Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Un PP 'regionalista' en Extremadura

DAMIÁN BENEYTO

Una de las claves de que el actual Presidente del Partido Popular, Sr. Núñez Feijóo, consiguiera cuatro mayorías absolutas en Galicia fue, sin lugar a dudas, su galleguismo. El PP gallego, sin dejar de ser un partido españolista, supo conciliar lo nacional con lo regional. El votante gallego sabe que su PP va a luchar por mejorar sus condiciones de vida y a respetar su idiosincrasia, tanto en Santiago de Compostela como en Madrid. Feijóo, siguiendo los pasos de Fraga, creó un PP regionalista con el que se han identificado una gran mayoría de gallegos.

El futuro de Extremadura pasa por un gobierno de un PP 'regionalista' que, desde la lealtad a España y el respeto a las decisiones de los órganos nacionales del partido, sea dueño de su destino."

En Extremadura el PP, a pesar de los esfuerzos de José A. Monago pactando con Extremadura Unida para darle ese toque autóctono, no consiguió que los extremeños lo tomaran como algo suyo.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Para la mayoría, incluso para sus propios afiliados, el PP extremeño es solo una sucursal con muy poca capacidad de decisión y que, en demasiadas ocasiones ha sacrificado los intereses de Extremadura por su sumisión a Génova. Eso sí, en el PSOE extremeño ocurre lo mismo en dirección Ferraz y así nos va.

Extremadura, como he escrito más de una vez, es una comunidad que lleva muchos siglos resignada a ser el furgón de cola de España. Tierra de caciques durante siglos donde ni siquiera vivían en la región a la que explotaban, ahora es tierra de políticos mamandurrieros y acomodados, de funcionarios –algunos sin funciones- y de subsidiados y subvencionados.

Los partidos regionalistas -y sé de lo que hablo- siempre se han ido al traste, no han cuajado y, cuando tuvieron ocasión de hacerlo, los egos de unos, los complejos de otros y la falta de altura de miras de muchos los llevaron al ostracismo. Hoy solo son alguna foto nostálgica, algunas siglas rimbombantes y algún recuerdo de lo que pudo ser y no fue.

Dentro de poco, espero, tendremos el Congreso Regional del Partido Popular y todo parece indicar que el PP extremeño volverá a ser ‘más de lo mismo’, una sucursal de Génova manejada en Extremadura por profesionales de la mamandurria que desde sus cargos orgánicos, algunos impuestos por la anterior dirección nacional, han convencido al nuevo Comité Nacional que hay que poner como cabeza de cartel a una señora que, con todos mis respetos, no está en absoluto preparada para dar la batalla al PSOEx de D. Guillermo, quien tiene más concha que un galápago.

Todo parece indicar que el PP extremeño volverá a ser una sucursal de Génova manejada por profesionales de la mamandurria"

Fernando Pizarro y María Guardiola

La opción de Fernando Pizarro, alcalde de Plasencia, con curiosamente cuatro mayorías absolutas, parece que no conviene. No conviene, quizás porque algunos de los que llevan decenios ‘viviendo de esto’ sin haber ganado nunca nada pueden poner en peligro su ‘estatus’; no conviene, quizás porque es mucho más cómodo estar en la oposición donde se cobra lo mismo y se está menos expuesto a la crítica de los medios y de la opinión pública; no conviene, quizás porque ser placentino molesta a algunas sensibilidades tan sectarias como pueblerinas; no conviene, quizás porque Fernando Pizarro puede ganar las elecciones autonómicas y poner en evidencia a más de uno; no conviene, quizás porque Fernando Pizarro representa a los que aún creemos en las posibilidades de esta bendita tierra.

El próximo Congreso Regional del Partido Popular de Extremadura puede ser ‘a la búlgara’, con una sola candidatura ‘oficialista’ que tranquilizará, no me cabe duda, a muchas conciencias, o un duelo a dos entre la Sra. Guardiola y D. Fernando Pizarro. Para que se produzca lo segundo, el alcalde placentino deberá ‘desobedecer’ las ‘indicaciones’ de Génova. Esto tiene el riesgo de que, si pierde, su carrera política puede verse gravemente afectada. La partidocracia tiene esas cosas. Yo apuesto por que se presente y gane, pero su situación es complicada.

El Sr. Núñez Feijóo, que seguramente nunca leerá esto, debería saber que Extremadura es algo más que encinas y cigüeñas y que, como él ha hecho en Galicia, el futuro de esta tierra pasa por el gobierno de un PP ‘regionalista’ que, desde la lealtad a España y el  respeto a las decisiones de los órganos nacionales del partido, sea dueño de su destino y eso solo será posible si encabeza la candidatura al Comité Regional D. Fernando Pizarro.

Pienso presentarme para ser compromisario y si lo soy, no votaré a la Sra. Guardiola aunque se presente ella sola, y no por ella, a la que la tengo un gran respeto, si no por lo que llevará detrás, cuya única aspiración será seguir ‘viviendo del PP’.

Damián Beneyto

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El oro de Moscú | Damián Beneyto

El oro de Moscú

DAMIÁN BENEYTO

La llegada a mis manos del libro de Mariano Ansó, ‘Yo fui ministro de Negrín’, aunque publicado hace ya algún tiempo, ha despertado en mí un cierto interés por lo que para algunos ha sido el mayor robo ocurrido en España en toda su existencia y para otros tan solo una transacción comercial en un momento muy particular de nuestra historia.

Como no soy un experto en historiografía no pretendo en esta parrafada aportar nada nuevo sobre el tema, pero sí, basándome en algunos testigos de los hechos, como el propio Ansó e Indalecio Prieto, y en algunos historiadores contrastados, como Burnett Bolloten, Stanley G. Payne, Ricardo de la Cierva y Ángel Viñas, contar algunas cosas curiosas sobre tan controvertido tema.

La historia del llamado 'oro de Moscú' es para algunos el mayor expolio ocurrido en España."

El 25 de octubre de 1936 salían de Cartagena con dirección al puerto de Odesa cuatro cargueros soviéticos de nombres Neva, Kine, Volgores y Kuban. En sus bodegas se amontonaban 7.800 cajas de madera que contenían 460 toneladas de oro en barras y en monedas, algunas de incalculable valor numismático, con un valor de casi 1.600 millones de dólares -al peso- de los de 1936. Al precio del oro de 1987 serían unos 7,6 billones de dólares. Era algo más del 70% de las reservas almacenadas en el Banco de España, reservas que eran las terceras del mundo en aquellos momentos.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Unos días antes, el 13 de septiembre, Manuel Azaña, presidente de la República, firmó un decreto por el que, a petición del gobierno presidido por Francisco Largo Caballero, autorizaba al ministro de Hacienda, Juan Negrín, al traslado del oro, plata y billetes del Banco de España ‘al lugar que se estime más seguro’. Este documento, cuya foto adjunto, lo reproduce en su libro el ministro Ansó.

