Política nueva, política vieja | Carmen Heras

Política nueva, política vieja | Carmen Heras

Política nueva, política vieja | Carmen Heras

Política nueva, política vieja

CARMEN HERAS

Ya había reparado en ello, pero estos días, repasando documentación de mi etapa como diputada en el Congreso, he vuelto a darme cuenta. La rueda gira siempre por los mismos caminos y triturando las mismas cosas. Y lo mismo ocurre en cualquier institución o departamento de los existentes.

Entiendo, así, aunque no lo comparta, el grado de ironía y hasta ‘la puntita de cinismo’ con que los más veteranos contemplan las guerras cainitas dentro y fuera de los partidos, y comprendo perfectamente el sutil descreimiento de los cronistas que por profesión deben hacer todos los días un telediario político.

Al reflexionar sobre los discursos actuales me doy cuenta de que suenan demasiado parecidos a los de entonces, porque los argumentarios están elaborados con los mismos guisos y han de tener, a la fuerza, un sabor idéntico"

Estuve en el Congreso de los Diputados en la Legislatura 1996/2000. Fue la etapa del primer gobierno de José María Aznar, después de los catorce años de Felipe González. Todo parecía entonces recién descubierto y nuevo bajo el sol.

Releyendo argumentarios, sesiones de pleno, comisiones y noticias de prensa de aquellas fechas, me doy cuenta de lo poco que ha cambiado todo en lo fundamental.

En toda la documentación hay, sin duda, una defensa de los temas de acuerdo a una ideología, lo mismo en la derecha que en la izquierda, pero, a su vez, se cuelan los ‘latiguillos’, las frases hechas de antemano, el deseo de ridiculizar y anular al adversario, etc., entremezclados con la visualización de las realidades incompletas que existían y aún siguen existiendo. Como ahora.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Aquí, en Extremadura, se batallaba entonces por el arreglo o nueva hechura de las carreteras nacionales, por el tren y por determinadas transferencias que debían llegar, las de Educación. También por la agricultura y las cuotas correspondientes. El mensaje y el método de propagarlo eran los mismos que ahora: unos son ‘los buenos’ y otros son ‘los malos’, unos quieren al pueblo y los otros no.

Ya no estan en ejercicio la mayoría de cargos públicos que aparecen en los papeles de mis archivos. Ahora son otros los actores en el escenario e, incluso el pueblo, la gente cotidiana que va cada día a trabajar o (cuando le toca) a sellar la cartilla del paro, ya no es la misma. Los hijos de entonces han crecido y hasta es posible que hayan ocupado el lugar de sus padres en una especie de escalafón hereditario muy al estilo de las monaquías, aunque durante años los progenitores se hayan declarado republicanos.

Politica nueva, política vieja, por Carmen Heras
Nueva política, vieja política; por Carmen Heras para Visioncoach

Al reflexionar sobre los discursos actuales, me doy cuenta de que suenan demasiado parecidos a los de entonces, porque los argumentos están elaborados con los mismos guisos y han de tener, a la fuerza, un idéntico sabor. De ahí esa sensación de ‘dejà vu’ en la vida pública de hoy, que no se corresponde con algo propio del siglo XXI, bastante distinto en preocupaciones y en recursos materiales.

En la vida política no parece haberse producido ninguna innovación. Se sigue debatiendo sobre la idoneidad de las portavocías; sobre el ‘peso político’ de unos y otros dentro de la organización; si un piropo lanzado a alguien desde fuera puede dar al traste con sus posibilidades de ascender en la estructura, dada la envidia que genera en los otros; quién sucederá a quien ahora preside; quiénes serán sus adláteres, etcétera, etcétera. Ahora, lo único que ha cambiado es el envoltorio, mucho más rutilante y de colores más vivos y llamativos; mucho más difundido y al momento, a través de las redes sociales. Ahí si existen unos grandes profesionales del discurso.

