Tributos y mayores | Carmen Heras

Tributos y mayores | Carmen Heras

Tributos y mayores | Carmen Heras

Tributos y mayores

CARMEN HERAS

Creo que cualquier partido que quiera ganar las próximas elecciones generales, deberá enfrentar en su programa (entre otros) dos asuntos importantes, aunque solo sea porque matemáticamente afectan a un gran número de personas.

El primero es el que se refiere a las cargas impositivas obligatorias para cualquier ciudadano español. Aminorarlas equivale a recaudar menos, pero no hay duda de que si se pregunta a los integrantes de la amplia clase media de este país, dos de cada tres individuos dirán que unos precios tan altos en energía y alimentos, bien merecen una bajada de impuestos añadidos de modo que se ayude a cada familia a contrarrestarlos. Eso, por no hablar de las cargas del pequeño y mediano empresario, aún no recuperado de los estragos económicos derivados de la pandemia.

No se debiera permitir que la experiencia de los mayores se dilapide en la forma en que hoy se viene haciendo"

Es sabido que cualquier partido de los llamados ‘de izquierda’ no acepta, por principio, una bajada general de impuestos. Por el contrario, defiende que las políticas de reparto de la riqueza han de apoyarse en una correcta percepción de tributos y una eficaz persecución de los fraudes fiscales.

Su ideario lo justifica desde el concepto de la solidaridad, entendida ésta como la búsqueda de un equilibrio entre las oportunidades de quienes poseen disponibilidad económica y las de aquellos cuyas rentas no cubren sus necesidades fundamentales.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

En este momento, nuestro estado de bienestar recoge cuestiones varias, consideradas también como derechos, añadidas a los clásicas de educación, sanidad y cuidado de mayores.

Modular lo que cada cuál tiene por nacimiento, para que los de menor renta no se encuentren en situaciones extremas que los lleve a situaciones vergonzantes o delictivas, ha sido el objetivo de quienes creen que una sociedad, por ética o para no sufrir desórdenes sociales, debe buscar un cierto ‘ten con ten’ entre sus diferentes estratos si se quiere que funcione con una cierta equidad, sin esclavismos o subyugación, repudiables en cualquier democracia. Y aunque es obvio que hoy en dia los ricos son cada vez más ricos, también es cierto que incluso las clases más bajas, socialmente hablando, viven mejor que hace cuarenta o cincuenta años y el obrero no se ve como tal.

Tributos y Mayores, por Carmen Heras

El segundo asunto tiene como protagonistas a los mayores de sesenta y cinco años y su sitio actualizado en nuestra época, en la que, afortunadamente, la longevidad es mayor que hace treinta o cuarenta años, y ya no son meras personas ubicables en centros sociales esperando a fallecer. Constituyen un amplio espectro social, que espera seguir teniendo una vida activa con intereses y deseos muy marcados. Tienen disponibilidad económica y muchos una estupenda formación. ¡Ojo, no se asusten! no desean regresar al mercado de trabajo.

La política debe volver los ojos hasta este grupo, no solo por su extensión y capacidad adquisitiva, como ya he dicho, sino también porque no se debiera permitir que la experiencia, acumulada durante años por sus integrantes, se dilapide en la forma en que hoy se viene haciendo.

Hay que frenar el contrasentido que significa que una persona pase de un día para otro, de ser un individuo activo, con el que todo el mundo cuenta, a convertirse en ocioso y olvidado. Para ello se debe cambiar la perspectiva de las políticas sociales; hay algunos proyectos interesantes. Hoy, la socialización programada por los poderes públicos, para los hombres y mujeres mayores de sesenta y cinco años, pasa por apuntarse, con mayor o menor tino, a las actividades ofrecidas específicamente en centros de la tercera edad o realizar viajes con el Inserso.

Carmen Heras

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¿Todos los partidos son iguales? | Carmen Heras

¿Todos los partidos son iguales? | Carmen Heras

¿Todos los partidos son iguales?

CARMEN HERAS

Copiando a Tolstói en ‘Ana Karenina’, yo también creo que las familias felices son todas iguales, pero que las desgraciadas lo son cada una a su manera, tanto más si nos referimos a los partidos políticos, la segunda familia de uno, en opinión de algún político cercano.

Todos, en el origen, parecen tener comportamientos similares. Mirados desde la distancia, los últimos sucesos ocurridos en el Partido Popular son dignos de atención, no sólo por el cambio efectuado en su liderazgo, por el que no hace tanto tiempo apostaron una mayoría de dirigentes y militantes, sino por la rapidez con la que, aparentemente, se ha producido, y por la seguridad de la opinión publicada en favor de ello.

