deja que sus consecuencias las resuelvan entidades sin ánimo de lucro casi siempre católicas. Naturalmente defienden que los emigrantes impongan sus costumbres en los países donde se aposentan e incluso llegan a prohibir actividades culturales y recreativas autóctonas para no ‘ofender’ a los ‘huéspedes’. 

La 'alianza de civilizaciones' no era más que una justificación 'sui generis' del terrorismo islámico y de la inmigración descontrolada, mientras mostraba una innegable inquina hacia la cultura occidental"

Los buenistas allí; Buenismo, por Damian Beneyto

Otro signo de buenismo es el de juzgar la historia de occidente en general y la de España en particular partiendo de los principios éticos actuales -algunos más que discutibles-, lo que no deja de ser bastante absurdo y maniqueo. Así, las agresiones que sufrimos los hispanos desde que el mundo es mundo no sólo no se condenan sino que también, dado el caso, se justifican, mientras el descubrimiento de América y su conquista, por ejemplo, se considera un acto genocida cuando, teniendo en cuenta su momento histórico, la Corona de España dio un ejemplo al mundo de benevolencia, buen gobierno y respeto étnico. Hacer creer que los musulmanes en la conquista de España allá por el 711 respetaron a judíos y cristianos es una milonga vendida por el buenismo patrio para poner en tela de juicio el legítimo derecho a la Reconquista. 

En los momentos de crisis suelen aumentar el número de buenistas. Aparecen, no para contribuir a solucionar problemas, sino para hacerse notar y buscar el aplauso de los atribulados ciudadanos. Entonan una especie de mea culpa y piden ser ‘flagelados’ por disponer de medios que otros no tienen y, de paso, exponer al escarnio público a los que están en su misma situación pero que no están dispuestos al ‘flagelo’. Estos personajes saben que no van a prescindir de nada, que todo es un brindis al sol; pero ante la ingenua opinión pública quedan como paradigmas de bondad y de compasión.

El animalismo es otro santo y seña del buenismo. Se trata, por lo visto, de defender que los derechos de los animales deben ser los mismos que los del ser humano, lo que nos lleva a situaciones tan absurdas y ridículas como que haya salas de cine para animales o se denuncie que las vacas, ovejas o cabras son violadas entre otras gilipolluás.

Hoy en día, el buenismo en nuestros políticos está llegando a niveles excelsos. Cualquier político que se precie intentará llegar al corazoncito del respetable con mensajes llenos de arrumacos, cucamonas y zalamerías. Su preocupación por los menesterosos llegará a ser empalagosa, aunque más falsa que un duro sevillano. El cambio climático como bandera será también un recurso para enternecer al personal, aunque al sujeto en cuestión le importe la capa de ozono y los casquetes polares un bledo. Se defenderá a capa y espada el feminismo y la homosexualidad, no por creer en la igualdad y en el respeto a la libertad sexual, sino porque es lo que toca, aunque traten a su ‘santa’ como a un felpudo o llamen maricón a su compañero de escaño. 

Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura y 'buenista', por Damián Beneyto

El periodista Bruno Ebner hace un interesante paralelismo entre buenismo y progresía, y asevera que lo más normal es ser buenista y progre a la vez. El autodenominado progresista es siempre de izquierdas al igual que la mayoría de los buenistas. Son admiradores, por ejemplo, de la Cuba castrista y defienden aquella dictadura, pero ninguno se va a vivir allí. El progre-buenista aborrece el capitalismo, pero vive en países capitalistas. El progre-buenista vive en ‘casoplones’, disfruta de ingresos muy por encima de la media y consume productos de alto standing, pero anima a los okupas a quedarse con las casas de los demás y a los antisistemas a destruir el país en donde viven. 

Está por la unidad de España, pero no dice ni pio cuando su partido cede ante el secesionismo; esta contra el terrorismo, pero salvo alguna 'arcada de salón', traga cuando su partido pacta con los pro-etarras de Bildu"

La mayoría de nuestros políticos tienen algo de buenistas, pero donde el buenismo alcanza cimas nunca coronadas es en el social-comunismo patrio. El ‘postureo’ de esta pléyade de progres es sublime y a la vez patético. Buscan el reconocimiento, el aplauso, el elogio y la alabanza como el comer, pero además están convencidos que tienen una misión divina, que son imprescindibles, que son los únicos capaces de resolver los problemas de los pobres mortales. Se han divinizado.