Carmen Heras

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Esperpento | Damián Beneyto

Esperpento | Damián Beneyto

Esperpento | Damián Beneyto

Esperpento

DAMIÁN BENEYTO

En «Luces de Bohemia», obra de teatro escrita por D. José María del Valle Inclán, en la escena duodécima, Max Estrella le dice a D. Latino de Híspalis: «Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos da el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada».

La percepción del autor es que la sociedad española mezcla la grandeza con lo grotesco creando personajes bufos y deformes a los que no en pocas ocasiones rinde pleitesía. No es D. José María el primero que atribuye estas cualidades al pueblo soberano. D. Francisco de Quevedo y Villegas y D. Francisco de Goya y Lucientes ya en sus obras ponen de relieve la capacidad de los españoles para crear una sociedad grotesca y convertir los valores en algo ridículo.

Nuestra historia es un ‘toma y daca’, como decía D. José María, entre la grandeza y lo grotesco y mucho me temo que estemos pasando por uno de los momentos más ‘grotescos’ de nuestros más de 500 años de historia común como nación.

Los españoles cuando no tenemos problemas, los buscamos. Es una necesidad casi fisiológica que nos ha conducido en no pocas ocasiones a suicidarnos física y políticamente.

Nuestra historia es un 'toma y daca' entre la grandeza y lo grotesco, y mucho me temo que estemos pasando por uno de los momentos más grotescos de nuestra historia"

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Nuestra altanería secular y nuestra  proverbial incultura nos han conducido una y otra vez a tropezar en los mismos pedruscos ideológicos como ninguna otra nación del mundo ha sido capaz. Somos incapaces, quizás fruto de la necedad y de la envidia, de valorar lo bueno que somos capaces de hacer en nuestros pocos periodos de grandeza y con excusas, muchas veces peregrinas, aniquilamos lo que nos ha dado paz, progreso y bienestar.

La Transición política de la dictadura a la democracia y a la Constitución de 1978, han sido, sin lugar a dudas, uno de los momentos de más grandeza de nuestra historia, que nos ha permitido lograr cuotas de bienestar y democracia nunca alcanzadas. Sin embargo, una parte importante de los españoles quiere acabar con este periodo de bonanza alegando razones tan absurdas como insensatas.

Personajes esperpénticos son elevados a lo altares de la política por un pueblo soberano tan desinformado como necio y que no prevé las consecuencias de sus actos electorales. La credulidad de esa masa amorfa de votantes no tiene parangón como tampoco lo tiene su arrogancia y vanidad para justificar su disparate.

La politica del esperpento

Hemos conseguido que nuestro país esté dirigido por personajes absolutamente grotescos y ridículos, tan incapaces como osados y tan prepotentes como narcisistas"

Estamos pasando por una situación especialmente complicada tanto sanitaria como económica, pero no me cabe la menor duda que, de estar gobernados por personas más capaces, las consecuencias no serían tan graves como las que nos acontecen y, si alguien no lo remedia, nos seguirán aconteciendo.

Hemos conseguido que nuestro país esté dirigido por personajes absolutamente grotescos y ridículos, tan incapaces como osados y tan prepotentes como narcisistas. Toda excusa es buena para aniquilar todo lo que nos ha permitido tener cuarenta años de bonanza. Hasta la pandemia se ha utilizado y se utiliza para ‘soto doce’ recortar derechos individuales y libertades.

El abrazo del esperpento entre Iglesias y Sánchez

Salir de esta situación va a ser muy difícil y garantizar la paz social muy complicado. Si a los españoles no nos da por volver a otro periodo de grandeza las vamos a pasar ‘más putas que en vendimia’, con perdón.

Hay que volver al espíritu de la Transición. Hay que volver a enterrar los odios y rencores que desenterró el incalificable Zapatero y extrañar de la política a tanto ‘pelachuflas’ que, como se está demostrando, solo pretenden destrozar España y llenarse los bolsillos. O ellos o nosotros. Los votantes tenemos la palabra.

