Rotary y el lujo del agua | Alberto Astorga
Rotary y el lujo del agua | Alberto Astorga
Rotary y el lujo del agua
ALBERTO ASTORGA
Nuestro sistema de vida y nuestro estado de bienestar nos permiten disfrutar de un bien del que disponemos pero no valoramos: contar con agua corriente en nuestras casas con el sencillo gesto de abrir un grifo o presionar el pulsador de una cisterna. Y además, disponer de agua con calidad, limpia, potable, útil para las necesidades de higiene y de consumo humano. Si no lo habían hecho antes, por favor, piénsenlo ahora.
Efectivamente, es todo un lujo. Un lujo del que solo nos hacemos conscientes de su valor cuando falta, cuando una avería obliga a cortar el suministro al vecindario donde vivimos o cuando la sequía obliga a restricciones. Es ahí cuando echamos de menos el lujo del agua.
Pero en el mundo, en ese resto del mundo al que tenemos olvidado pero al que también pertenecemos, no siempre sucede así. Las cifras son escalofriantes: 2.500 millones de personas carecen de acceso a saneamiento por la falta o escasez de agua potable; 748 millones de personas no cuentan con agua salubre para beber; cada día fallecen en nuestro mundo 1.400 niños debido a enfermedades derivadas de la falta de saneamiento y agua salubre; en algunas zonas rurales de África, las mujeres pasan 6 horas al día acarreando agua de una fuente lejana.
En nuestro pequeño planeta, el agua es vida. Conservar su calidad se convierte en una responsabilidad y en un reto para todos; todos podemos hacer algo, por poco que creamos que significan nuestras acciones"
En nuestro pequeño planeta, el agua es vida. Gracias a ella nuestro planeta es azul y se desarrolla la vida. Conservar su calidad se convierte en una responsabilidad y en un reto para todos. Todos podemos hacer algo, por poco que creamos que significa cada una de nuestras acciones. Muchos pocos, hacen un mucho.
Rotary International, centra gran parte de su actividad en mejorar el saneamiento y la higiene mediante acciones concretas que faciliten el acceso al agua y a mejorar y conservar su calidad.
En los distintos proyectos que se desarrollan alrededor del mundo, Rotary impulsa programas de agua, de saneamiento y de higiene, movilizando recursos, forjando alianzas e invirtiendo en infraestructura y capacitación para generar un cambio a largo plazo.
Se trata de proyectos como la construcción de servicios sanitarios que desagüen en una alcantarilla, de organizar anualmente cientos de programas educativos para promover los buenos hábitos de higiene, pues el simple hecho de lavarse las manos con agua y jabón reduce el riesgo de enfermedades. Son también miles los pozos que se han construido y que permiten extraer el agua de los acuíferos subterráneos o bien, instalar sistemas de captación de agua pluvial que pueda usarse para beber o recargar esos acuíferos.
Rotary International centra gran parte de su actividad en mejorar el saneamiento y la higiene mediante acciones concretas que faciliten el acceso al agua y a mejorar y conservar su calidad"
El suministro de agua, el saneamiento y la educación sobre la higiene son necesidades básicas para gozar de un ambiente saludable y una vida productiva. Cuando la gente, tiene acceso a una fuente de agua salubre e instalaciones de saneamiento, disminuyen las enfermedades transmitidas por el agua y los niños permanecen sanos por lo que asisten a clases de manera más regular, y las madres pasan menos tiempo transportando agua y más tiempo ayudando a sus familias.
Según lo cuento, parece que describo escenas ya superadas. Y lo están, pero no en todos los lugares ni afecta a todas las personas. Sin agua, es imposible la vida. Sin agua de calidad, la higiene es deficiente, las enfermedades no desaparecen y la muerte llega.
Dotar o mejorar el abastecimiento de agua a aquellas zonas del planeta cuyas comunidades carecen de suministro digno y abordar su depuración, mejoraría la calidad de vida de aquellos 2.500 millones de personas que citábamos antes. Desde la comodidad que hemos logrado, debemos ayudar a aquellos que tienen dificultades para lograrlo por sí mismos.
Alberto Astorga