Un ejemplo de estos mesiánicos personajes es nuestro presidente autonómico. Don Guillermo es el buenismo por antonomasia; lleva años vendiendo burras cojas a los extremeños como si fueran alazanes, sin que muchos se percaten que detrás de ese aparente discurso seráfico y bondadoso y de ese simulado interés por los más desfavorecidos sólo hay ‘postureo’.

Nuestro presidente se ha dedicado, el tiempo que ha estado gobernando, a mantener el nivel de miseria necesario para garantizarse el ser apoyado. Ha hecho de la limosna en modo de subsidio, subvención o contribución su gran arma electoral y su única aportación. Extremadura sigue siendo el furgón de cola en lo económico, en lo sanitario, en lo educativo, en la creación de empleo, en la creación de riqueza, etc., pero, a pesar de ello, gran parte del pueblo soberano le sigue dando su confianza porque para ellos, es buena persona... 

Además, pasa por tolerante a pesar de su sectarismo exacerbado y, como ha demostrado, su feminismo acaba cuando alguna mujer le intenta quitar el sillón. Está por la unidad de España, pero no dice ni pio cuando su partido cede ante el secesionismo. Está contra el terrorismo etarra, pero, salvo alguna arcada de salón que otra, traga cuando su partido pacta con los pro-etarras de EHBildu. Es el arquetipo del progre-buenismo de la izquierda profunda.

El buenismo se ha convertido en la nueva religión del siglo XXI. No es lo mismo ser bueno que buenista, como no lo es ser laico o laicista. Como dice nuestro sabio refranero español, “EL INFIERNO ESTÁ LLENO DE BUENAS INTENCIONES”.

Damián Beneyto 

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¿Quién roba a quién? | Damián Beneyto

¿Quién roba a quién? | Damián Beneyto

¿Quién roba a quién? | Damián Beneyto

España, súbdita del secesionismo

¿Quién roba a quién?

DAMIÁN BENEYTO

El secesionismo patrio, ya desde sus albores ha sido bastante peculiar. No les basta con buscar la separación política y administrativa de la nación a la que llevan perteneciendo más de 500 años, necesitan también, fruto de su odio irracional a todo lo que representa España, intentar por todos los medios, ‘balcanizarla’ y acabar con el estado más antiguo de Europa.

Además, el separatismo ‘a la española’, tiene otra característica que lo hace singular: sus pretensiones imperialistas; pretende anexionarse otros territorios limítrofes, no usando el poder militar o económico, que es lo habitual, sino manipulando y haciendo creer que lo que se quieren anexar fue siempre parte de un todo.

Tanto Cataluña como el País Vasco pretenden, amen de ser independientes, anexionarse otros territorios argumentado 'derechos históricos' que carecen de veracidad"

En ningún país del mundo se ha tergiversado tanto la historia como en España y siempre lo han hecho los que más se han aprovechado de ella; catalanes y vascos han utilizado el ‘victimismo’ y el ‘España nos roba’ con una desvergüenza obscena, mintiendo de forma canallesca mientras se aprovechaban de los recursos del país, incluida su mano de obra.

Ya en el siglo XIX se produjeron una serie de decisiones políticas de los distintos gobiernos que beneficiaban claramente a Cataluña y a la provincia de Vizcaya. Desde imponer aranceles a los productos textiles, favoreciendo a la industria algodonera catalana en contra -por ejemplo- de la industria del lino gallega o de los paños de Palencia y Béjar, hasta ser la región donde primero se instalaron los adelantos de la incipiente revolución industrial.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Así, el primer ferrocarril de España fue la línea Barcelona-Mataró, en 1848; Galicia no tuvo ferrocarril hasta 1885. La primera empresa de producción y distribución de electricidad, Socidad Española de Electricidad, se instaló en Barcelona en 1881; la primera ciudad española con alumbrado eléctrico fue Gerona, en 1886. No se quedaron atrás los vizcaínos, que ‘arramblaron’ con toda la industria del carbón y del acero gracias al proteccionismo arancelario y la apuesta por el puerto de Bilbao en detrimento del de Santander.

En el siglo XX, el secesionismo catalán y vasco siguen utilizando sus afanes separatistas para llevarse la mayoría de las inversiones importantes. La apuesta del PNV y de ERC por el Frente Popular en la II República sólo fue con la intención de, aprovechándose de la coyuntura, conseguir la independencia, después de haber conseguido ser los grandes beneficiarios de la revolución industrial de primeros de siglo.