Damián Beneyto

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Pensamiento crítico | Alberto Astorga

Pensamiento crítico | Alberto Astorga

Pensamiento crítico | Alberto Astorga

Pensamiento crítico

 

ALBERTO ASTORGA

El profesor Umberto Eco no se andaba por las ramas y su sinceridad era proverbial. De sobra son conocidas sus opiniones sobre las redes sociales o sobre los medios de comunicación. Entre todas ellas, rescato dos perlas que me parecen características de estas opiniones. La primera apareció en un entrevista publicada en el diario La Stampa en 2015. Decía así:

«Las redes sociales han dado derecho a hablar a legiones de idiotas que hablaban en el bar después de un vaso de vino y sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas».

La siguiente cita se publicó en el diario ABC, también en 2015, y se refería a la promoción que dan los medios de comunicación a toda clase de ‘opinadores’. Decía:

«La televisión ha promovido al tonto del pueblo con respecto al cual el espectador se siente superior. El drama de internet es que ha promocionado al tonto del pueblo al nivel de portavoz de la verdad».

Para escribir y para hablar hay que aprender a pensar. Aunque la Constitución española, al igual que la de cualquier país democrático reconozca y proteja el derecho a expresarse libremente, cualquier cosa no vale. Expresarse libremente es legal, sí, pero todas las opiniones no valen -o no deberían valer- lo mismo.

Aunque se reconozca y proteja el derecho a expresarse libremente, cualquier cosa no vale. Expresarse libremente es legal, sí, pero todas las opiniones no valen, o no deberían valer, lo mismo"

En la tormenta de opiniones e informaciones con las que las redes sociales nos envuelven y abruman -siempre con claro interés por manipular la voluntad de los ciudadanos- debe exigirse, si se quiere ser ecuánime, saber distinguir ‘la paja del grano’, reconocer aquellas opiniones fundadas y razonadas de lo que solo es un ‘hablar por no callar’ que, desgraciadamente es la inmensa mayoría que además lo impregna todo con pegajosa y atrevida vehemencia.

Bien es cierto que Internet nos ha puesto la información al alcance del teclado, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos -incluso aquellos que creen estar bien informados-, carecen de la capacidad de razonar, de elaborar argumentos, fundamentarlos, expresarlos y refutar aquellos otros que carecen de credibilidad.

Una gran parte de ciudadanos carecen de la capacidad de razonar de forma crítica. No parece que basen sus opiniones en razones suficientes, relevantes y aceptables para creer y decir algo. En demasiadas ocasiones nos dejamos llevar por las vísceras, por los prejuicios ya asentados o por el ‘espíritu de la manada’ al que nos debemos por vivir en sociedad y no querer desentonar de la letanía de la comunidad.

Pensamiento crítico por Alberto Astorga

Las cuestiones sobre las que habitualmente hablamos o debatimos, amen de críticas y cotilleos varios, son básicamente tres: sobre si algo es cierto o no, sobre si algo debería ser o no y sobre si algo es mejor o peor, es bueno o es malo. Y para mostrar una opinión solvente no es solo necesario opinar, sino opinar con criterio, con argumentos, con razones y evidencias que las avalen.

Decía ya algunos años el académico, escritor y periodista Arturo Pérez Reverte que «de nada sirven las urnas si quien mete la papeleta en ellas es analfabeto». No le faltaba razón entonces ni le falta ahora. Confieso que también opino con él en que la educación es ahora, más que nunca, «una papilla neutra y desnatada pensada para no ofender a nadie ni disgustar al mediocre». En este contexto, no pueden ‘sembrarse’ ciudadanos con criterio que analicen y razonen lo que se les dice o se les quiere hacer creer.