Que el gobierno de la República sacara dinero de España no era novedoso. Ya en 1931, según Indalecio Prieto, se había realizado un depósito de parte de nuestras reservas en un banco de Mont de Marsan para responder de un supuesto préstamo del Banco de Francia al de España, depósito que sería rescatado por Francisco Franco y devuelto al Banco de España al finalizar la contienda.

Otra cosa curiosa que cuenta Indalecio Prieto, que como saben fue secretario general del PSOE y ministro en varios gobiernos de la República, es que la cantidad de cajas que se sacaron del Banco de España llenas de oro en barras y en monedas, plata y joyas no fueron 7.800, sino 13.000, pesando 851 toneladas y media, descontando el embalaje. Una parte del resto fue en dirección a Marsella y la otra parte a Barcelona, antes y después del envío a Odesa respectivamente.

Ante estos hechos que por los textos consultados parecen irrebatibles y solo difieren en el número total de cajas, cabe preguntarse por qué cuando ni habían pasado dos meses desde el comienzo de la guerra civil y los nacionales solo eran dueños de una tercera parte del territorio aproximadamente, había tanta urgencia en sacar las reservas del Banco de España y ponerlas casi todas fuera de España. A lo mejor Largo Caballero y su gobierno habían dado ya la guerra por perdida. De no ser así y, aunque el ejército nacional estuviera cerca de Madrid, que no era el caso, lo lógico es que se hubiera llevado a otros lugares de España, como Barcelona o Valencia.

Documentos sobre el oro de Moscú, Damián Beneyto

Manuel Azaña autorizó al gobierno presidido por Francisco Largo Caballero a trasladar el oro, plata y billetes depositados en el Bando de España 'al lugar que se estime más seguro'"

También llama la atención las discrepancias que hay sobre este asunto entre los protagonistas. Mientras que para algunos los artífices de la decisión de mandar el oro a Moscú fueron Largo Caballero y Negrín, que ni siquiera comunicaron con antelación al presidente de la República, Manuel Azaña, el destino, para otros, como el que fue ministro de Justicia, Sr. Ansó, ‘Negrín no pudo ser ni fue el artífice del envío a Rusia del oro español. Fue a lo sumo un cooperante de menor importancia del Lenin español (Largo Caballero) y sus consejeros áulicos, a la cabeza de los cuales figuraban Luis Araquistain (embajador de España en París) con su cuñado, Álvarez del Vayo (ministro de Presidencia), eterno epígono del comunismo internacional, y otros más o menos encubiertos’.

Parece pues que la paternidad de sacar el oro del Banco de España y llevarlo a Moscú fue del PSOE (como reivindica Indalecio Prieto) que contaba con cinco ministros en aquel Gobierno, además de su presidente, Largo Caballero. Sin embargo según cuenta Bolloten -el autor más documentado de los historiadores extranjeros que escribieron sobre nuestra Guerra Civil- también los anarquistas de la CNT-FAI estuvieron detrás de las reservas patrias. Un tal Diego Abad de Santillán, destacado dirigente de la FAI, Federación Anarquista Ibérica, preparó los planes para asaltar las bóvedas del Banco de España y trasladar a Barcelona, que era el bastión del anarquismo español, al menos parte del oro, aunque no llegaron a llevarlos a cabo.

La saca del oro y su traslado a Cartagena también tiene su aquel y cuenta el ínclito Indalecio Prieto en el 2º tomo de sus ‘Convulsiones de España’, que los comunistas, con el fin de apuntarse el tanto de cara a la Unión Soviética, se inventaron una especie de ‘Rififi’ a la española, dónde el protagonista fue nada más y nada menos que Valentín González, ‘el Campesino’, que en su autobiografía –‘que seguro que no ha escrito y que acaso ni siquiera haya leído’, según Prieto- dice que: Por encargo de José Díaz, secretario general del PCE, debía custodiar el oro del Banco de España entre Madrid y Cartagena. Así pues sacamos el oro de los subterráneos en 7.800 cajas y lo cargamos en 35 camiones en menos de una hora’.

Según Indalecio Prieto, lo que ‘el Campesino’ dice haber realizado con su gente en menos de una hora, costo veintitantos días de trabajo y no se trasladaron 7.800 cajas sino 13.000 que, en ese número de camiones, hubiera sido imposible cargar. Y concluye diciendo: El Campesino no intervino en nada, el oro y la plata se llevaron a Cartagena por ferrocarril y no por carretera, en trenes especiales que salieron casi a diario durante un mes custodiados por carabineros y muchachos socialistas de la Motorizada’.

Si hay un aspecto de esta historia que deja bastante claro que la idea de mandar el oro a Moscú no fue una buena idea es el interés que tienen casi todos los protagonistas, a posteriori, en negar su participación en esa decisión. Ya hemos leído cómo el Sr. Ansó disculpa a su amigo el Negrín, pero también Manuel Azaña e Indalecio Prieto pretenden salir por la gatera, y niegan ser responsables de la decisión, no de sacar el oro de Madrid, pero sí de enviárselo a Stalin.

¿Por qué cuando no habían pasado ni dos meses desde el comienzo de alzamiento militar había tanta prisa en trasladar los depósitos del Banco de España fuera de nuestras fronteras? ¿Se daba ya la guerra por perdida?"

La guerra civil en España, por Damián Beneyto

El presidente de la República dice que se enteró a toro pasado, lo que confirma Prieto, y que se pilló un rebote importante estando a punto de dimitir. Sin embargo, Álvarez del Vayo dice que, aunque la decisión la tomaron Largo Caballero y Negrín, fueron informados tanto Azaña como el resto del gobierno. Por cierto que el artículo II del decreto arriba reproducido dice que esta decisión sería ‘en su día presentada a las Cortes’, cosa que nunca sucedió.

Lo de Indalecio Prieto es más rocambolesco. El orondo ministro de Marina y Aire jura y perjura que él no tuvo nada que ver en el envío y dice que estaba en Cartagena el 25 de octubre por casualidad y allí se encontró, sin comerlo ni beberlo, con el pastel. También niega (pg. 124 y siguientes del tomo II de ‘Convulsiones de España’) que, como afirma Álvarez del Vayo –al que pone a bajar de un burro- diera la orden de que una escuadrilla de destructores dieran escolta a los barcos soviéticos antes mencionados y así lo corrobora Vicente Ramírez de Togores -en carta enviada a Prieto-, que mandaba la flotilla de destructores de la República en ese momento y que niega taxativamente que se escoltaran los barcos rusos. Sin embargo, Mariano Ansó sugiere que la carta fue escrita para hacerle un favor a Prieto.