Podcast CONTRAPUNTO de Visioncoach

En 1943, Franco establece por Decreto que solo se pueden hacer ferias importantes en Barcelona y Valencia; este monopolio durará 36 años. Las primeras autopistas se construyen en Cataluña. La fábrica SEAT, que inicialmente se iba a instalar en Castellón de la Plana, acaba, por arte de ‘birlibirloque’, en Martorell. Los Juegos Olímpicos de 1992 fueron un proyecto de Estado que pagamos todos los españoles y del que solo se benefició Cataluña.

En 1994, Felipe González, vendió Enagás a una gasera catalana por un precio inferior al 58% de su valor. En la primera década del siglo XXI, todas las capitales catalanas estaban conectadas por AVE mientras otras comunidades, como Extremadura, tenía y todavía tiene trenes tercermundistas.

La primera línea de ferrocarril de España fue Barcelona-Mataró. - Damián Beneyto

El voto de los españoles no vale lo mismo según dónde se vote"

Los modelos de financiación autonómica han contado siempre con la consulta y aprobación previa de catalanes y vascos para ser puestos en funcionamiento y, así, mientras Cataluña, desde 2012, ha ‘arramblado’ con más de 100.000 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómica, FLA, -en ese periodo Extremadura recibió 5.000 millones (un 5% ‘pelao’)- gastados sin ningún control del Estado en ‘embajadas’, propagando secesionista -incluyendo TV3- y suéldazos a políticos corruptos y ‘felones’.

Los vascos siguen con su régimen foral e incumplen sistemáticamente la cuota que deben pagar al Estado. Pero, sin embargo, aumentan sus competencias y controlan fondos europeos mientras se quedan con parte del Patrimonio del Estado como, últimamente, el Cuartel de Loyola.

Como les decía unas líneas más arriba, el secesionismo en España es, además, imperialista y, tanto Cataluña como el País Vasco, pretenden amen de ser independientes, anexionarse otros territorios argumentando ‘derechos históricos’ que carecen de veracidad, los mires por donde los mires, y que son una ofensa a la inteligencia del resto de España.

Así, los vascos pretenden, y de hecho casi han conseguido, anexionarse Navarra y, seguramente después irán por La Rioja y parte de la provincia de Burgos. Los catalanes, empeñados en la existencia de una corona catalano-aragonesa que nunca existió, pretenden llevarse a su ‘república catalana’ a la Comunidad Valenciana, Islas Baleares y parte de Aragón. Se trata, como he dicho, de ‘balcanizar’ España después de haberla ordeñado convenientemente.

Pero si hay algo que ha dado alas al secesionismo ha sido la Ley Electoral en vigor, que beneficia claramente a ciertas Comunidades Autónomas. Hay un tratamiento asimétrico a favor de los partidos nacionalistas y en contra de los partidos de ámbito nacional. El voto de los españoles no vale lo mismo según donde y a quién se vote. Esta Ley, que tuvo su utilidad al principio de la democracia, ha debido ya modificarse para evitar el chantaje continuo del secesionismo y también para favorecer la existencia de gobiernos fuertes que puedan llevar a cabo sus programas electorales sin la amenaza de coaliciones ‘contra natura’ que solo buscan intereses, muchas veces espurios, que atentan contra la democracia y el estado de derecho.

Está claro 'quién roba a quién' y quiénes son los que utilizan sistemáticamente el chantaje para salirse con la suya"

La familia de Jordi Pujol al completo implicada en la corrupción de Cataluña - España nos roba - Damián Beneyto

El último ejemplo de pleitesía hacia el independentismo del gobierno ‘felón’ que tenemos ha sido hacer ‘rendibú’ a las pretensiones del ‘charnego’ secesionista, Sr. Rufián, personaje del ‘vodevil cutre’ de la España profunda, que se ha manifestado de forma chabacana y ácida contra la política fiscal de la Comunidad de Madrid. Acusar a Madrid de ser un ‘paraíso fiscal’ es una ‘gilipolluá’, que diría mi paisano Tip; pero pretender que el gobierno de España ejerza de ‘mamporrero’ de los madrileños saqueando sus bolsillos es de una necedad que asusta.

Detrás de esta pretensión no hay más que querer justificar el deterioro social y económico que sufre Cataluña desde que el independentismo campa por sus respetos mientras otras regiones han mejorado sensiblemente con política económicas que evitan el derroche y favorecen la inversión y la creación de riqueza y empleo.