Podcast CONTRAPUNTO de Visioncoach

Cualquier opinión distinta, cualquier criterio distinto al mensaje y a la educación oficial es ‘políticamente incorrecto’. Solo quien manda ‘recibe la luz de la verdad’ y custodia que se preserve. Las opiniones contrarias son descalificadas, silenciadas por su ‘intrínseca falsedad’ y calificadas como ‘fascistas’, que es una muletilla que sirve para todo, principalmente para terminar un debate en el que no se sabe qué decir.

Y de los ‘barros de la educación llegan los lodos de la ignorancia y del conformismo’. España, según los informes Eurostat, es el cuarto estado de la Unión Europea en el que sus ciudadanos gastan menos en libros; es el quinto en el que dedicamos menos tiempo a la lectura; y el quinto más bajo también en el porcentaje de lectores sobre población total. Dedicamos -no se lo pierdan- solo 8,3 minutos en leer la prensa, siendo la cifra más baja de las últimas décadas. Así -seamos sinceros- ¿cómo podemos mostrar criterio, conocimientos, argumentos y razones que avalen una posición determinada? ¿en qué basamos nuestras opiniones?

Pensamiento crítico, por Alberto Astorga

Para el escritor italiano Edmondo de Amicis, «casa sin libros es casa sin dignidad»; casa en la que se carece de interés por el intelecto, por el saber y conocer, por descubrir otras perspectivas, otros argumentos y otras visiones.

Por su parte, Lorenzo Bernáldez de Quirós, en ‘En defensa del pluralismo liberal’, afirma que los libros «desempeñan un papel esencial en el pensamiento; enseñan a reflexionar, a argumentar, a disertar, a razonar, a juzgar, a examinar y a desarrollar el espíritu crítico del individuo».

Si no hay lectura, se pierde gran parte -sino toda- nuestra capacidad de reflexionar, de generar opciones propias, de ser un ‘actor activo’ en generar ideas y proyectos.

Se trata, no ya de la capacidad de formular hipótesis, ver los asuntos desde distintos puntos de vista alternativos y plantear preguntas y posibles soluciones; ni siquiera se trata de conocer en profundidad de qué se está hablando, no. Se trata de tener una clara disposición de hacerlo -algo que no se observa en nuestra política actual-. Se trata de estar dispuestos a ver situaciones, buscar y dar razones, ser sensible a la información y a la búsqueda de soluciones. Se trata de analizar, dialogar, aportar, contrastar.

Caer en ese ‘analfabetismo’ supone dejarse arrastrar por las nuevas y perversas religiones ideológicas. Olvidar la historia es permitir que la historia nos la reescriban, nos la perviertan, nos la manipulen, nos cuestionen nuestro hoy y nos hagan caer en errores que ya fueron superados.

Generar pensamiento crítico es uno de los retos que debemos afrontar. Y lo debemos hacer desde la educación en valores -en casa-, aunque lamentablemente, la desidia y la comodidad han hecho nicho en nuestra sociedad. No hacerlo es estar abocados a una sociedad donde seremos conducidos por el primer ‘flautista’ que nos seduzca con su melodía. Serenatas con las que nuestra sociedad, nuestra política y nuestro entorno está llegando a cotas de indignidad verdaderamente miserables y despreciables.

Alberto Astorga

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Deportes de élite | Carmen Heras

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Deportes de élite

(unas dosis de deportividad en la política)

CARMEN HERAS

Hay inteligencia en saber construir unas frases perfectas (sujeto, verbo, predicado), tal y como lo hacen los literatos, y en pronunciarlas con una entonación precisa, como oímos a los buenos periodistas de la radio. También en presentar unas conductas de manera coherente, en planificar un discurso creíble, en fijar el foco en unos aspectos de la realidad en vez de en otros, sacándo las mayores posibilidades a los matices.

Pero, para que haya juego, alguien debe estar enfrente devolviendo la pelota hacia la porteria de su contrario; cambiando de sitio en el tablero la pieza clave el ajedrez y la mente puesta ya en el siguiente movimiento del adversario; encestando en la canasta ajena una y más veces y haciendo triples si se tercia; jugando, en definitiva, con unas reglas aceptadas a priori por todas las partes y legitimadas por los árbitros correspondientes. Jugando, sí, pero con deportividad, no solo intentando ganar a cualquier precio.

