Cuando gobierna el clientelismo | Mar Rodríguez
Cuando gobierna el clientelismo | Mar Rodríguez
Cuando gobierna el clientelismo
MAR RODRÍGUEZ
Hace ya mucho tiempo que el partido gobernante dejó de ser lo que sus siglas representan, a no ser que sustituyamos la S de socialista, por la S de sanchista. De la O de obrero, mejor ni hablamos, porque esa sí se cayó por el camino de los chiringuitos y las mariscadas del sindicalismo. De la E de español le queda el hecho de estar registrado como partido en España, que si no, ni eso.
El Partido Sanchista exObrero y exEspañol, ahora en maridaje con el comunismo bolivariano, lo mejorcito de cada casa del independentismo catalán y vasco y hasta herederos de aquellos asesinos en cuya mochila pesan casi novecientos crímenes, es una red clientelar como pocas ha habido en los más de cuarenta años que llevamos de democracia en España. A la vista está que, salvando un par -no más- de honrosas excepciones, las instituciones del Estado están dirigidas por una peligrosísima banda de cuatreros de quienes resulta más que obvio, han entrado en ellas con el único y exclusivo propósito de destruir la democracia que tanto esfuerzo y tanto sacrificio costó a la generación de nuestros padres conseguir
El Partido Sanchista ex-Obrero y ex-Español es una red clientelar como pocas ha habido en los más de cuarenta años que llevamos de democracia en España"
Pedro Sánchez ha convertido el poder ejecutivo en un reparto de cuotas. Ha pagado en ministerios, secretarías generales y puestecitos varios, el altísimo peaje exigido por las cuatro patas que sostienen la mesa de su desmedida y patológica ansia de poder. Y lo peor de todo es que no le importa lo más mínimo.
Lo que nuestro «Narciso» no esperaba era llegar a la presidencia del gobierno y que una crisis sanitaria, como una plaga bíblica, lo golpeara directamente en su talón de Aquiles. Su ausencia total de capacidad de liderazgo y su absoluta incapacidad para gestionar un país, se han puesto en evidencia. Y es que el marketing está muy bien para venderse, pero no sirve para gestionar un país, máxime si te has rodeado de una panda de inútiles integrales.
El ejemplo más gráfico de todo esto lo estamos viendo cada día los ciudadanos que asistimos impotentes a las continuas improvisaciones de los ministerios de Pedro Sánchez. Porque esa cuota llamada Salvador Illa, filósofo de pro, cuya única relación con la medicina es portar su cartilla sanitaria, ha dejado totalmente al descubierto las vergüenzas de la panda de Pancho Villa en que se ha convertido el gobierno de España.
El Ministerio de Sanidad, suele ser un ministerio que, en condiciones normales, no da muchos quebraderos de cabeza ni exige demasiadas comparecencias de su titular. Pero, hete aquí, que a «Sócrates» le ha caído una losa en forma de pandemia sin precedentes que, ni en sus peores pesadillas pudiera haber soñado. Y todo por ser el «regalillo» entregado a Pedro Sánchez por sus socios catalanes. Siempre me he preguntado si no tendrían un médico a mano. ¿Era tan difícil encontrar uno?
Los resultados los tenemos encima de la mesa. Los números cantan por sí solos. Las improvisaciones, también. La cifra de muertos es aterradora (la oficial, de momento), las medidas siempre tardías, las compras defectuosas, la falta de protección de nuestros sanitarios (los más contagiados del mundo). Por eso me pregunto, ¿qué puñetas sabe un filósofo de gestión sanitaria? Pues eso. Absolutamente nada. Ni él, ni ese «Comite de Expertos» del que tanto se habla pero que nadie ha visto ni conoce y que deben ser otras cuantas cuotas a cubrir por el presidente, otros pagos a cambio de su personalísima ambición de estar.
Lo que nuestro 'Narciso' no esperaba era llegar a la presidencia del gobierno y que una crisis sanitaria, como una plaga bíblica, lo golpeara directamente en su talón de Aquiles"
Este cúmulo de despropósitos, el confinamiento de la ciudadanía en un claro abuso sin parangón de un estado de alarma, el control absoluto de la red clientela mediática y el chavismo metido en la cama del presidente, han convertido a España en un estado de auténtico terror del que sospecho no vamos a salir bien parados. Todo sin contar el tríste número de vidas humanas que se han quedado en este corto camino.
Lo único que podemos desear a estas alturas es que quienes han contribuido a este horror rindan cuentas ante la Justicia y que los que queden, o quedemos, podamos verlo.
Mar Rodríguez – @ReinaKhalesi