Lo nuevo solo tiene poder de verdad si gobierna sobre algo completamente distinto, si termina completamente con todo lo anterior, se destruye el templo y se voltean los interiores de las personas"

De cuanto hasta la fecha ha pasado, cabe preguntarse por la fuerza y asentamiento de dicho liderazgo, cuál era la seriedad y seguridad en su elección de los que lo apoyaron y sobre el por qué un número grande de opinadores en periódicos y tertulias propina palmetazos en la mano y cabeza de los perdedores, poniendo en primera línea sus desaciertos y dejando en un segundo lugar sus razones.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Al parecer esta sociedad no quiere a los débiles y desde luego no aprecia a los que, enzarzados en una batalla, no la rematan con la total destrucción de sus oponentes. Quizá porque el ansía de poder del ser humano tiene una fuerza ingente no solo en la vida política, también en la empresarial y por supuesto en la periodística.

Como los tiempos van tan rápidos, se nos hace cuesta arriba recordar que no hace tanto de ello todas las organizaciones políticas, al querer renovarse, dieron grandes saltos en el vacío y taparon las fotos clásicas que no le parecían lo suficientemente atractivas cara a sus objetivos.

En mi modesto entender, una verdadera renovación no es tal cuando solamente se produce sobre un cambio de personas y caras, nuevas, por edad simplemente. En vez de una renovación híbrida en la que los hombres y mujeres fueran sustituidos por sus hijos, y algún que otro nieto, entremezclados en sus filas y complementados, se defenestró totalmente a los primeros y se les dio la herencia entera a los segundos, poniéndolos a gobernar sobre las vidas y haciendas de sus mayores, incluso de quienes estaban mejor situados por bagaje humano, formación política y madurez personal.

Renovación en el PSOE

Al tiempo, se crearon nuevos artilugios, equipos, intereses y los antiguos fueron ocultados para evitar declaraciones, enfados, celos malsonantes que dieran al traste con lo nuevo que buscaba asentarse. Aunque no desaparecieron. Unos lograron espacio en el nuevo esquema, otros buscaron un lugar influyente fuera de la política, los más pasaron al ámbito privado.

Mientras tanto, los recién llegados tenían prisa; íntimamente conocedores de su posición real, no se dieron tiempo para digerir y aprender, la competencia interna y externa no se lo permitía. Debían lograr un éxito pronto si no querían ser echados del paraíso. Y como las prisas no son nunca buenas consejeras pronto comenzaron los dislates, los vaivenes, las incongruencias que los medios en esta sociedad tan mediática jalearon sin compasión y hasta la saciedad. Y el desgaste. Comienza, entonces, la cuenta atrás. Porque hay un núcleo de masa crítica enfadada. Y es cuando todo ese grupo interno y externo, que parecía que dormitaban en lo suyo, se levanta y reclama. Y el castillo de naipes se desploma.

Y es que, amigos, lo nuevo solo tiene poder de verdad si gobierna sobre algo completamente distinto, si termina completamente con todo lo anterior, se destruye el templo y se voltean los interiores de las personas haciéndolas creer que el fin de tener los gobiernos justifica los medios destructores de lo que un día fueron y creyeron. ¿Que por qué lo digo? Observen, observen.

Carmen Heras

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Política de banderías | Carmen Heras

Política de banderías | Carmen Heras

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Política de banderías

CARMEN HERAS

Hay desagradables incidentes que hablan por sí solos. Vivimos en un país de banderías, si no estás conmigo estás contra mí. Con los míos a muerte, pero ni agua para los otros. De nada sirve que exista mucha información que puede rastrearse en las redes para contrastar, cada individuo solo cree aquello que quiere y nada de lo que digan ‘los otros’ merece su atención, no vaya a ser que haya algún atisbo de verdad en sus palabras y ello obligue a replantearse certezas y amistades.

El individuo dentro de la tribu, ya sea política, de clase o económica. Así que el terreno está siempre preparado para la polémica, con razón o sin ella, en infinidad de debates inútiles que a nada conducen salvo a la crispación.

Los medios, la mayoría, colaboran. Por su propia razón de ser reavivan lo diferente, lo negativo, hasta extremos insospechados. Tener un solo periódico de cabecera, como guía extrema de lo que ocurre, es una gran equivocación, pues como en otros aspectos de la vida, nada es inocente y que no tenga razones (sus razones) para hacer lo qué hace.