Solo entonces es posible que se celebre un partido excelente, plausible y digno de atención, con verdadero interés para los aficionados y para los que no lo son tanto, pués, al no disponer los contendientes de buenos conocimientos y de un adecuado sentido de la épica, nadie puede prever desde el principio quién ganará y, sobre todo, nadie podrá hacerlo solo por los defectos del contrario.

Todo el mundo sabe que hoy solamente hay dos fuerzas políticas que pueden ser responsables de la construcción de un gobierno en este país"

Todos tenemos en mente a deportistas de prestigio ganando y perdiendo desde el más absoluto respeto al contrincante a lo largo de su vida deportiva con un señorío natural que no se aprende en un libro.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

¿Se imaginan que las figuras deportivas jugaran solo para que sus seguidores continuaran agasajándolos y vitoreándolos? ¿que establecieran su juego atendiendo únicamente a los hipotéticas preferencias de los censados en la población por ser estos quienes han comprado las entradas? ¿mirando de conseguir que las preferencias de los más radicales en la visión del juego primasen sobre otras cuestiones deportivas para así ser sus favoritos y arrancarles posibles votos de aceptación?

Todo el mundo sabe que hoy, aun existiendo diferentes partidos políticos en el arco parlamentario español, solamente hay dos fuerzas que pueden ser las responsables de la construcción de un gobierno. Una se sitúa en la parte ideológica de la derecha -el PP- y la otra en la de la izquierda -el PSOE-. Luego podrán unirse a opciones diversas en función de estrategias, tácticas y geométricas, pero el quid de la cuestión, la responsabilidad histórica de liderazgo, está siempre en los mismos lugares.

Por eso, los ciudadanos reclaman el juego limpio de todos, pero fundamentalmente de los dos grandes partidos clásicos, con unas horas de servicio contrastadas a lo largo del tiempo.

Pablo Casado y Pedro Sánchez; PP y PSOE, alternativas reales de gobierno;

Uno de los motivos por los que los votantes emiten su voto a favor de una u otra opción es el definido coloquialmente como el del ‘mal menor’ para que gobierne el ‘menos malo’, según su particular interpretación de la situación del tablero de juego en economía, en servicios sociales, en empleo, etc. Incluso lo hacen los más ‘adictos’ con verdadera rabia interior por no tener verdaderas opciones de elegir. Un partido en la oposición debiera estar, desde el principio, marcando un programa alternativo al que critica, con verdadera responsabilidad de estadista, pues, tarde o temprano, volverá al gobierno.

Y porque, además, solamente eso le dará los votos razonados al crear las condiciones propicias para su vuelta. Si solo se limita a criticar, no conseguirá la confianza mayoritaria ni el número de votos necesarios. Ya lo dijo el recientemente fallecido Pere Casaldáliga, «No solo hay que ser creyente, también hay que ser creíble».

Carmen Heras

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El nuevo liderazgo en las organizaciones | Javier Cabanillas

El nuevo liderazgo en las organizaciones | Javier Cabanillas

El nuevo liderazgo en las organizaciones | Javier Cabanillas

El nuevo liderazgo en las organizaciones

JAVIER CABANILLAS

¿Creéis que volveremos a lo que teníamos antes? Por supuesto que no. Nadie hoy en día sabe cuáles serán las reglas que están por llegar. No sabemos cuál será su intensidad ni el tiempo que durará esta etapa de transición que, creo, será prolongada. Lo que sí debemos tener claro es que el peor escenario posible es no hacer nada. ‘La parálisis por el análisis’.

Hablamos de liderazgo y cómo afectará la situación vivida del Covid-19 a las relaciones en los equipos, la comunicación interpersonal, el modelo de liderazgo a utilizar tanto de forma vertical, transversal o de 360º.  En un principio, solo lo que se nos viene son dudas.

