Raquel Alonso, Diputada del PP en el Congreso
Raquel Alonso, Diputada en el Congreso
ENTREVISTA DE ALBERTO ASTORGA
La máxima aspiración de un político es llegar al Congreso de los Diputados. Llegas y te conviertes en la diputada más joven de la legislatura. ¿Qué se siente al entrar por primera vez en el hemiciclo?
Estaba muy nerviosa. Solo había visto el Congreso de los Diputados por la televisión y no me terminaba de creer que yo estuviera ahí. Incluso un funcionario del Congreso le preguntó a una compañera si yo era su hija que había venido de visita. Esperaba despertarme de un momento a otro y que que estaba trabajando en el estudio de arquitectura.
Al margen de los nervios, también estaba tremendamente ilusionada y emocionada. Todo era nuevo y tenía y tengo muchas ganas de trabajar por mi país.
En pocos meses asume responsabilidades en la política activa; en la local, asumes una concejalía en Alaejos, tu pueblo, y poco después, en la politica nacional. ¿Qué significa asumir responsabilidades?
Precisamente significa ‘responsabilidad’. Saber que las decisiones que tomo diariamente tienen efecto inmediato sobre las vidas de todos los ciudadanos, hace que piense mucho más en todo.
¿Qué ha significado este cambio en tu vida? ¿qué perspectivas te han cambiado?
Gracias a la política y a ser diputada he conocido a muchas personas, no solo compañeros, sino también ciudadanos que me han hecho partícipe de sus vidas e inquietudes y que, seguramente, nunca hubiera conocido si no estuviera aquí. Este cambio me ha hecho aprender muchísimo y en ámbitos muy diversos. Me está haciendo crecer como persona. Supone un cambio grande en mi vida.
Ahora duermo más noches en un hotel que en mi cama y ya conozco a media plantilla de Renfe, tanto en Chamartín como en Valladolid, porque ando siempre con el tren de un lado a otro. Pero soy feliz haciendo lo que hago, conociendo a las personas y sintiendo que hacemos algo bueno por ellas.
Mis pespectivas, creo que en lo fundamental no han cambiado. Ahora me dedico al servicio público y en el futuro ya veremos dónde estoy; pero sigo manteniendo mi plan de vida, estar con mi familia y disfrutar de Valladolid y de su provincia.
¿Qué es el servicio público? ¿cuál es su utilidad práctica?
El servicio público es servir a las personas, al pueblo. Dedicar tu tiempo a tus vecinos para mejorar su vida. Es tremendamente gratificante que, además de lo que aprendes a diario, cada día es un reto; cada día te enfrentas a algo nuevo, a un problema nuevo, a una necesidad nueva. Sin duda alguna, te mantienes alerta y en activo.
Tras el Congreso Provincial, eres la nueva vicesecretaria de Educación y Acción Social. Ya en el Congreso estas en las comisiones de Infancia y Adolescencia y a la mixta para el Estudio de los Problemas de las Drogas. Como arquitecta de formación y profesión ¿qué quieres construir en esta etapa de tu vida? ¿qué dice eso de ti?
Empecé a conocer los temas sociales gracias a mi compañero Nacho Tremiño, que me solía llevar a actos con entidades sociales de Valladolid. Rápidamente me gustó. Me sorprendió gratamente ver la cantidad de buenas personas que hay a nuestro alrededor y que dedican su vida a los demás y, en especial, a aquellos en situación de vulnerabilidad.
Como arquitecta, siempre me he centrado en temas más técnicos y no tanto en lo humano, pero me alegró profundamente el empezar a involucrarme en estas entidades y con estas personas. Tengo mucho que aprender en el campo de la Educación y Acción Social, pero tengo estupendos compañeros tanto a nivel nacional como provincial, que seguro me van a servir de guía.
Sé que en esta etapa de mi vida estoy construyendo una nueva Raquel. Estoy ‘rediseñándome’ a mí misma, incorporando personas y experiencias que estoy conociendo a diario.
Sé que en esta etapa de mi vida estoy construyéndo una nueva Raquel. Estoy 'rediseñándome' a mi misma, incorporando las personas y las experiencias que me llegan a diario"
Háblanos de tu infancia y adolescencia, también de tu primera formación, ¿qué recuerdos guardas de entonces?
Tanto mi infancia como adolescencia fueron felices. Tampoco nada extraordinario. Considero que tuve una infancia y una adolescencia normales, pero, sin duda, felices.