Los periódicos son empresas, las empresas deben ganar dinero y los asalariados de las mismas, en muchas ocasiones, lo son porque ayudan en ese cometido y le dan lectores al periódico. Conviene tener en cuenta todo esto para no crear códices santos que acatar o libros demoniacos para destruir, cuando unos y otros, con ligeros matices, obedecen a las tendencias sociológicas que les mantienen, de las que se nutren y a quienes ofrecen la información.

Siempre ha sido y será así, salvo casos específicos maravillosos que resultan excepciones extrañas, todo agravado ahora porque ya no se vende material impreso como antes. Por eso resulta sorprendente que muchos ciudadanos se peleen y batallen a la luz de la información única de lo que creen como propio. La realidad es poliédrica y las personas ambivalentes, incluso torpes, por lo que a veces la maldad que se les supone es meramente una tremenda escasez intelectual.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Y luego están las estrategias políticas. Algunas son de libro. Escorarse hacia los extremos es una de ellas, radicalizarse en el discurso y venderlo bien, a sabiendas de que el marco conductual está en Europa y en las decisiones de sus órganos máximos, con lo que muchas propuestas nunca llegarán a buen puerto -salvo que se tome las de Villadiego, como hizo Inglaterra con resultados que ya estamos viendo-.

Radicalizarse hacia las orillas da lugar a la aparición de otras fuerzas políticas opuestas para contrarrestar, en el juego de los equilibrios; la negación -porque es el competidor que te pisa los talones e incluso puede sobrepasarte en votos- del contrincante natural, a fuerza de enfocar los dardos y tipificar como enemigo clave al del extremo, agudiza las reacciones de los simpatizantes de este último de modo que crece quitándole votos al moderado.

Conmigo o contra mi

Cada individuo solo cree aquello que quiere y nada de lo que digan 'los otros' merece su atención, no vaya a ser que haya algún atisbo de verdad"

Algo que, aunque en un momento X puede resultar (pues el cercano en votos no gana), crea un temeroso caldo de cultivo para la vida política que viene después. La utilización de señuelos (personas, sucesos, símbolos) ayuda poderosamente a ello, sabiendo que funcionan perfectamente para remover visceralmente a los propios simpatizantes.

Lo peor es que unos sectores retroalimentan y justifican a los otros. Y viceversa. Y España vuelve a dividirse en dos bandos cada vez más necesitados, para dirigir el país, de los partidos minoritarios, que hacen gala de su voracidad buscando conquistas para sus ideas o sus propios territorios. Para frenar esta deriva sería necesaria otra forma de actuar de los partidos clásicos con implantación nacional. Y unos dirigentes con sentido de estado que lo quieran hacer, a sabiendas de que su éxito no será inmediato.

Carmen Heras

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Flores congresuales | Carmen Heras

Flores congresuales | Carmen Heras

Flores congresuales | Carmen Heras

Flores congresuales

CARMEN HERAS

Todos los partidos tienen la costumbre, cada cierto tiempo, de dedicar unos días a reflexionar sobre su propio ideario, intentando actualizarlo al momento presente con sus características y problemáticas.

En estos congresos, además de una nueva dirección renovada, se discute y aprueba la ponencia marco sobre la que luego han de asentarse los programas electorales que se presentan a los ciudadanos. Previamente -al menos en el PSOE-, el texto del borrador ha circulado por las distintas agrupaciones locales de modo que cualquiera de los militantes ha podido, en uso de su libertad de opinión, realizar enmiendas al contenido del mismo. Debatidas y votadas éstas, en las comisiones correspondientes, se produce la aprobación definitiva de aquel en el plenario.

Todo depende del color del cristal con que se mire o del extremo de la mesa en que esté situado"

El trabajo lo hacen los delegados elegidos para el congreso, en uso de la representatividad que le otorgaron los compañeros para representarlos.

Me cuentan que todo el proceso ha cambiado notablemente en el fondo y en la forma y, aunque no puedo detallar los pormenores, porque no he asistido a ninguno de los últimos cónclaves celebrados, lo que sí puedo atestiguar es que de puertas afuera, y según la información publicada por los diarios, no hay nada digno de resaltar en relación al mensaje político, más allá de las generalidades consabidas sobre feminismo, ecología, etc.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Pero de lo que sí se ha hecho eco la información pública es de los nombres de las personas que componen los próximos órganos de dirección. Nombres que a unos pueden parecerles adecuados y a otros no, pues ya es conocido que todo depende -para muchos- del color del cristal con que se mire. O del extremo de la mesa en que se esté situado.

