Características de los equipos de alto rendimiento | Alberto Astorga
Características de los equipos de alto rendimiento
ALBERTO ASTORGA
Una organización de cualquier tipo que sea, empresarial, social, política o sindical, se sustenta en la actividad de uno o varios equipos de trabajo. Tanto de las habilidades individuales de sus componentes como de las capacidades que se integran y potencian en el grupo, dependerán las posibilidades de toda la organización para alcanzar sus objetivos con la mayor eficiencia posible. El establecimiento de una alianza básica que defina y establezca las relaciones entre sus integrantes será la base para construir un equipo de trabajo eficaz; un equipo de alto rendimiento.
Un equipo de alto rendimiento no es más que un conjunto de personas con habilidades y capacidades diferentes que trabajan juntas y coordinadas para lograr un objetivo común, logrando mejorar los resultados de forma continua. Para toda organización que desee mejorar sus resultados, crear, entender y cuidar estos equipos supone una decisión estratégica.
Cuando nos referimos a ‘equipos de alto rendimiento’ queremos visualizar algo perfecto, sincronizado, integrado por los mejores, con estrategias detalladas y donde todo el mundo sabe qué, cuándo y dónde es lo que tienen que hacer.
Un equipo de alto rendimiento no es una máquina perfecta, pero sí es un equipo humano que desea alcanzar la perfección, que potencia los valores individuales, que los alinea con los de la organización para la que trabaja, que se compromete con los demás para alcanzar una meta común y que trabaja, no ya con eficacia, sino con eficiencia en su logro.
De las habilidades individuales y las capacidades que se integran y potencian en el grupo, dependerán las posibilidades de alcanzar los objetivos"
Todos estos ‘equipos ideales’ tienen algo en común que les hace alcanzar resultados de éxito. La organización que logre integrar todas estas características comunes estará en disposición de mejorar sus resultados y crear equipos que construyan una empresa cada vez más exitosa.
Lograr que todos los empleados y miembros responsables de la organización colaboren unos con otros y que, las distintas áreas interactúen entre sí, coordinándose adecuadamente, es un reto indispensable para alcanzar las más altas metas.
Cada miembro en el equipo debe cumplir un papel concreto y una tarea determinada. Y este papel debe estar perfectamente definido previamente"
1. Establecimiento de metas específicas.
Es fundamental que todos los miembros del equipo conozcan cuáles son las metas a alcanzar con su trabajo, que se sientan comprometidos con ellas y con el trabajo a desarrollar para lograrlas. Los mejores resultados empiezan a hacerse presentes cuando se produce un proceso de decisión compartido.
2. La diversidad ‘enriquece’.
Para el logro de cualquier objetivo, el equipo debe estar compuesto por profesionales con perfiles y habilidades distintas, que aporten su particular visión de las situaciones que se presenten. Encajar cada punto de vista distinto enriquecerá la comprensión global, la forma de proceder para afrontarla y, por lo tanto, los resultados a obtener.
3. Papeles bien definidos.
El trabajo en equipo no supone hacer todos lo mismo al mismo tiempo, sino que cada miembro debe cumplir una papel concreto y una tarea determinada. Definir este papel previamente y tener clara cuál es y en qué consiste evitará roces entre las personas, interpretaciones equivocadas y enfrentamientos entre los componentes del equipo.
4. Liderazgo eficaz.
El ‘líder’ es el ‘clavo del abanico’. Su conducta, sus palabras, su claridad en explicar las distintas situaciones y su determinación son claves para motivar a los distintos miembros del grupo, para que aporten al conjunto y se alcance los meta común. Su papel ha de desarrollarse con las capacidades del coaching empresarial, haciendo crecer a cada uno de los participantes tanto profesional como personalmente.
5. Confiar en los componentes del equipo.
Los miembros del equipo deben contar y sentir confianza y autonomía a la hora de tomar decisiones sobre su trabajo. La seguridad en que son los mejores para alcanzar el objetivo encomendado no debe esta limitado por la desconfianza. Deben contar con márgenes de maniobra para decidir y actuar en cada momento y así aumentar su implicación y compromiso con el resultado. Las personas son el principal activo de toda organización de éxito.
6. Reconocimiento personal y de equipo.
Cuando se logra el resultado deseado, se han resuelto las dificultades y salvado los obstáculos, los miembros del equipo que lo han logrado deben ser reconocidos y recompensados, tanto como grupo eficaz como de forma individualizada. Si no se lograran los resultados deseados y el esfuerzo y dedicación ha sido el previsto para ello, debe darse ánimo para continuar, aprender de la experiencia y mejorar en el futuro. Que las debilidades se conviertan en fortalezas. Solo así se potenciará la motivación, el compromiso, la estima y la eficacia futura de los miembros del equipo.
Alberto Astorga