Acoso y derribo a la monarquía | Damián Beneyto
Acoso y derribo a la monarquía
DAMIÁN BENEYTO
No es España un país que se haya caracterizado por tener a lo largo de su historia grandes periodos de libertad y democracia. Lo hemos intentado, pero siempre ha habido alguno o algunos empeñados en que los españoles camináramos sin salirnos de la linde bajo pena de garrotazo y ‘tentetieso’. Aun así, y especialmente en el siglo XIX, hombres y mujeres se saliernon de esa linde de lo politicamente correcto para reinvindicar la libertad de pensamiento, obra y deseo.
Aristócratas, como el Conde de Floridablanca o el Conde de Aranda; intelectuales, como Gaspar Melchor de Jovellanos, Pedro Rodríguez de Campomanes o Juan Meléndez Valdés, y mujeres, como Rosa María Zamora, María del Carmen Sardí o Mariana Pineda, pusieron ‘toda la carne en el asador’ para acabar con el absolutismo, lo que les costó a más de uno, prisión, destierro y hasta la propia vida.
Estamos viviendo un periodo de acoso y derribo de las libertades individuales y del sistema democrático que tan buenos frutos ha dado en los últimos cuarenta años"
La Constitución liberal de 1812, ‘la Pepa’, fue un ejemplo de entendimiento y consenso para el mundo -como también lo sería la Transición de 1978-, aunque desgraciadamente, muchos españoles optaron, como ahora, por apoyar la autocracia y el despotismo.
El gran enemigo de los españoles siempre han sido los propios españoles, que tienen una tendencia histórica -como dice el periodista Ignacio Ruiz-Quintano en ABC-, ‘a ser una manada de cabestros hechos a la vara del mayoral’. Nos gusta que se nos dirija, aunque a veces sea de forma subliminal, y no nos importa arriesgar nuestro futuro y el de nuestros hijos si con ello conseguimos fastidiar a nuestro prójimo.
Damián Beneyto Pita es natural de Carcaixent (Valencia), pero extremeño y residente en Plasencia desde 1977. Profesor de Enseñanza Secundaria. Fue Director del Centro de Artes Escénicas y de la Música, CEMART, entre 2007 y 2011. Director también de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura entre 2007 y 2010, Diputado en la Asamblea de Extremadura por el Partido Regionalista Extremeño, PREX, entre 2011 y 2015.
La envidia es el deporte nacional, pero también la pereza, especialmente la intelectual. Eso de pensar no está muy bien visto, lo que lleva indefectiblemente a que una parte de la población carezca de una cultura básica, lo que la hace presa fácil de los populismos de uno u otro signo.
Estamos viviendo, como ha ocurrido otras muchas veces en este país, un periodo de acoso y derribo de las libertades individuales y del sistema democrático que tan buenos frutos nos ha dado en estos últimos cuarenta años. Una parte importante del pueblo soberano quiere hacer ‘borron y cuenta nueva’, sin percatarse que el camino que quiere recorrer no tiene nada de nuevo y que lleva, como ya o ha demostrado nuestra historia reciente, al enfrentamiento, la miseria y la falta de libertades.
No es casualidad, dada nuestra idiosincrasia, que estemos gobernados por personajes mediocres con una desorbitada ambición y ego, dispuestos a lo que sea con tal de perpetuarse en el poder. Han hecho de la mentira su catecismo y han conseguido que el pueblo soberano acepte ser engañado como mal menor, pensando que es el único recurso para su supervivencia, aunque tenga que renunciar a la libertad y a la democracia conseguida con tanto esfuerzo.
Se legisla de espaldas a los ciudadanos y para controlar a los ciudadanos. El poder ejecutivo, es decir, el gobierno, esta ‘viciando’ al resto de poderes del Estado y haciendo del nepotismo una práctica habitual para corregir, con una aparente legalidad, usurpar las garantías legislativas y jurídicas al Parlamento y a la Judicatura, respectivamente.
Se trata de provocar una crisis constituyente, cuestionando, en la figura del Rey, la Monarquía parlamentaria, para mostrar a los ciudadanos una nueva constitución donde se modifique el modelo de estado, pasando a convertir España en una ‘república comunista bolivariana’ y se abra el ‘melón del plurinacionalismo’ para satisfacer al insolidario secesionismo patrio.
Se trata de provocar una crisis constituyente, cuestionando, en la figura del Rey, la Monarquía parlamentaria"
El miedo es el mejor aliado del frente-populismo que nos gobierna. Hasta la pandemia de marras le ha venido bien al socialcomunismo patrio para que el personal se sienta, si cabe, más constreñido. Como he dicho, asegurar la supervivencia es la única motivación que tiene gran parte del pueblo soberano y, para ello, está dispuesto a sacrificar la democracia, la libertad y el estado de derecho.
Todo da igual, incluso volver a otra dictadura -esta de corte comunistoide-, si con ello aseguramos el pan y el circo, aunque se nos prohíba pensar. Las leyes que próximamente se van a llevar al Parlamento van todas encaminadas a convertir a los españoles en más incultos y más dependientes de ‘papa estado’, pero, como dice el refrán, ‘sarna con gusto, no pica‘. Volvemos a las andadas. Es nuestra constante histórica.
Damián Beneyto
Nota del autor: Los que al leer esta parrafada crean que exagero, espero que tengan razón.