Que sean unos nombres u otros tiene una importancia relativa en estos momentos. La manera de gobernarse las organizaciones hoy, da a sus ‘números uno’ todo el poder orgánico, para bien o para mal. No en vano se requieren liderazgos fuertes -en otro momento hablaremos de lo que hoy se entienden como tales- y éstos se enfundan el cargo, sin ambages.

De las últimas citas socialistas celebradas, tres asuntos me han llamado poderosamente la atención.

El primero, la sumisa reverencia -al menos aparentemente- al líder, de una gran mayoría de elegidos para las Ejecutivas o los Comités y que no se han molestado en disimular. Por el contrario, y como si de una coreografía se tratase, unos detrás de otros han expandido a través de las redes, su agradecimiento al Secretario General por haberse fijado en ellos para formar parte del órgano de decisión.

Juan Espadas y Pedro Sánchez; Flores congresuales, por Carmen Heras

Todos cuánto lo han hecho parecen obviar -quizá no lo aprendieron nunca- que sin la aprobación real y de manera mayoritaria por la asamblea de compromisarios elegidos por las bases y asistentes al Congreso, no formarían parte de esos órganos (ejecutivas y comités) de dirección, por mucho que el jefe directo los eligiera. De ahí que sean directivos porque el Plenario los votó y no por decisión única e irrevocable del líder.

El segundo asunto, también sorprendente para mí, es que los militantes que obtienen un lugar en la dirección del partido no lo hacen necesariamente por méritos políticos reconocibles. En muchos casos, incluso, es al revés, han obtenido, como responsables de un lugar determinado, unos pésimos resultados electorales o mantienen fuertes divisiones en las agrupaciones locales que están bajo su férula. Otros deben ser los motivos, pués.

El tercer asunto, es esa reiteración continua sobre la total unión interna con la que se sale de los congresos, a decir de quienes han estado allí. Pero ¿qué opinan los otros militantes, los que no han ido, los críticos, los marginados… que también existen y pagan sus cuotas? Supongo que nadie les preguntó. En la mente de los oradores no existen.

Carmen Heras

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¡Es la economía, estúpidos! | Carmen Heras

¡Es la economía, estúpidos! | Carmen Heras

¡Es la economía, estúpidos! | Carmen Heras

¡Es la economía, estúpidos!

CARMEN HERAS

El título de este artículo corresponde a la famosa frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la campaña que le llevó en 1992 desde su puesto de gobernador de Arkansas hasta la Presidencia de los EEUU, al vencer a su contrincante republicano, George Bush, padre, que solo presumía de los éxitos de la política exterior estadounidense mientras se olvidaba de los problemas y necesidades cotidianos y perentorios de los ciudadanos.

En España, la anulación por parte del Tribunal Constitucional del impuesto de plusvalía que cobran los ayuntamientos, ha vuelto a poner sobre la mesa dos cuestiones, a mi entender, muy importantes: una, las dificultades económicas por las que pasan casi todos ellos, y dos, que nadie les consulta cuando se toman decisiones que les afectan directamente.

Los alcaldes y concejales no suelen ser manirrotos con las cuentas públicas y, en la mayoría de los casos, lo único que intentan es cumplir con las múltiples exigencias de la ciudad"

Sin entrar a valorar, aquí y ahora, si dicho impuesto debe o no cobrarse (hay razones justificativas de una cosa y de la contraria), este artículo apoya su mirada sobre los ayuntamientos, esos entes a quienes todos dicen querer y proteger, pero que son los parientes pobres de la Administración, a todos los efectos.

En ellos, la economía es fundamental -como en todos los casos, por otra parte-, se vuelve insoslayable en las discusiones políticas, dentro y fuera de la casa, y constituye una piedra de ataque contra el adversario, muy utilizada por los grupos de oposición.

Carmen Heras Pablo
Carmen Heras Pablo es Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Profesora Titular de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Extremadura donde anteriormente dirigió la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado.
Diputada en el Congreso por Cáceres en representación del PSOE en 1996-2000, fue concejala en el Ayuntamiento de Cáceres en 2003-2007 y Alcaldesa entre 2007 y 2011

Sin embargo, todos cuantos conocen la vida municipal saben que, salvo excepciones, los alcaldes y concejales no suelen ser manirrotos con las cuentas públicas y en la mayoría de los casos lo único que intentan es cumplir con las exigencias de las múltiples peticiones que genera la vida de la ciudad. Un sin fin de asuntos que sería muy prolijo detallar y que por costumbre, rapidez u omisión de otras administraciones, deben cubrirse desde las arcas municipales.