Estamos en un momento que nos obliga a tomar decisiones. No es el momento de dudar o de esconderse bajo el paraguas de las instituciones o las estructuras. Es el momento de mantener la calma y sembrar un sano optimismo, porque para mucha gente es un momento de angustia, de incertidumbre, en el que no sabemos cómo será el futuro y quién no sabe qué hacer, tiende a no hacer nada.

Hablamos de liderazgo y sobre cómo afectará la situación del Covid-19 a las relaciones en los equipos, la comunicación interpersonal, el modelo de liderazgo a emplear tanto vertical, transversal o 360º"

La peor consecuencia en situaciones difíciles es la ceguera que invade a los equipos ejecutivos a la hora de tomar decisiones.

El liderazgo hasta ahora utilizado se ha convertido, de la noche a la mañana en ineficiente y se hace necesario darle un giro para renovarlo. El liderazgo basado en principios y valores ha llegado para quedarse y se acentuará con mayor intensidad tras la pandemia.

Javier Cabanillas 10Cajas
10cajas; Javier Cabanillas;
Francisco Javier Cabanillas Duarte es el fundador y Director Gerente de 10 Cajas. Economista, Coach y Trainer de Equipos, cuenta con mas de 25 años de experiencia en el mundo de la venta y de Dirección de equipos comerciales en multinacionales y nacionales. Es también fundador y Director de la Escuela Comercial y Ventas de Extremadura

Para liderar de forma inteligente, debemos hacernos preguntas que sean poderosas, preguntas que nos hagan reflexionar y preguntas que podamos resolver en equipo, para que así, todos tomemos soluciones, nos involucremos y tomemos acción.

Sugiero que, como preguntas inteligentes, nos hagamos las siguientes: ¿Dónde vamos? ¿Cómo vamos? y ¿Qué camino vamos a tomar para llegar?

Acciones para emprender por los líderes en 'contexto Covid-19'

A todos nos ha sorprendido la llegada del Covid-19. Y lo ha hecho por su impetuosidad, rapidez de expansión, desconocimiento de su virulencia y mutación, acciones para controlarlo y, lo pero de todo, es que, con seguridad, tardaremos en salir de ello.

Esto ha hecho que hayamos cambiado la forma de consumo, la forma de relacionarnos, la forma de trabajar, así como la forma de dirigir equipos, pues unos miembros están en la oficina mientras otros se encuentran en reclusión forzosa en sus casas con teletrabajo. Nos ha pillado todo por sorpresa y ha cambiado bruscamente las reglas del juego en el liderazgo de equipos.

Para poder recomponer la forma de actuar, necesitamos saber qué tipo de liderazgo emplear en función de los miembros del equipo que trabajan tanto en casa como en la oficina, de sus personalidades y circunstancias de cada persona. Todo se ha tenido que adaptar en tiempo récord y ha provocado que el directivo tenga que salir de su zona de confort y mirar las cosas con otra perspectiva, pensar de otra forma y actuar como nunca antes había actuado.

Coronavirus y nuevos liderazgos - Javier Cabanillas

Tengamos en cuenta que la responsabilidad de la dirección, y mucho más concretamente del líder, está en el emprender, indicar la visión, las estrategias a implementar y los resultados a obtener. De el líder dependerá transmitir esa tranquilidad al equipo.

En todas las crisis, y esta no es menos, los líderes necesitan un plan orquestado de respuestas a problemas concretos. Necesitan cambiar su forma de pensar y de desarrollar destrezas que le permitan reaccionar de forma inmediata y ágil a los problemas que surjan en ámbitos como los siguientes:

Desde la perspectiva empresarial, el líder debe transmitir confianza en su equipo, creando un nexo interpersonal más fuerte incluso que en momentos y circunstancias normales. Debe preocuparse por la situación personal de los componentes del equipo, de sus familias, sus emociones y sus sentimientos; cuáles son las preocupaciones que más le abruman para poder tranquilizarlos.