Siguiendo con los acontecimientos, y según Bolloten, Largo Caballero había pedido al gobierno ruso que aceptara las reservas del oro en depósito. La respuesta positiva a esta petición llegó el 17 de octubre y el día 20 del mismo mes, Alexander Orlov, jefe de la NKVD (después KGB) recibió el siguiente telegrama de Stalin: ‘Junto con el embajador Rosenberg, organice con el jefe del gobierno español, Caballero, el envió de las reservas del oro de España a la Unión Soviética. Esta operación debe llevarse a cabo en el más absoluto secreto. Si los españoles le exigen un recibo, niéguese. Repito, niéguese a firmar nada y diga que el Banco del Estado preparará un recibo formal en Moscú’.

Aunque Amaro del Rosal, presidente de la Federación de Banca de UGT, dijo que era normal que se negaran a firmar un recibo por cuestiones del seguro y del secretismo de la operación hasta su recepción en Moscú, hay que decir que desde el momento en que se cargó en los buques soviéticos el oro ya estaba en suelo ruso para bien o para mal sin que el gobierno de España tuviera ningún justificante que lo refrendara.

El recibo se extendió por fin el 5 de febrero de 1937 con las firmas del embajador español, Marcelino Pascua, el comisario del Pueblo para las Finanzas, G.F. Grinko, y el comisario del Pueblo suplente para Asuntos Exteriores, N.N. Krestinskiy. (Se adjunta la pg. 8 del documento con las tres firmas publicado en el libro citado de Mariano Ansó, que curiosamente está escrito en francés sin que se sepa la razón de ello).

Recibo expedido del depósito del oro en Moscú por Damián Beneyto

Si los españoles le exigen un recibo, niéguese. Repito, niéguese a firmar nada y diga que el Banco del Estado preparará un recibo formal en Moscú"

La apertura de las cajas y el pesaje y conteo de sus contenidos se hicieron en presencia de los siguientes representantes españoles: Arturo Candela, Abelardo Padín, José González (sic) y José Velasco.

Según coinciden los historiadores consultados, la mayoría del oro no estaba en barras sino en monedas, algunas de gran valor numismático. Sin embargo, según el gobierno ruso, solo se retiraron las monedas defectuosas o con poco oro y el resto se fundieron en lingotes. Algo que, excepto Ángel Viñas (rojelio de pro al que solo le ha quedado acusar a Franco de matar a Manolete), ponen todos en duda. Había monedas de todo el mundo algunas muy antiguas y de un gran valor numismático muy superior al oro que contenían y los rusos lo sabían, así que es poco probable que las fundieran. Lo normal es que apartaran las monedas más valiosas y las vendieran poco a poco en el mercado internacional sin dar cuentas al gobierno español de ello.

Cuenta el periodista americano Herbert Matthews que Negrín descubrió varios meses después que no sólo estaban los rusos fundiendo las monedas sino que además cobraban una pasta gansa por hacerlo. Según dice protestó por ello, pero no hay pruebas de que lo hiciera, ni de que informara al resto del gobierno de esta circunstancia.

Algo que tampoco queda muy claro es el por qué los cuatro españoles que participaron en la valoración del oro tuvieron prohibido durante dos años abandonar la Unión Soviética y que dos de sus homónimos rusos fueran fusilados. También fueron fusilados el 15 de marzo de 1938 los dos dirigentes soviéticos que firmaron el acta que sirvió de recibo, Grinko y Krestinskiy.

¿QUÉ PASO CON EL ORO?

El cómo se controló y se gastó el oro también es una pieza controvertida de esta historia y como se puede apreciar por los testimonios de unos y otros no queda la cosa muy clara.

Según Mariano Ansó, jurista y ministro de Justicia de Negrín, los distintos gobiernos españoles ordenaron a la URSS la compra de dólares sobre la base del precio del dólar y el oro en el mercado de Londres y con cargo al oro depositado. Estás ordenes se produjeron de forma escalonada entre el 3 de marzo de 1937 y el 28 de abril de 1938, firmadas por el Presidente del gobierno y el Ministro de Hacienda, aunque en el caso de Negrín solo era necesaria su firma al ostentar ambos cargos. En cuanto a si se agotó el depósito en 1938 -como dice Viñas para intentar disculpar a Negrín-, Ansó dice que no se puede saber, puesto que depende de las valoraciones del oro vendido y de los dólares comprados y que solo la URSS puede presentar las cuentas por dichos conceptos.

Según Indalecio Prieto, la cantidad de cajas que se sacaron del Banco de España llenas de oro en barras, en monedas, plata y joyas no fueron 7.800, sino 13.000, pesando 851 toneladas y media, descontando el embalaje"

Indalecio Prieto habla de ‘colosal desfalco’ y dice que ‘el Kremlin quería quedarse con tan preciadísima mercancía’. Lo justifica por el secuestro antes mencionado de los bancarios españoles durante dos años y la purga de los funcionarios soviéticos que participaron en la recepción y valoración del tesoro español.

También menciona Indalecio Prieto cómo los comunistas franceses se convirtieron en cajeros de Estado Español a través del Banque Commerciale de l´Europe du Nord en Paris, filial del Banco del Estado soviético aportando los siguientes datos:

Traslado del oro desde el el banco de España a Moscú, por Damián Beneytp
  • El Partido Comunista Francés, PCF, administró para compras de material de guerra, 2.500 millones de francos entregados por Negrín, sin que la administración de esta importante cantidad fuera controlada por ningún funcionario español.
  • La propaganda del PCF se costeaba con dinero del Estado Español.
  • El diario comunista Ce Soir se sostenía con los fondos suministrados por Negrín.
  • Los 12 barcos, todos de la compañía naviera France Navigation, propiedad del PCF, se compraron con dinero de España y nunca se devolvieron ni los barcos ni el dinero.

Bolloten hace también unas apreciaciones sobre el tema que nos ocupa que merecen ser expuestas. Aunque Ángel Viñas llega a la conclusión que las reservas de oro estaban agotadas un año antes del final de la guerra, queda un interrogante.

  • ¿También se agotaron las ingentes cantidades de divisas generadas por la venta del oro al Banco del Estado soviético y transferidas a su filial francesa donde eran acreditadas en las cuentas del Ministerio de Hacienda?
  • ¿Por qué las operaciones del banco comunista francés estaban envueltas en un secreto absoluto y nunca se han publicado los estados de cuentas del Ministerio de Hacienda titular de la cuenta, ni tampoco se han encontrado los documentos pertinentes del propio ministerio? 