Los ayuntamientos llevan mucho tiempo demandando una ley actualizada de administración local y no vivir a expensas de las migajas que caen desde otros lugares. Bien estuvo que en momentos de implantación de las Autonomías, éstas se llevaran todo el protagonismo político, financiero y hasta protocolario, porque había que consolidarlas, pero lo que no puede seguir así, en mi opinión, es la situación actual en lo que respecta al reconocimiento que se debe al papel municipal dentro de todo el entramado político y administrativo.

Ayuntamientos y financiación local, Carmen Heras

Es hora de que los alcaldes y alcaldesas constituyan un frente común más allá de los partidos políticos y de las paredes de la Federación Española de Municipios y Provincias, FEMP"

Una nueva ley moderna y adecuada a la realidad existente está haciendo falta desde hace bastante tiempo. A punto estuvo de conseguirse en la legislatura 2007/2011, cuando la ley estuvo redactada y fueron sus costes económicos los que la retuvieron. Es hora, pués, de que los alcaldes y alcaldesas constituyan un frente común, que más allá de los propios partidos y de las paredes de la Federación Nacional de Municipios y Provincias planteen sus reivindicaciones al Gobierno sobre lo que necesitan los ciudadanos a los que representan.

Nos estamos acostumbrando en cualquier orden de la vida, a que otros piensen por nosotros. Desde lo medios de comunicación que nos dictan los libros que hemos de leer, las películas para visionar, las plataformas a seguir, la moda, los coches y los alimentos que debemos comprar, etc., hasta el gobierno de turno, respaldado más o menos por los diputados, que dictan leyes, se supone que apoyadas en un buen conocimiento jurídico sobre los territorios y quienes los ocupamos. Pues bien, no hay mayores conocedores de nuestros entornos próximos que los responsables y técnicos que trabajan en los y para los municipios. Consúltenles, señores del Gobierno, y verán.

Carmen Heras

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Antipatriotismo cañí | Damián Beneyto

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Antipatriotismo cañí

DAMIÁN BENEYTO

“General es Serrano,

generales Pavía y Ros de Olano;

generales son Prim y Moriones,

Zabala es general y lo es Briones.

¡Tanto abunda hoy un rango tal

que inclusive el malestar es general!

Oyendo hablar a un hombre, fácil es

acertar dónde vio la luz del sol:

si alaba a Inglaterra, será inglés;

si os habla mal de Prusia, es un francés;

y si habla mal de España, es español.

Este es parte de un poema de Joaquín María Bartrina, poeta español del siglo XIX cuyas obras completas se publicaron en Barcelona en 1881. Como se puede leer en los tres últimos versos, también en aquellos tiempos estaba de moda que los españoles pusieran a parir a su país e incluso que estuviera bien visto por una parte de los políticos y de los intelectuales de la época.

Se le atribuye al canciller alemán Otto von Bismarck, aunque es posible que sea apócrifa, una frase que dice: “España es el país más fuerte del mundo, lleva siglos intentando destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido”. Desde luego, apócrifa o no, razón no le falta a esta aseveración.

Desde tiempos inmemoriales los españoles nos hemos caracterizado por ser, en cuanto al patriotismo se refiere, bastante esquizofrénicos y así hemos pasado de ser fervorosos patriotas capaces de las mayores heroicidades por defender España a, como ocurre en estos tiempos, estar dispuestos a llevar a nuestro país a la ruina social y económica e incluso a consentir que se balcanice y se convierta en un Reino -perdón, república- de Taifas.

Miguel de Unamuno, a principios del siglo XX, hablaba de “la crisis del patriotismo español”. Ya entonces, el desapego a España crecía alrededor de la exaltación de un regionalismo insolidario.

Damián Beneyto; Regionalismo extremeños; Asamblea de Extremadura; Visioncoach;

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

“El patriotismo de campanario” donde de lo que se trata es de excluir al vecino de una vida en común. Curiosamente era entonces la burguesía, especialmente la catalana y la vasca, la que abogaba por “un regionalismo retrógrado, proteccionista y mezquino”, aunque no tardó gran parte de la izquierda a unirse a estos postulados. Unamuno ya denunció en aquellos tiempos la deshonestidad de los líderes regionalistas que inventan falsos agravios, falseando la historia. ¿Les suena?