Pensemos que lo que mueve a todo ser humano, por regla general, son las emociones, los sentimientos; y el nuevo liderazgo debe enfocarse en conocer las habilidades de las personas del equipo, de cómo piensan, qué les preocupa y qué no les preocupa, de estar más cerca de ellos, de dedicarles tiempo, de realizar feedback, de empatizar y de cultivar una comunicación sincera y cercana. En definitiva, ser más humano. He escuchado muchas veces decir a los directivos que ‘el mayor valor de la empresa es el equipo humano’. Sí, efectivamente. También lo creo y queda bonito, pero en ocasiones no es nada sincero. Se queda en simples palabras y, a la hora de aplicar la frase, desaparece todo ‘humanismo‘.

Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es ¿quién motiva al motivador? El líder debe cuidarse tanto físicamente como emocionalmente, para poder tomar las decisiones de forma coherente y armónica. Si descuidamos esta faceta, veremos nuestro entorno exterior de forma distorsionada.

El puzzle del liderazgo en tiempo de crisis y pandemia - Javier Cabanillas

El nuevo liderazgo debe enfocarse en conocer las habilidades de las personase equipo, de cómo piensan, qué les preocupa y qué no les preocupa"

En relación a la forma de comunicarnos, también se trata de un campo que debemos dominar, si lo que queremos es llegar al fondo de las personas. Albert Mahrabian, tras años de experimentación, encontró que en ciertas ocasiones lo que se comunica tiene una importancia muy baja con respecto a laque vemos y escuchamos. Mehrabian explica que las propias palabras cuentan tan solo un 7%; la voz, el tipo de entonación, la resonancia y proyección llegan al 38%. Sin embargo, el lenguaje corporal, la respiración, la mirada, la expresión del rostro, la postura y los gestos se elevan hasta el 55%.

Por ellos es importante que consideremos el componente emocional de la comunicación, pues aporta los matices y son los que despiertan y provocan las emociones.

Como elementos fundamentales en nuestra comunicación, aparte de las palabras, son la expresión facial, la sonrisa, la mirada, el aspecto físico, la voz, la postura corporal y la forma de vestir, el contacto físico, los gestos de nuestro cuerpo y extremidades y es espacio físico que dejamos a nuestro interlocutor. Seamos conscientes y cuidadosos con todo esto.

Otra clave de éxito es la confianza, el promover el compromiso y la productividad en los individuos. Si es importante en condiciones normales, más importancia tiene en tiempos de crisis. El líder debe dar esa seguridad física y emocional a su equipo, a sus proveedores, a sus colaboradores, a sus clientes, para que, de esa forma, se puedan platear dudas, preguntas, miedos y resolverlos de una forma abierta y transparente que no deje la menor duda para afianzar esa confianza, ese compromiso y esa productividad tanto importantes.

Solucionar los problemas y ofrecer alternativas a las soluciones que se vayan planteando. Las soluciones y las alternativas en momentos de crisis no son las mismas que en circunstancias de normalidad. En momentos de graves dificultades, coló las que hoy vivimos, las soluciones deben ser creativas y deben ser también compartidas con los implicados para así ofrecer esa tranquilidad que tan difícil es mantener, pero necesarios para progresar buscando la colaboración y creando equipos multidisciplinares que apacigüen la tempestad.

Cuanto antes nos pongamos a trabajarlas sugerencias aquí apuntadas como valores y principios básicos, antes encontraremos las nueva normalidad y la estabilidad, al menos mental y emocional que tantas personas están buscando.

Javier Cabanillas

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La necesidad de una verdadera élite

CARMEN HERAS

Amigos, hagamos una radiografía -aproximada, al menos- de la situación.