En 1957 el diario Pravda informaba, meses después de la muerte de Negrín, que no sólo se había agotado el depósito de oro, sino que el Estado Español aún debía, del crédito de 85 millones solicitado al Estado soviético, 50 millones. Por supuesto en las estimaciones soviéticas no se tiene en cuenta, como dice Bolloten, el valor de las monedas antiguas y raras, las cantidades desconocidas de divisas extranjeras que el Tesoro español tenía en el banco soviético de Paris, el envío a la URSS de materias primas y productos manufacturados desde España, los barcos mercantes vendidos por España a Rusia que nunca se cobraron y otras ‘menudencias’.

CONCLUSIONES

De todo lo expuesto y leído sobre este asunto creo que aún hay varias zonas oscuras en esta historia que quizás nunca se iluminen. Algunos de los protagonistas mienten, todos no pueden tener razón, aunque unos y otros busquen tenerla, aduciendo testimonios no contrastados y conversaciones no probadas.

Podemos entender que la cercanía de las tropas nacionales a Madrid aconsejara sacar las reservas del Banco de España, pero lo que parece excesivo es que recién comenzada la guerra -septiembre 1936- y cuando el gobierno del Frente Popular era dueño de las tres cuartas partes del territorio, las más ricas por cierto, se tuvieran que sacar las reservas de España como si la guerra estuviera perdida.

Salida del Oro de Moscú desde Cartagena, Damián Beneyto

Por orden del gobierno de la República, el 25 de octubre de 1936 salían de Cartagena con dirección a Odesa cuatro cargueros soviéticos llevando en sus bodegas toneladas de oro y monedas de las reservas del Banco de España"

En mi opinión, el acuerdo del Gobierno, cuya acta de adjunta, no era sacar fuera de España las reservas sino alejarlas del frente. Como dice Prieto, se podían haber llevado a Valencia o Barcelona, pero al no concretarse en el acta (‘al lugar que se estime más seguro’) dio patente de corso a Largo Caballero y Negrín para hacer de su capa un sayo.

Parece estar claro, a pesar de lo que dice Ansó, que los que tomaron la decisión de mandar el oro a Moscú fueron el presidente del Consejo de Ministros y su ministro de Hacienda, señores Largo Caballero y Negrín, con la complicidad manifiesta del ministro de Estado, Álvarez del Vayo, y de Luis Araquistain, embajador en Paris, y que no se informó ni al resto del gobierno ni al presidente de la República.

La participación de Indalecio Prieto en este asunto fue mayor de la que él declara. Según el historiador Bolloten, cuesta creer que Prieto no supiera nada de este asunto hasta que llegó a Cartagena y tanto el jefe de la NKVD, Orlov, como Álvarez del Vayo dicen que fue el entonces ministro de Marina el que ordenó que algunos destructores custodiaran el convoy hasta Túnez. Aunque quizás sea cierto que él inicialmente no conocía el plan. No parece admitir duda que a Manuel Azaña le hicieron la envolvente entre Caballero y Negrín y podría ser cierto que se enteró por Prieto, a toro pasado, con el consiguiente cabreo.

En cuanto a que solo la URSS ofrecía garantías para la custodia del oro, como aseveró el embajador Araquistain finalizada la contienda, tampoco se sostiene, pues especialmente Francia, a pesar de su política de no intervención, donde gobernaba el Frente Popular podría haber sido un sitio seguro y más fácil de controlar. También Suiza, con tradición en estos menesteres, o incluso Méjico el país que más apoyó a la República y que fue el destino, después de la guerra civil, del dinero y joyas que el gobierno de la República incautó (robó) a la población civil que apoyó el Alzamiento y que fue transportado a Veracruz en el yate Vita, propiedad de un nacionalista vasco, por orden de Negrín.

Como dice Prieto y corroboran Bolloten, Payne y De la Cierva, la URSS estafó al gobierno español y cometió un desfalco en toda regla. Nadie controló a qué precio se vendía el oro para comprar dólares ni que pasó con las miles de monedas de altísimo valor numismático ni los pagos hechos a través de la sucursal francesa del Banco del Estado soviético.

El Banco de España en 1936

No es de extrañar que Orlov y el embajador soviético, Rosenberg, se asombraran cuando se enteraron de que el gobierno español confiaba a Stalin las reservas del Banco de España. Según Bolloten, Stalin celebró la llegada del oro con un banquete en el que dijo: ‘Los españoles no verán su oro nunca más, como tampoco ven sus orejas’, expresión que tomó de un proverbio ruso.

Pero hay algo más grave que hasta nuestro historiador rojelio de cabecera, Ángel Viñas, reconoce, y es que la República perdió una baza de negociación al enviar el grueso de las reservas a Moscú y favoreció la creciente influencia del comunismo soviético en ciertos dirigentes de la República que llevó a una ‘sovietización’ de la política del Frente Popular.

Solo queda saber si la acción del gobierno de la República de mandar el oro a Rusia fue legal o ilegal. Tampoco hay acuerdo en esto, pero de lo que no hay duda es que la Ley de Ordenación Bancaria vigente en aquel momento impedía la enajenación de las reservas de oro que formaban parte del patrimonio nacional, de igual modo que el territorio de la nación.

Este seguirá siendo un tema controvertido aunque, visto lo visto, no cabe duda que el comunismo, con la complicidad de algunos socialistas de tronío, expolió a España.

Damián Beneyto

NOTA. A pesar de que Indalecio Prieto tilda de ‘broma macabra’ e incluso sugiere que la firma de Juan Negrín fue falsificada, el 18 de diciembre de 1956, según Mariano Ansó, Rómulo Negrín, haciendo cumplir las últimas voluntades de su padre, entregó en el Consulado de España en París todos los documentos que obraban en poder de su padre relativos al depósito del oro español existente en las cajas del Banco de España en Madrid y que fue entregado en depósito en el Comisariado del Pueblo de Hacienda de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.

Fuentes

  • Anso, Mariano. Yo fui ministro de Negrín. Editorial Planeta. Barcelona, 1976.
  • Bolloten, Burnett. La Guerra Civil Española: Revolución y Contrarrevolución. Alianza Editorial, 1997.
  • De la Cierva, Ricardo. Historia esencial de la Guerra Civil Española. Editorial Fénix. 1996.
  • Payne, Stanley G. La Guerra Civil Española. Ediciones Rialp. Madrid, 2014.
  • Prieto, Indalecio. Convulsiones de España, Tomo II. Ediciones Oasis. Méjico, 1967.
  • Viñas, Ángel. El oro de Moscú: alfa y omega de un mito franquista. Ediciones Grijalbo. Barcelona, 1979.

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Siempre pensé que el sucesor de Rajoy debería haber sido el Sr. Feijóo y, estoy casi seguro, que si no dio el paso adelante fue por el guirigai que había en el partido después de la esperpéntica moción de censura.