De pequeña era una niña muy movida e inquieta. Siempre estaba haciendo cosas y siempre de una lado para otro porque si no me quejaba de que me aburría mucho. En mi casa bromean con que yo nací un mes antes de lo debido -soy ochomesina- porque me aburría y salir de ahí.
Como consecuencia de ser tan activa, me apunté a todo tipo de actividades y al deporte. Empecé la carrera musical con siete años en la especialidad de piano y, posteriormente, me aficioné también a la guitarra española. Me encanta pintar y dibujar. Mi madre tiene un montón de carpetas con mis dibujos guardados y, quien sabe, puede que llevara eso de la arquitectura en la sangre, porque también pasaba horas construyendo con los ‘legos’.
Un gran referente en mi vida, desde muy temprana edad, es mi hermano mayor, Carlos. Como nos llevamos siete años, de diferencia, siempre lo he visto como un modelo a seguir y, además, siempre hemos estado muy unidos, aunque él viva ahora en Barcelona y nos veamos menos.
¿Qué valores has recibido? ¿Quiénes fueron las personas que han dejado más huella en ti?
Mis padres me han educado en valores como la generosidad, la bondad y la honradez; pero también en el esfuerzo y en el trabajo. Nada viene regalado y hay que trabajar muy mucho por todo lo que queremos conseguir. Por otra parte, he ido a un colegio religioso y mis padres son católicos. Considero que Dios forma una parte muy importante en mi vida.
¿Recuerdas tus primeros pasos en la política? ¿Cuándo surgió ese interés por participar?
Mi interés por participar activamente en la política surgió en plena ‘época Zapatero’. No me gustaba cómo se estaban haciendo las cosas y pensaba que con quejarse no se solucionaba nada. Así que un día, a mis 16 años recién cumplidos, me planté en la sede del Partido Popular de Valladolid y, con más vergüenza que otra cosa, les dije que quería colaborar con ellos. Estuve dos años participando en Nuevas Generaciones hasta que pude afiliarme oficialmente al partido. Desde entonces siempre he estado vinculada al Partido Popular.
¿Qué valores aportas y qué haces por honrarlos? ¿Qué valores potencia la política?
Aporto y quiero aportar lo me han enseñado desde pequeña: honradez, trabajo y esfuerzo; valores que además considera que son inherentes al Partido Popular y de aquellos que defendemos sus siglas. Me gusta trabajar y valoro tremendamente la capacidad de esfuerzo y trabajo. Quiero pensar que nunca he parado de construir, antes casas y ahora una España aun mejor para todos los que vivimos en este maravilloso país.
Estar en política, creo que te vuelve más humano, conoces muchas realidades distintas que antes te pillaban muy lejos o desconocías totalmente. Tengo que decir que me ha cambiado en ese aspecto y no es que antes no fuera humana, ni mucho menos, pues considero que siempre he tenido una sensibilidad especial con las personas, pero antes me circunscribía a las mismas personas y a las situaciones de siempre. Ahora veo mucho más allá.
¿Qué te gustaría ver más en la sociedad? ¿Cómo puede ayudar la política y qué papel deseas desempeñar?
Más que en la sociedad, me gustaría referirme a la juventud. Me gustaría una juventud que estuviera más implicada políticamente, que no pensasen que todos los políticos somos ‘los mismo con distinto collar’ y que la política ‘les da igual porque no sirve para nada’. Me duele ese desencanto con la clase política y ese pasotismo que se refleja en que, entre los jóvenes, la opción preferente es la abstención. Considero que los políticos, y especialmente los jóvenes, que además somos muchos, tenemos que recuperar la ilusión por y en la política y demostrar que sí servimos para hacer mucho bien. Y, más en particular, la labor del Partido Popular tiene que incidir en los jóvenes, porque todavía se comete el error de asociar juventud con ser de izquierdas.
¿Qué habilidades personales crees que debe tener un buen político?
Considero que la primera y más importante es ser buena persona. Lo demás puede ser secundario, pero esa característica, para mi es imprescindible. La política es un trabajo de servicio absoluto a las demás personas. Todo tu tiempo deja de ser tuyo y se convierte en un tiempo dedicado a los demás, con lo cual, ese altruismo solo puede darse si se es buena persona.