Creo que está claro quién roba a quién y quiénes son los que utilizan sistemáticamente el chantaje para salirse con la suya. La violencia terrorista de los unos y los golpes de estado y algaradas de los otros, han conseguido que los distintos gobiernos de los últimos años hayan cedido en mayor o menor grado parte de la soberanía del Estado a gobiernos autonómicos, cuyo único anhelo era y es acabar con la unidad de España y, mucho me temo, que el gobierno frente-populista actual se va a llevar la palma de la ignominia y va a convertir España en una ‘república de repúblicas bananeras‘, donde las diferencias entre los territorios se agudicen y comunidades como Extremadura, con el beneplácito del PSOEx, no tengan ningún futuro.

Damián Beneyto

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El alcalde de Castuera | Damián Beneyto

El alcalde de Castuera | Damián Beneyto

El alcalde de Castuera

DAMIÁN BENEYTO

La sentencia en primera instancia condenatoria al alcalde de Castuera ha vuelto a poner en candelero eso de la presunción de inocencia.

En España, país cainita donde los haya, cuando a uno se le acusa de algo y aparece en los medios ya lo tiene claro; mejor que haga las maletas y salga por piernas. El ‘piensa mal y acertarás’ funciona a las mil maravillas; los ciudadanos están dispuestos a creerse cualquier cosa sin ni siquiera esperar a que el acusado pueda defenderse. Los medios de comunicación, con la colaboración inestimable del pueblo más cotilla de Europa, hacen de fiscales, jueces y verdugos de cualquiera que tenga la mala suerte de ser señalado.

En España, país cainita donde los haya, cuando a uno se le acusa de algo y aparece en los medios, ya lo tiene claro; mejor que haga las maletas y salga por piernas"

No quiero decir con esto que muchos de los acusados no acaben siendo culpables, pero también hay muchos otros inocentes a los que se les arruinó su vida y la de sus familias y nunca fueron resarcidos del daño que se les causó. La llamada ‘pena de telediario’ es un acoso y derribo en toda regla a un ciudadano sin que haya detrás una sentencia judicial firme que lo justifique.

La falsa leyenda urbana de que en este país todos los políticos son unos corruptos y que tanto ha calado en el pueblo soberano, nos ha permitido, especialmente en los últimos años, presenciar una caza de brujas al más puro estilo del ‘macartismo’ americano de los años 50 del pasado siglo. Los propios partidos han colaborado en esa persecución judicializando la política a un nivel nunca visto. Se intenta ganar en los tribunales lo que no se puede ganar en las urnas.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

La lentitud de nuestra justicia también contribuye al desamparo del presunto delincuente convirtiéndola, más que en justicia, en injusticia manifiesta.

Sin embargo, no parece haber conciencia de que la corrupción política de un estado es directamente proporcional al nivel ético de los ciudadanos que lo componen. Los políticos no son más que representantes del pueblo soberano del que provienen y tienen los mismos defectos y virtudes que la generalidad. No hay más golfos en la política que en la sociedad en general; lo único que ocurre es que unos tienen más a mano que otros hacer golferías o unas golferías, dependiendo de los autores, se persiguen y airean más que otras.

El dedo acusador utilizado por los medios de comunicación condena a la pena del telediario

La corrupción política de un Estado es directamente proporcional al nivel ético de los ciudadanos que lo componen"

Sin sentencia firme no hay delito; este es un principio jurídico que ya se contemplaba en la Carta Magna que, allá por el siglo XIII, Juan I de Inglaterra otorgó al pueblo inglés.

La corrupción política solo disminuirá en nuestro país cuando haya:

  • Un sistema electoral más justo.
  • Se limite el tiempo de permanencia en cargos políticos remunerados.
  • Se modifique y se adecúe a los tiempo la Ley de Financiación de los Partidos Políticos.
  • Se juzgue y se condene al corrupto con diligencia y se le exija la devolución de lo sustraído.
  • Se respete la presunción de inocencia y el secreto de los sumarios.
  • Los partidos políticos antepongan los intereses de España a los suyos y propongan al electorado, para ostentar cargos públicos, a ciudadanos preparados, con una trayectoria personal y profesional impoluta y vocación de servicio.

Recuerdo a los socialistas que esa 'vara de medir' es para todos los políticos, sean del partido que sean y no solo para sus correligionarios"

Estoy, pues, de acuerdo con el PSOE en que el alcalde de Castuera no deba dimitir mientras no sea condenado en firme; pero recuerdo a los socialistas que esa ‘vara de medir’ es para todos los políticos sean del partido que sean y no solo para sus correligionarios.

Damián Beneyto

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