Las primarias a tres bandas dejaron tocado a más de uno. El triunfo del Sr. Casado fue una forma de que muchos militantes expresaran su cabreo contra los manejos de Dña. Soraya, pero también, sabiendo que el partido iba hacia abajo, que algunos dirigentes pusieran su sillón a buen recaudo arrimándose al presumible caballo ganador. Es lo que tiene la partidocracia.

España necesita un partido de derechas fuerte, sin complejos y con propuestas claras"

El periodo ‘casadista’ ha tenido luces y sombras, pero sobre todo ha tenido mucha incertidumbre. La búsqueda del centrismo conduce casi siempre al desbarajuste ideológico y crea mucha confusión en el votante y un votante confundido acaba cambiando el voto y si no que se lo pregunten a Ciudadanos.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Los partidos de centro, también llamados eufemísticamente ‘moderados’, acaban muriendo, al menos en España, por inanición. Así le paso al Partido Radical en la II República, a la UCD y al CDS en la Transición y últimamente a Ciudadanos. Las medias tintas no atraen a una clientela fiel y suelen ser flor de un día.

El Sr. Casado, como otros dirigentes de la derecha patria, ha pecado, en mi opinión, de tener ‘complejo de ideología’, es decir, de no aceptar que se es de derechas y que serlo no es ninguna inmoralidad, aunque en este país, según ‘sesudos’ parlanchines de la izquierda profunda, todo lo que no sea la siniestra, es fascismo.

Pablo es un buen orador de memoria portentosa pero en política los hechos muchas veces son más determinantes, para bien o para mal, que las palabras y, sobre todo, tienen más transcendencia. Se equivocó en Madrid, supongo que mal aconsejado, cuando lo que tenía que haber hecho era aprender de la Sra. Ayuso, pero los celos son malos consejeros y los malos consejeros (valga la redundancia) te pueden llevar, como ha ocurrido, al abismo.

El Sr. Feijóo ha llegado en olor de multitud, insisto debió suceder a Rajoy, su experiencia como gestor y como ‘conseguidor’ de mayorías absolutas no admite comparación. Lo tiene todo para ser el próximo presidente del Gobierno si no abjura de su condición de líder de un partido de derechas y no se dedica a buscar ese centro que ha dejado tantos cadáveres en la política patria.

Alberto Nuñez Feijóo

El Sr. Feijóo tiene el apoyo mayoritario de su partido y ahora debe conseguir el apoyo mayoritario de los españoles. Un gran reto para un gran político"

España necesita un partido de derechas fuerte, sin complejos y con propuestas claras. Sin el tremendismo de VOX que añora tiempos pasados, pero con firmeza en asuntos tan importantes como la unidad de España, una justicia, una educación y una sanidad igual para todos los españoles, respeto para las víctimas del terrorismo y un plan económico para que todas las comunidades converjan y desaparezcan las desigualdades cada vez mayores entre ricas y pobres. Esto lo entienden todos los españoles.

La partidocracia también puede mermar las posibilidades del Sr. Feijóo de llegar a la Moncloa. Rodearse de buenos colaboradores es fundamental. Hay que dar alternativa a los que, aunque con menos experiencia ejecutiva en el partido, puedan aportar nuevos aires y generar ilusión en el votante. La política debe ser algo accidental en la vida de una persona -ya sé que eso es pedir peras al olmo-, pero no es bueno que un partido tenga siempre en candelero a los mismos perros con distintos collares que van saltando de cargo en cargo y viviendo toda su vida laboral de la mamandurria pública. No se trata de echar a nadie, pero sí de que algunos den un paso atrás por el bien del partido y de España.

En estos momentos, donde quizás nuestro país tiene el peor gobierno posible que nos va a llevar a la quiebra social y económica, el PP tiene que dar la talla y poner toda la carne en el asador para gobernar en 2023. El Sr. Feijóo tiene el apoyo mayoritario de su partido y ahora debe conseguir el apoyo mayoritario de los españoles. Un reto para un gran político. ¡Suerte maestro!

Damián Beneyto

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Los sindicatos | Damián Beneyto

Los sindicatos

DAMIÁN BENEYTO

El sindicalismo en España siempre se ha caracterizado por su politización, su sectarismo y por su incoherencia. La aparición de los sindicatos ‘de clase’ a finales del siglo XIX (UGT) y principios del XX (CNT), que deberían haber sido fundamentales para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, pronto se convirtieron en organizaciones revolucionarias de extrema izquierda al servicio del socialismo marxista y del anarquismo ‘bakuniano’. Ambos sindicatos fueron fundamentales, especialmente la UGT, brazo armado del PSOE,  para crear en la España de la primera mitad del siglo XX un clima de inestabilidad social y de violencia que, además de arruinar el país, lo puso en el disparadero de la guerra civil.

En las últimas décadas, los casos de corrupción tanto en UGT como en CCOO han sido numerosísimos y cientos de millones de euros se han quedado entre las uñas de los capos sindicales"

Ya en 1917, tanto UGT como CNT, fueron protagonistas de la revolución que se produjo contra el estado liberal y que algunos historiadores señalan como el inicio de los acontecimientos que se producirían en 1936.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Los anarcosindicalistas cenetistas optaron por el terrorismo para conseguir sus objetivos, para ellos el uso de la violencia era una forma de ‘lucha de clases’. Para la UGT, que tenía al PSOE como brazo político, lo que imperaba era el determinismo marxista, para ellos, como muy bien dice el historiador Roberto Villa, “La revolución implicaba la toma insurreccional del ‘Estado burgués’ y el establecimiento de una ‘dictadura del proletariado’”.

La deriva del sindicalismo patrio hasta el final de nuestra guerra civil fue el de convertirse en un brazo armado contra la democracia y contra la misma República. Sus pretensiones, como hemos visto, eran convertir a España en una dictadura marxista-leninista al más puro estilo de la recién creada URSS.

Por supuesto, las mejoras laborales de los trabajadores quedaban en un segundo plano, no interesaba la paz social, lo importante era crear el clima adecuado para que se produjera la añorada revolución. Cuanto más pobres y descontentos hubiera, mucho mejor, ese era el caldo de cultivo para la bolchevización. ¿No les suena esta estrategia?

En 1934 los sindicatos ‘de clase’ vuelven a las andadas y son el brazo armado de los partidos políticos que dan un golpe de estado contra la República. Esta asonada, que fracasó estrepitosamente, dejó más de 1.500 muertos y a la II República española herida de muerte. Aquí comenzó realmente la guerra civil y no precisamente por culpa de militares golpistas.