Luego, considero que tiene que tener mucha empatía, ponerse en la piel de los demás ciudadanos y entenderlos es clave para ayudarles. Por último, diría, que tiene que gustarle mucho trabajar, porque en este oficio nunca dejas de trabajar y no es apto para vagos.
La política es un trabajo de servicio absoluto a las demás personas. Tu tiempo deja de ser tuyo para dedicarlo a los demás"
¿Se nace con ellas o se aprenden? ¿Cómo las potencias y las mejoras?
Aquí entraríamos en un debate cuasi-filosófico. ¿El hombre es bueno por naturaleza o se aprende e influencia por su ambiente? Rousseau decía que ‘el hombre es bueno por naturaleza pero que la sociedad lo corrompe’. Mucho se ha debatido sobre este tema y han surgido varias teorías como las de Hobbes o Freud.
Entiendo que el hombre es bueno per se; es capaz de las más grandes acciones de bondad, aunque también de acciones atroces que denominamos inhumanas, por no ser dignas de un ser humano. La sociedad nos puede aportar mucho bien; aprendemos constantemente de nuestro entorno y nos enriquece como personas. Además, estar con otras personas nos hace tener más empatía, cualidad importantísima en un político.
Respecto a la capacidad de trabajo y esfuerzo, considero que eso se va aprendiendo con el tiempo a lo largo de la vida, pero debe potenciarse en los colegios y en las familias.
¿Una frase que te motive?
En la vida y en la política se alternan momentos de éxito y momentos de frustración. Si tuvieras que elegir un momento que te enriqueció, ¿cuál sería? ¿qué aprendiste?
Es cierto que a lo largo de la vida hay momentos buenos y otros no tanto, y la política es un cursillo acelerado de vida; todo es muy intenso o esa es la sensación que yo tengo.
Hay muchos momentos importantes en la vida que te van enriqueciendo como persona. En mi caso, quiero compartir un momento que fue bastante largo. Mi Erasmus en Hamburgo. Me fui a Alemania a estudiar cuarto de Arquitectura con menos de la básico del idioma de Goethe. Confieso que pasé dos meses con dolor de cabeza hasta que ya empecé a entender de qué iba eso. También era la primera vez que salía de mi casa; el WhatsApp tampoco estaba tan extendido como ahora y había días que se hacían muy duros y en los que echaba de menos las croquetas de mi madre. Ese año crecí mucho como persona y también creció mucho la confianza en mi misma, que que podía hacer las cosas sola y que todo iba bien. Sin duda, el Erasmus es una experiencia que recomiendo a todos los estudiantes.
¿A qué se renuncia cuando se entra en política?
Quizás renuncias a un poco de ti, de tu espacio y de tu vida personal y privada para dedicarlo a los que vivimos en España. De repente, tus fotos, tu vida, tu tiempo es público. Pocos sábados y domingos disfruto ya de dormir hasta tarde y de remolonear en el sofá. Pero tengo que admitir que lo hago de buen grado. Me gusta mucho lo que hago y no siento que esté renunciando a nada, sino creciendo.
¿Cómo lleva tu familia, pareja y amigos esta dedicación?
Mi familia, mi pareja y mis amigos me apoyan mucho en todo lo que hago y me ayudan sin parar. Es una suerte, porque es cierto que los veo menos que antes y paso muchos días fuera de casa. Resulta complicado planificar cualquier cosa, aunque sea salir a pasar el ‘finde’ a mi pueblo, Alaejos. Sin embargo, entienden y respetan mis cambios de planes y de horarios y me facilitan la vida en todo lo que pueden. Sin duda, soy un persona afortunada por contar con gente maravillosa a mi lado.
¿Lo que gano? Mucha experiencia vital, mucha gente y muchas situaciones que sé que me voy a llevar en la mochila para toda la vida.
¿Cuál ha sido tu mayor logro personal? ¿Qué significó para ti?
Esta es una pregunta particularmente difícil. Aun no he escrito un libro, ni he tenido un hijo y no sé si por plantar un árbol se podía entender que cuido un pequeño bonsai que tengo en mi habitación. Soy feliz con las cosas que voy consiguiendo poco a poco y con la confianza que muchas personas, como mi presidente del Partido Popular de Valladolid, han depositado en mí. Soy feliz si veo a mi familia y a las personas que me importan felices. Mi logro diario es sentirme querida y apreciada por tantas buenas personas.