Rafael Narbona, escritor y periodista, en su artículo “Miguel de Unamuno: la crisis del patriotismo español” pone de manifiesto que, aunque todas las naciones tienen algo de lo que arrepentirse a lo largo de su historia, no hay nada insólito en la historia de España, excepto el desprecio que sienten muchos españoles por su país.

La Leyenda Negra no es más que el fruto del rencor por la superioridad que durante siglos tuvo la Corona española fruto de sus grandes creadores y políticos como Cervantes, Lope de Vega, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Antonio de Nebrija, Tomás Luis de Vitoria, Juan de Herrera, el Cardenal Cisneros o Isabel, la Católica, entre otros.

El secesionismo español ha explotado la Leyenda Negra para justificar unas reivindicaciones absurdas basadas en la insolidaridad, el paletismo pueblerino y un enorme complejo de inferioridad.

Vivimos en uno de esos periodos donde lo progre y lo guay es apostatar de nuestra historia para cambiarla por otra que, aunque sea un compendio de falacias, justifique el ‘modus vivendi’ de una sociedad que tiene cada vez menos valores morales. Se juzga nuestra historia a partir de unos principios algunos absolutamente esperpénticos que nada tiene que ver con los existentes en los tiempos en que ocurrieron los hechos que valoramos. Pero lo más absurdo es que en muchas ocasiones se hace desde la ignorancia más supina o desde la manipulación totalmente interesada de los eventos por razones espurias.

Antipatriotismo cañí

Lo progre y lo guay es apostatar de nuestra historia para cambiarla por otra que, aunque sea un compendio de falacias, justifique el 'modus vivendi' de una sociedad que tiene cada vez menos valores morales"

El antipatriotismo ha vuelto a nuestro país de la mano de los secesionistas y de los partidos de izquierda, y precisamente lo ha hecho en unos momentos en que parecía que por fin España se asentaba como una nación prospera y democrática.

Algunos lo justifican al considerarlo como una reacción lógica a la dictadura franquista que exageró la exaltación de los valores de España como nación a lo largo de la historia y las hazañas de los españoles por esos mundos de Dios, pero se equivocan en esa apreciación, pues otros países han pasado por periodos dictatoriales y por terribles guerras y sus habitantes nunca han renegado de su tierra y de su gente, al contrario, les ha servido para sentirse más unidos alrededor de una patria común y a estar orgullosos, con muchos menos motivos que los españoles, de su historia.

Ayer veía un partido de futbol entre el Inter de Milán y la Juventus de Turín, ambos equipos llevaban la bandera de Italia en la camiseta. Mientras, en el partido Barcelona-Real Madrid se tocaba al inicio el ‘himno regional’ catalán como si se tratara de un partido internacional. Italia vivió el fascismo, quedó destruida por dos guerras mundiales y no nació como nación hasta 1861 y, sin embargo, los italianos respetan sus símbolos y están orgullosos de su país. Aquí, en la nación más antigua de Europa, nos dedicamos a inventarnos banderas, himnos y otras zarandajas a cuáles más catetas, burdas o palurdas y nos ciscamos en nuestros símbolos nacionales.

Mientras nuestros vecinos franceses, según se publicaba estos días, aprobaban la obligatoriedad de la bandera y el himno francés en las aulas, en nuestro país se prohíbe utilizar el español en ciertas regiones e incluso se castiga a alumnos por pintar banderas de España.    

Poco se puede esperar de un país que no se respeta a sí mismo, que se avergüenza de su historia, que echa en el olvido a sus antepasados más ilustres por puro sectarismo e ignorancia y que no respeta los símbolos por los que tantos españoles y españolas dieron su vida por defender a su patria.

El antipatriotismo cañí está de moda, alentado por los que históricamente se han aprovechado de los más pobres y humildes a los que desprecian para llenar su propia despensa y por el rojerío gandul y mamandurriero cuyos antepasados gritaban hace 80 años ¡viva Rusia! y ondeaban un trapo tricolor que algún imbécil confundió con los colores de Castilla.

Pues, como dice la jota y con esto termino, “Quién al grito de ¡Viva España! no responde con un ¡Viva!, si es hombre no es español y si es español no es hombre”

Damián Beneyto

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