Durante estos años el sindicalismo consiguió pingües beneficios crematísticos, especialmente en lo que a inmuebles se refiere. Las llamadas eufemísticamente ‘Casas del Pueblo’, casi siempre situadas en los centros de las poblaciones, proliferaron como setas en un otoño lluvioso y cálido; como curiosidad diré que la primera abierta en España fue en 1900 en el municipio pacense de Montijo. A partir de 1976, estos inmuebles, convenientemente reformados a costa del erario público, fueron devueltos a las organizaciones sindicales.

Durante la guerra civil los sindicatos se caracterizaron por su beligerancia tanto en el frente como en la retaguardia. Tanto la UGT como la CNT ejercieron, entre otras organizaciones y partidos políticos, de matones de la población civil, acusada de facciosa así como de asesinos de miles de sacerdotes, religiosos y religiosas cometiendo un auténtico genocidio.

Los sindicalistas, por Damián Beneyto

Las mejoras laborales de los trabajadores quedaron en segunda plano, no interesaba la paz social; lo importante era crear el clima para que se produjera la tan añorada revolución"

En 1960 se creaba un nuevo sindicato bajo los auspicios del PCE,  se trataba de CCOO que rápidamente se introdujo en las grandes empresas, especialmente en la minería asturiana y leonesa y, todo hay que decirlo, fue el único que tuvo presencia durante el tardo- franquismo. Su líder Marcelino Camacho le dio a este sindicato un aire de honorabilidad a pesar de que, como buen comunista, tenía de demócrata lo que yo de astronauta.

Con la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución de 1978 que garantizaba el derecho a sindicarse de los trabajadores en su artículo 28, se puso nuevamente de moda el sindicalismo ‘de clase’ y también los sindicatos llamados ‘amarillos’, denominados así por los que creen ser los únicos legitimados para defender los derechos de los trabajadores. Como he dicho anteriormente, a la UGT especialmente y a la CNT, prácticamente testimonial en esos días y ahora desaparecido, se les devolvió su ‘patrimonio’ inmobiliario y a los comunistas de CCOO se le adjudicaron inmuebles que pertenecieron al sindicato vertical del régimen anterior. Además, vía Presupuestos Generales del Estado, se financiaron sus actividades ya que la afiliación de los trabajadores era y es bastante pobre y las cuotas apenas sí sirven para comprar papel higiénico y poco más.

Y es en ese momento cuando comenzó el chollo del sindicalismo patrio. A la pasta gansa que reciben del gobierno de turno por realizar una serie de actividades, que en muchas ocasiones son, como se ha demostrado, un puro fraude, hay que unir a los famosos liberados sindicales, personajes que, excepto raras y honrosas excepciones, se dedican a vivir de la sopa boba durante gran parte de su vida laboral y que son los únicos a los que cuando hay una huelga no se les descuenta parte de su nómina.

Sería injusto no reconocer que gracias a algunas acciones sindicales han mejorado las condiciones laborales de los trabajadores especialmente en los primeros años de la Transición, pero en las últimas décadas los casos de corrupción tanto en UGT como en CCOO han sido numerosísimos y cientos de millones de euros se han quedado entre las uñas de los capos sindicales, siendo ya de dominio público las famosas ‘mariscadas’ de las que disfrutaron y disfrutan a costa del dinero de los trabajadores. El último caso conocido es el de UGT Madrid, donde más de 3 millones de euros de dinero público han ‘desaparecido’ por arte de birlibirloque. Créanme que hacer un listado de las golferías de UGT y CCOO sería cargante por excesivamente  prolífico.

Marcelino Camacho dio a su sindicato, CCOO, un aire de honorabilidad, a pesar de que de demócrata tenía lo que yo de astronauta"

Marcelino Camacho y el sindicalismo español; Damián Beneyto

La desafección de la mayoría de la población hacia el sindicalismo va en aumento, así lo refleja una editorial del diario ‘El Mundo’: “Cada vez más los sindicatos son percibidos como grupos sectarizados y anacrónicos al servicio de intereses de parte y de sus propias cúpulas”. Los datos de afiliación son los más bajos de los últimos 30 años y en algunos sectores como la función pública apenas si llega al 5% de los trabajadores.   

El sectarismo de los sindicatos ‘de clase’ es absolutamente obsceno, se deben a su partido matriz y, exceptuando alguna que otra escaramuza, consienten a cambio de indecentes subvenciones que los gobiernos de izquierda campeen por sus respetos. Impuestos desorbitados que gravan productos de primera necesidad son disculpados por estas camarillas de ‘comedores de marisco’ mientras los ciudadanos las pasan canutas para pagar la luz, el gas, la gasolina y, como consecuencia, alimentos básicos y otros artículos de primera necesidad. Todo vale si lo hacen los compadres mientras el dinero llene las arcas de estas organizaciones ‘cuasi mafiosas’.

Eso sí, cuando gobierna la derecha la cosa cambia y ¡de qué manera! Ya lo hicieron en la extinta II República y lo hacen ahora. Las huelgas solo se hacen contra los gobiernos de derechas, al fin y al cabo, están convencidos, que son patrimonio de la izquierda y los únicos legitimados para convocarlas. Si son convocadas por los propios trabajadores hartos de tragar o por la patronal que no puede mantener las empresas, entonces, ¡oh milagro!, es que detrás está la extrema derecha furibunda. Los cientos de miles de agricultores y ganaderos que se manifestaron el otro día en Madrid eran todos unos fascistas de tomo y lomo y los camioneros que pierden dinero en cada porte gracias a impuestos brutales aplicados a los hidrocarburos son la encarnación de Mussolini.

No cabe duda que el sindicalismo patrio necesita de una restructuración en profundidad. Los ciudadanos no podemos seguir manteniendo a una pandilla de crápulas que con el dinero de todos se pegan la vida padre y que solo actúan cuando les interesa políticamente y no cuando el pueblo soberano les necesita. El sindicalismo en nuestro país es anacrónico y tienen las mismas hechuras que en los años 30 del siglo pasado.

Por cierto, y aquí termino, ¿alguien sabe lo que cobran los secretarios generales de UGT y CCOO? Es uno de los secretos mejor guardados.

Damián Beneyto

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Camarada Putin

DAMIÁN BENEYTO

La madre Rusia, como era llamada con veneración por aquellos pobres campesinos de la época zarista, vuelve a las andadas esta vez de manos de un iluminado, cruzado entre el sifilítico Iván IV, ‘El Terrible’ y el genocida Stalin.

Tanto la Rusia zarista como la comunista siempre tuvieron un afán desmedido por acaparar territorios. El primero que utilizó el título de Zar fue un tal Iván IV, al que apodaron ‘El Terrible’ -empezaba la cosa bien- allá por el 1500 y pico, que ya apuntaba maneras imperialistas, y años después, zares como Pedro I o Catalina II ambos apodados ‘El/La Grande’, se anexionaron territorios declarando la guerra a suecos, turcos, polacos y demás vecinos, mientras ucranianos y bielorrusos pasaban de ser vasallos de Polonia a serlo de una Rusia cada vez más heterogénea con etnias de todos los colores.