Año 2008 y siguientes: crisis económica, rebaja de expectativas laborales, empobrecimiento de la clase media, paro, corrupción, reformas laborales. Políticamente se demandan cambios, rejuvenecimiento, movimiento de banquillo, actualización de eslóganes y discursos, reelaboración de principios. Gobiernos de derechas, donde lo llamado ‘liberal’ prima, adhesión a los acuerdos de la Europa económica y a sus ideas de contención del gasto. Se vende la austeridad como ‘virtud’ y las dotes inversoras como ‘manirrotas’.

Se produce un ‘ensimismamiento en sí mismas’ de las mentes más preclaras y una lucha sin cuartel por ascender en la vida de los partidos políticos. Se jubila la mayoría de los pertenecientes al grupo de líderes, sustituyéndolos por personas muy jóvenes, en un ‘vuelco generacional’ que garantice entusiasmo y, al mismo tiempo, la dependencia de un ‘centro de mando’ encabezado por la vieja estructura. Se aplica la máxima de ‘cambiar algo para que todo quede igual’.

Al ascender en política los mediocres sin oficio reconocido o muy mal remunerado, la política se convierte -sin tapujos, en una 'profesión' en la que hay que intentar permanecer"

La ‘medianía’ se hace cargo de las responsabilidades de dirección y gestión del país. Igual ocurre con la vida cultural y educativa, puntos clave para enjuiciar el nivel de progreso de una zona. Justificado todo ello con una premisa falsamente igualitaria de que ‘todos somos iguales’ y, por tanto, todos podemos servir para hacer cualquier trabajo; se tapona la esperanza de calidad bajo eslóganes que defienden que ‘no es tan necesaria’.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Al ascender en política los mediocres sin oficio reconocido o muy mal remunerado, la política se convierte -sin tapujos- en una ‘profesión’ en la que hay que permanecer. La falta de una verdadera personalidad de la mayoría de aquellos, les confiere una fuerte dependencia del jefe de turno y, en ocasiones, conduce a un mero ‘cambalache’ por el que, una parte promete sumision para formar parte del ejército de fieles, mientras que la otra, con voz en las altas esferas, se compromete a proteger a la primera, en una simbiosis perfecta de aprovechamiento y beneficio para ambas partes.

Cuando llega la crisis del Covid, el país está regido por mayorías imperfectas con amplio desprestigio entre la opinión pública; con parlamentos enormes y excesivamente fragmentados; con niveles económicos muy distintos entre la clase politica y el resto; con instituciones añosas y sin posibilidad real de renovación.

No hay empatía y sí una extrema derecha en alza. Y una generación jóven y preparada que busca fuera de nuestras fronteras un trabajo y una vida que aquí no tiene, habida cuenta de que las ‘restricciones’ ocupan los lugares de ‘estímulo’ en cualquier orden de cosas. La apariencia ordena, pues es más fuerte que la realidad, puesto que no hay certezas puras y solo probabilidades.

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Hace falta una élite política suficientemente preparada que se ponga a trabajar en beneficio de país e, incluso, de cada autonomía o municipio"

A mi modo de entender, hace falta una élite política preparada que se ponga a trabajar en beneficio del país e, incluso, de cada autonomía o municipio. Con criterios reflexionados y perspectiva de futuro a medio y largo plazo. Una élite lo suficientemente honrada como para invertir en conocimiento, dejar de formarse a unos y a otros en libertad y actuar en consecuencia.

Fíjense que no hablo de ‘intelectualidad’, aunque esta sea necesaria; ni de ‘abnegación e inocencia’, aunque deban servir de ‘especias’ básicas del guiso; no hablo de ‘técnocratas’, aunque deban ser necesarios en algunas facetas para controlar que el gasto no se dispare; no hablo tampoco de ‘políticos de raza’, aunque qué duda cabe que podrían volver muy sabroso nuestro caldo.

Hablo de una mezcla de todo ello, compuesta de partes con valor en sí mismas -aquí y ahora- que aporten tanto como reciban. Es aquello de Kennedy: ‘pregúntense que pueden hacer ustedes por su país’.

Carmen Heras

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