Esperpento | Damián Beneyto
Esperpento
DAMIÁN BENEYTO
En «Luces de Bohemia», obra de teatro escrita por D. José María del Valle Inclán, en la escena duodécima, Max Estrella le dice a D. Latino de Híspalis: «Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos da el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada».
La percepción del autor es que la sociedad española mezcla la grandeza con lo grotesco creando personajes bufos y deformes a los que no en pocas ocasiones rinde pleitesía. No es D. José María el primero que atribuye estas cualidades al pueblo soberano. D. Francisco de Quevedo y Villegas y D. Francisco de Goya y Lucientes ya en sus obras ponen de relieve la capacidad de los españoles para crear una sociedad grotesca y convertir los valores en algo ridículo.
Nuestra historia es un ‘toma y daca’, como decía D. José María, entre la grandeza y lo grotesco y mucho me temo que estemos pasando por uno de los momentos más ‘grotescos’ de nuestros más de 500 años de historia común como nación.
Los españoles cuando no tenemos problemas, los buscamos. Es una necesidad casi fisiológica que nos ha conducido en no pocas ocasiones a suicidarnos física y políticamente.
Nuestra historia es un 'toma y daca' entre la grandeza y lo grotesco, y mucho me temo que estemos pasando por uno de los momentos más grotescos de nuestra historia"
Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977. Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.
Nuestra altanería secular y nuestra proverbial incultura nos han conducido una y otra vez a tropezar en los mismos pedruscos ideológicos como ninguna otra nación del mundo ha sido capaz. Somos incapaces, quizás fruto de la necedad y de la envidia, de valorar lo bueno que somos capaces de hacer en nuestros pocos periodos de grandeza y con excusas, muchas veces peregrinas, aniquilamos lo que nos ha dado paz, progreso y bienestar.
La Transición política de la dictadura a la democracia y a la Constitución de 1978, han sido, sin lugar a dudas, uno de los momentos de más grandeza de nuestra historia, que nos ha permitido lograr cuotas de bienestar y democracia nunca alcanzadas. Sin embargo, una parte importante de los españoles quiere acabar con este periodo de bonanza alegando razones tan absurdas como insensatas.
Personajes esperpénticos son elevados a lo altares de la política por un pueblo soberano tan desinformado como necio y que no prevé las consecuencias de sus actos electorales. La credulidad de esa masa amorfa de votantes no tiene parangón como tampoco lo tiene su arrogancia y vanidad para justificar su disparate.
Hemos conseguido que nuestro país esté dirigido por personajes absolutamente grotescos y ridículos, tan incapaces como osados y tan prepotentes como narcisistas"
Estamos pasando por una situación especialmente complicada tanto sanitaria como económica, pero no me cabe la menor duda que, de estar gobernados por personas más capaces, las consecuencias no serían tan graves como las que nos acontecen y, si alguien no lo remedia, nos seguirán aconteciendo.
Hemos conseguido que nuestro país esté dirigido por personajes absolutamente grotescos y ridículos, tan incapaces como osados y tan prepotentes como narcisistas. Toda excusa es buena para aniquilar todo lo que nos ha permitido tener cuarenta años de bonanza. Hasta la pandemia se ha utilizado y se utiliza para ‘soto doce’ recortar derechos individuales y libertades.
Salir de esta situación va a ser muy difícil y garantizar la paz social muy complicado. Si a los españoles no nos da por volver a otro periodo de grandeza las vamos a pasar ‘más putas que en vendimia’, con perdón.
Hay que volver al espíritu de la Transición. Hay que volver a enterrar los odios y rencores que desenterró el incalificable Zapatero y extrañar de la política a tanto ‘pelachuflas’ que, como se está demostrando, solo pretenden destrozar España y llenarse los bolsillos. O ellos o nosotros. Los votantes tenemos la palabra.
Damián Beneyto