A principio del siglo XX el imperio ruso de los zares se convirtió por arte y parte del comunismo en la Unión de Repúblicas Socialitas Soviéticas, URSS, Unión Soviética para abreviar, que era lo mismo pero en rojelio. La figura del Zar fue remplazada por un Camarada Secretario General.

A los pobres campesinos y demás curritos les empezaron a llamar proletarios, que era más políticamente correcto, aunque pasaran la misma hambre o más que en el régimen anterior y sufrieran una opresión y una falta de libertades de toma pan y moja.

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Si la mayoría de los zares ya se caracterizaron por ser bastante despóticos y algunos francamente crueles con sus pobres siervos, no se imaginaban los pobres ‘mujiks’ la que se les venía encima con el comunismo. Después de una guerra civil que duró más de 5 años (1917-22) y que se llevó por delante a más de 9 millones de personas, el comunismo puso sus proletarias posaderas en la antigua Rusia imperial, se anexionó a todos los vecinos aprovechando cualquier excusa y comenzó con uno de los regímenes más terribles de la historia de la humanidad.

El primer Camarada Secretario General fue el siniestro Vladimir Ilich Ulianov, alias ‘Lenin’, al que se trata de blanquear a pesar de ser un auténtico genocida. Ahí van algunos ejemplos de sus hazañas:

  • Más de un millón de personas asesinadas por motivos políticos o religiosos.
  • Entre 300.000 y 500.000 cosacos asesinados.
  • Cientos de miles de trabajadores y campesinos asesinados por hacer huelgas.
  • 240.000 muertos en la represión de la rebelión de Tambov.
  • Más de 50.000 prisioneros de guerra blancos ejecutados.
  • Entre 3,9 millones y 7,75 millones de muertos por hambrunas entre rusos, kazajos y tártaros.

El que sustituyó a este ‘padrecito’ criminal fue su discípulo Iósif (en ruso) Stalin que no inventó nada en cuanto a la represión se refiere, pero eso sí, superó a su maestro, aunque parezca difícil, en brutalidad, sadismo, iniquidad y truculencia. A partir de 1930 comenzó lo que se llamó Gran Purga. Entre 1930 y 1937 más de 11 millones de personas murieron de hambre debido a los planes quinquenales, siendo los ucranianos –curioso, verdad-, a pesar de ser unos grandes productores de alimentos, los que se llevaron la peor parte falleciendo por inanición más de 8 millones, mientras otros centenares de miles eran deportados a Siberia. Fue tal la desesperación de aquella pobre gente que cayó en el canibalismo para poder subsistir.

El investigador Robert Conquest cifra en entre 11 y 15 millones los muertos por la hambruna y la represión política. El escritor ruso Vadim Erlikman calcula que hubo 1,5 millones de ejecuciones, 5 millones de víctimas de los gulags y 1 millón de prisioneros de guerra asesinados en los campos a los que hay que añadir los millones, casi todos ucranianos, que murieron de hambre durante el mandato del quizás mayor asesino de la humanidad.

Rusia ataca a Ucrania

Estos rusos y aquellos soviéticos siempre han estado con el dedo en el gatillo para que los países limítrofes les olieran los pedo y, en cuando alguno sacaba el ambientador, tenía los tanques rusos a la puerta de su casa"

La muerte de Stalin no acabó con la represión en la Unión Soviética y hasta 1987 el hambre, el frio, las palizas y las balas acabaron con muchos hombres, mujeres y niños. Los muertos por el régimen soviético (1917-1987) varían según los historiadores entre los 50 y los 80 millones de personas (*).

Esto, que no se estudia en los colegios, aunque sí el holocausto nazi, tiene mucho que ver en que, en pleno siglo XXI, haya personajes como el camarada Putin. Este matón de discoteca proviene de la KGB. La KGB fue, sin lugar a dudas, la policía política más cruel del mundo y en ese cuerpo se hizo un ‘hombrecito’ nuestro camarada. Nada más llegar al gobierno puso en marcha la segunda guerra chechena para desempalagar y siguió con una política de anexión de las repúblicas que se habían escindido de la antigua Unión Soviética. Georgia y Crimea ya saben como las gasta este tipejo y ahora le ha tocado el turno a Ucrania.

El camarada Putin es un comunista de la nueva ola que, como otros, ha utilizado el sistema democrático para llegar al poder y luego ‘si te he visto no me acuerdo’. No tiene escrúpulos en cargarse a cualquiera que le plante cara utilizando desde el atentado callejero –la periodista Ana Polikóvskaya– a sofisticados venenos -el ex oficial de la KGB y escritor Aleksandr LitvinenkoEs un bravucón y un matasietes, acostumbrado a conseguir sus propósitos utilizando la violencia.

La invasión de Ucrania, que aun no sabemos cómo va a acabar, no es nuevo en el historial imperialista de la URSS, siempre han estado con el dedo en el gatillo para que los países limítrofes les olieran los pedos y, en cuanto alguno sacaba el ambientador, tenía los tanques rusos a la puerta de su casa en menos que dice una mentira el tal Sánchez.
Alemania del Este en 1953, Hungría en 1956, Checoslovaquia en 1968 son solos algunos ejemplos de cómo las gasta el comunismo soviético.

Como les decía, no sabemos hasta donde va a llegar este malandrín, pero si sus intenciones son volver a unificar la antigua URSS lo tenemos claro. Algunos de esos países como las Repúblicas Bálticas pertenecen a la OTAN y, si son invadidas, ya no hay excusa para que EEUU y Europa sigan catalépticas. El armamento nuclear ahí está y en cantidades abundantes. Los chinos, a la expectativa y mirando a Taiwán. Irak y sus adláteres fundamentalistas islámicos frotándose las manos. El mundo es una caldera que puede explotar en cualquier momento.

El camarada Putin es un sociópata comunista al que hay que parar los pies como sea, y ya se sabe: “Muerto el perro, se acabó la rabia”, ahí lo dejo…
.

Damián Beneyto

(*) Zbigniew Brzezinski ya había establecido los muertos del régimen soviético en 50 millones, en su obra ‘El gran fracaso: nacimiento y muerte del comunismo en el siglo XX’Robert Conquest, cuyos trabajos sobre la Unión Soviética le convirtieron en una autoridad, estimó 40 millones de víctimas, sin contar a los fallecidos en la Segunda Guerra Mundial. En 1987, Rudolph Rummel, de la Universidad de Hawai, dijo que la URSS había matado a 61,9 millones de personas entre 1917 y 1987. Mientras que el historiador ruso y premio Nobel de Literatura, Aleksandr Solzhenitsyn, en el segundo volumen de su ‘Archipiélago Gulag’, de 1973, cifró el número de víctimas de la represión en 88 millones. (Datos de ABC)

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Los nuevos Chiripitifláuticos | Damián Beneyto

Los nuevos Chiripitifláuticos | Damián Beneyto

Los nuevos Chiripitifláuticos | Damián Beneyto

Los nuevos Chiripitifláuticos

DAMIÁN BENEYTO

Los que ya tenemos una edad recordamos aquel programa infantil -cuando había programas infantiles- donde Locomotoro, Valentina, el Tío Aquiles y el Capitán Tan hacían las delicias de los niños del tardofranquismo. Estos simpáticos personajes eran niños grandes, disparatados y algo esperpénticos.

En sus historias no había esas cosas que hay ahora y que hacen que los ‘censores de las buenas costumbres’ estén ojo avizor o al menos yo no lo recuerdo. Nadie hablaba entonces de sexismo, ni de xenofobia, ni de animalismo, ni de…; era sólo, nada más y nada menos, que un programa infantil que solo pretendía entretener a unos niños que, aunque algunos no se lo crean, éramos razonablemente felices.

Estos nuevos chiripitifláuticos, por arte de birlibirloque, se han convertido en dirigentes políticos, han escalado a la cima del poder y lo peor es que están para quedarse. ¿Dónde van a vivir mejor?"

Damián Beneyto

Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977.  Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.

Hecho este preámbulo les diré que, como muchos otros personajes, hasta los Chiripitifláuticos han evolucionado, se han hecho mayores y han perdido su encanto de niños grandes para convertirse en adefesios. No es que mis cuatro amigos de la infancia se hayan transformado, es que se ha usurpado su personalidad y han sido sustituidos en la España del siglo XXI por otros niños grandes que, en lugar de entretener con sus ocurrencias y disparates, se empeñan en hacer la vida imposible a unos ciudadanos que, desgraciadamente, creen que vivir en un puro esperpento les va a solucionar su modus vivendi.

Los nuevos chiripitifláuticos siguen saliendo en la tele, pero ya no entretienen ahora cabrean, provocan, aburren y generan rivalidades innecesarias que provocan enfrentamiento hasta en el seno de las familias. Estos personajes, por arte de birlibirloque, se han convertido en dirigentes políticos, han escalado a la cima del poder y lo peor es que están para quedarse. Porque ¿dónde van a vivir mejor?

Están todos cortados por el mismo patrón, observen:

  • Todos nacieron durante la Transición en familias razonablemente acomodadas.
  • Todos pasaron por la universidad, excepto raras y “lastrosas” excepciones, pero la universidad no pasó por ellos.
  • Casi ninguno ha pegado un palo al agua en su vida salvo la dedicación en alma vida y corazón  a un partido político.
  • Están acostumbrados a llevarse por delante a quién haga falta con tal de conseguir sus objetivos que no son otros, que el poder y el dinero, y no necesariamente en ese orden.
  • Están convencidos de ser imprescindibles, su mesianismo resulta, en algunos casos, patético.
  • Han hecho del eufemismo un arte para evitar, en lo posible, llamar a las cosas por su nombre.
  • La mentira es consustancial a su concepto de la ética.
  • No se besan porque no se alcanzan. Su narcisismo es conmovedor y se sienten por encima del bien y del mal.
  • Su nivel cultural es más bien exiguo y a poco que se rasque se notan las carencias.
  • El fin justifica los medios, este es el eslogan que adorna el frontispicio de estos personajes.
Almejas locas más que botellines;
Mas tontos que botellines;

Así es nuestra clase política dirigente, niñata con más humo que fuego, con ínfulas de “prima donna” y acostumbrada a hacer su santísima voluntad por mucho que el país se vaya al garete.

Los últimos acontecimientos ocurridos en el PP no son más que un ejemplo del nivel de nuestros prebostes, pero antes ya ocurrió en el PSOE con un tal Sánchez de ida y vuelta y en Podemos con un Iglesias aquejado de un infantilismo crónico. Ningún partido se salva del aterrizaje de los nuevos chiripitifláuticos dispuestos a convertir a España  en una verbena grotesca sin barquillos ni organillos pero con muchos chulos y chulapas.

Como dice Rajoy, que en un país serio seguiría siendo presidente del Gobierno, la política debe ser para los adultos y no para esta caterva de niñatos malcriados que, con el beneplácito de un pueblo soberano sumido en el “tontoculismo”, van a dejar este país hecho un erial. Pero no se preocupen lo de Eurovisión está arreglado, menos mal…

Damián Beneyto

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Un PP ‘regionalista’ en Extremadura | Damián Beneyto

Una de las claves de que el actual Presidente del Partido Popular, Sr. Núñez Feijóo, consiguiera cuatro mayorías absolutas en Galicia fue, sin lugar a dudas, su galleguismo. El PP gallego, sin dejar de ser un partido españolista, supo conciliar lo nacional con lo...

Tributos y mayores | Carmen Heras

Creo que cualquier partido que quiera ganar las próximas elecciones generales, deberá enfrentar en su programa (entre otros) dos asuntos importantes, aunque solo sea porque matemáticamente afectan a un gran número de personas. El primero es el que se refiere a las...
El oro de Moscú, por Damián Beneyto

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La llegada a mis manos del libro de Mariano Ansó, ‘Yo fui ministro de Negrín’, aunque publicado hace ya algún tiempo, ha despertado en mí un cierto interés por lo que para algunos ha sido el mayor robo ocurrido en España en toda su existencia y para otros tan solo una...
El PP que viene, por Damián Beneyto

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Siempre pensé que el sucesor de Rajoy debería haber sido el Sr. Feijóo y, estoy casi seguro, que si no dio el paso adelante fue por el guirigai que había en el partido después de la esperpéntica moción de censura. Las primarias a tres bandas dejaron tocado a más de...
Malos derroteros, por Carmen Heras

Por malos derroteros | Carmen Heras

Con verdadera curiosidad escuchaba yo las declaraciones de un alto cargo del ministerio de Irene Montero. Explicaba su propósito de introducir variantes en la ley para conseguir declarar objeto de baja laboral la regla mensual de las mujeres en aquellos casos de...
Los sindicatos, por Damián Beneyto

Los sindicatos | Damián Beneyto

El sindicalismo en España siempre se ha caracterizado por su politización, su sectarismo y por su incoherencia. La aparición de los sindicatos ‘de clase’ a finales del siglo XIX (UGT) y principios del XX (CNT), que deberían haber sido fundamentales para mejorar las...
Camarada Putin; de Damián Beneyto

Camarada Putin | Damián Beneyto

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